‘Refugios’ de pueblos y campo frente a tanto ruido y prisa
En ‘El Asombrario’ nos gusta dedicar agosto a detenernos en libros que nos llegan a la Redacción y merecen atención, hacerles un hueco en esta revista verde y amigable, frente a la enorme avalancha de títulos que nos inundan cada temporada. Hoy queremos fijarnos en ‘Enfoques’ (libros.com), fotolibro de María Navarro Sorolla (Palma de Mallorca, 1990). Dos centenares de páginas con fotos en blanco y negro que dejan ver tanto el espíritu clásico al enfocar como su enorme sensibilidad para captar el detalle y el correr de los tiempos, para saber captar lo que es actualidad y a la vez permanece, más allá de la acumulación de eventos y sucesos (no en vano la autora es periodista).
María Navarro lo explica en la contraportada del libro: “En un mundo cada vez más desprovisto de espacios para la pausa, los silencios y la reflexión, este libro pretende aliarse con el lector en la búsqueda de esos lugares. Pequeños rincones de calma en los que poder parar, respirar y mirar el mundo desde otra perspectiva. En mi caso, enfocándome en los pequeños detalles, esos que muchas veces pasan desapercibidos esperando a ser encontrados”.
Así, hemos de ver como toda una declaración de principios la imagen elegida para la portada: unas viejas pinzas de madera esperando atender y tender alguna prenda, con una pared encalada de fondo. Lo pequeño, lo rural, las tradiciones, lo íntimo, la vida cotidiana, lo que permanece, el tacto, lo sencillo.
Lo cuenta María en la introducción: “De los distintos mundos y realidades que nos rodean, las resistencias que se enfrentan a quienes quieren romper esa convivencia, los refugios que construimos para protegernos del ruido y las esencias de la vida, que nos recuerdan de dónde venimos y hacia dónde debemos ir, hablan las imágenes y reflexiones de este libro. Porque es ahí donde reside, para mí, el valor de la fotografía, en captar un instante que, de forma incontrolada, remueva las mentes y emociones de quienes lo interpretan”.
Dentro de todos esos recovecos de la vida en que María –que se declara rendida ante maestros de la fotografía como Ramón Masats y Henri Cartier-Bresson– busca y encuentra sosiego, destaca la naturaleza y el mundo rural. Así, en Enfoques encontramos sentidas instantáneas de los pueblos de su madre, Valderrobres (en el despoblado Teruel, en la bellísima comarca de Matarraña), y de su padre, Cabezuela de Salvatierra, una pequeñísima localidad salmantina.
Y de todas esas imágenes que persiguen hacerse un hueco en nuestra memoria, le hemos pedido a María centrarnos en el capítulo Refugios de su libro –donde hay moras y espigas, sillas y girasoles y escobones– y que ella misma nos seleccionara seis fotos.
Así, en su libro y ahora aquí, en El Asombrario, vemos los paisajes de sus viajes de infancia desde Madrid hasta el pueblo de sus abuelos, y los objetos de tiempos pasados que sirven a la autora de remanso y refugio. Pero no solamente reflexiona María. Algunas de sus imágenes van acompañadas de los textos, de las reflexiones, de personas cercanas a ella, desde su padre al político y activista ambiental Juan López de Uralde, desde las periodistas Ana Pardo de Vera, Ainhoa Goñi y Pilar del Río (que fue esposa de José Saramago) al gran poeta leonés Juan Carlos Mestre y la magistrada Victoria Rosell, que fue diputada y delegada del Gobierno contra la Violencia de Género en la anterior formación del Ejecutivo.
Terminamos precisamente con el texto del poeta y artista Mestre que acompaña a las pinzas de la portada:
“Las pinzas de María. Sostienen la blancura, el espíritu del absoluto y la razón de la nada, el yeso del amor cansado y el alma de los panaderos. Pájaros sin edad en el filamento de la niñez de los vientos. Pudieran ser los siete dedos de un dios que sustentasen las alas de un ángel, alguna belleza en el corazón de la cal y la nieve, pero son las pinzas que sujetan otra verdad: la que ella contempla como si se tratase de un Rembrandt”.
Buen viaje de regreso, lectores asombrarios; intentad que este nuevo curso no sea a la prisa y el agobio. Así os lo deseamos desde esta revista verde y amigable. Vuestra revista.
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