1982, se crea ARCO y se instalan los primeros contenedores de vidrio
Mucho se ha hablado estos días de la 35ª edición de ARCO, la emblemática Feria de Arte Contemporáneo en Madrid, una de las más importantes de Europa, que aglutina a cientos de galerías. Pero no queremos dejar de pasar otro detalle de aquel febrero de 1982: se instalaban los primeros contenedores para reciclar vidrio en Barcelona, en plena plaza de Sant Jaume, y en Madrid, en el barrio de Moratalaz. Lo recordamos.
Aparentemente todo empezó con un simple gesto, el de tirar una botella de vidrio en un contenedor ovalado de color verde. Un gesto cotidiano, asumido ya con naturalidad en nuestros días, y, sin embargo, entonces significaba un crucial cambio de mentalidad respecto a los residuos y una concienciación de la necesidad de limitar su sobreproducción.
Febrero de 1982: Cantabria y el Principado de Asturias se convierten en comunidades autónomas. Fassbinder obtiene el Oso de Oro con la película La nostalgia de Verónica Voss. Muere el popular actor Paco Martínez Soria. Se clausura la I Feria Exposición de Arte Contemporáneo en Madrid, ARCO, con gran éxito de público: ha registrado 40.000 visitantes. Siria se sumerge en sangrientas luchas religiosas, entre la prohibida organización de los Hermanos Musulmanes y las tropas gubernamentales del presidente Hafis Al-Assad.
Y en la mañana del miércoles 10 de febrero de 1982, el por entonces alcalde de Barcelona, Narcís Serra -que en los años noventa llegó a ser vicepresidente del Gobierno con Felipe González-, era fotografiado en Plaça Sant Jaume tirando una botella de vidrio en un nuevo y reluciente contenedor verde. La imagen saltaba a las páginas de la prensa como un nuevo ejercicio de modernidad de este país. Ese mismo día de 1982, en la ciudad se instalaron otros contenedores, pues la Operación Vidrio –así se denominó la implantación de los iglús de reciclaje- preveía, tal y como informó La Vanguardia del 11 de febrero, la instalación de 36 contenedores en los barrios barceloneses de la Barceloneta, Bon Pastor, Sant Antoni y Baró de Viver. Sin embargo, no fue en ninguno de estos encuadres donde Serra quiso dar el pistoletazo de salida a la Operación Vidrio, pues nada había de casual en la puesta en escena de aquel miércoles de 1982: el escenario, los protagonistas y la botella de vidrio en la apertura del contenedor. Centro político de la capital condal donde se yerguen a cada lado de la misma, frente a frente, el Ayuntamiento y el Parlamento de Catalunya, Plaça Sant Jaume fue el escenario elegido: allí, Narcís Serra inauguraría el iglú verde para el reciclado de vidrio introduciendo en él, bajo el objetivo de la cámara, una botella, teóricamente la primera botella de vidrio destinada al reciclaje masivo en España. Aquel iglú que con tanta pompa estrenaba el alcalde hoy ha desaparecido de la plaza, donde no queda apenas rastro de su presencia, como apenas queda rastro del verdadero origen del reciclaje de vidrio en la ciudad, cuya historia hunde sus raíces en el trabajo de la familia Santos.
Era 1945 cuando Manel Santos, abuelo de Armando Sánchez, director de Santos Jorge S. A, empresa encargada del reciclaje, y presente también en la foto que inmortalizó a Serra botella en mano, comenzó a recuperar botellas de vidrio previamente utilizadas; evidentemente, lejos estaba el tratamiento casero que Santos dispensaba a las botellas de vidrio de los actuales procesos industriales de reciclaje. El procedimiento ha cambiado, el desarrollo de las técnicas de reciclaje y su industrialización han sido claves; sin embargo, hemos de reconocer la lúcida consciencia de la familia Santos sobre la necesidad de aprovechar el vidrio. Aquel método casero derivó, de la mano de Armando Sánchez, hijo de Santos y padre del Armando Sánchez fotografiado junto a Serra, en la construcción en 1975 de una planta industrial de reciclaje en Mollet, planta todavía en activo y que se convirtió en el centro del reciclaje en la ciudad de Barcelona. El empeño de Sánchez, quien no sólo heredó de su abuelo la empresa, sino también la consciencia de la necesidad de dar una segunda vida al vidrio, fue indispensable para la puesta en marcha de la Operación Vidrio, que, en menos de un mes, se extendió por otras ciudades de la Península –en primer lugar en Madrid-, ante la urgencia de regular la excesiva producción de residuos que se estaba convirtiendo en un verdadero problema para las ciudades.
Tras haber hecho una experiencia piloto con restaurantes del centro de Barcelona –testimonio de dicha experiencia, Ramón Ruban, dueño de un restaurante hoy desaparecido de las Ramblas, presente en la foto junto a Narcís Serra-, tal como declaraba el concejal de Servicios Municipales Josep Serrá Martí a La Vanguardia aquel 11 de Febrero de 1982, el Ayuntamiento preveía que la implantación de los 36 iglús para reciclaje permitiera recoger unas 350 toneladas anuales de vidrio, aunque, como se afirmaba desde el propio consistorio, ya se daban por satisfechos si se alcanzaban las 175 toneladas.
Esa fotografía con Serra convirtió a Barcelona en pionera en cuestiones de reciclaje, pero el Ayuntamiento de la ciudad Condal no fue el único en entrar por aquellos mismos días en tratos con ANFEVI, entidad que entonces se hacía cargo de ese vidrio recogido. En efecto, Madrid, donde la colocación masiva de iglús para el reciclaje de vidrio comenzó apenas unos días después, ya se había llevado a cabo una prueba piloto de recogida de vidrio, en concreto en el barrio de Moratalaz, tal como recogía El País en su edición del 3 de Febrero de 1982.
Barcelona y Madrid no sólo fueron las primeras ciudades de la Península en activar un protocolo de recogida de vidrio, sino que eran las ciudades que, por densidad de población y extensión geográfica, con mayor urgencia requerían reducir la producción de basura. Al respecto, en un artículo del 24 de agosto de ese mismo año, 1982, ABC informaba que del millón y medio de toneladas de basura que se recogían en la capital, 60.000 correspondían a envases de vidrio. Y afirmaba ese mismo artículo que la recogida de vidrio supondría un abaratamiento de este material al ahorrarse un 5% de la energía empleada en la fabricación de envases.
Actualmente, en España se recicla en torno a un 70% del vidrio, pero el reto de Ecovidrio, entidad sin ánimo de lucro encargada ahora de la gestión de estos residuos en España para volver a darles nueva vida, es seguir aumentando este porcentaje a través de una mayor concienciación social sobre la importancia del reciclaje y una mejora del sistema de recogida de residuos para su aprovechamiento. «En España se recicla tanto como en Francia o Italia y más que en Reino Unido, Portugal, Eslovaquia, Polonia, Hungría o Grecia. Nos superan, sin embargo, mercados como Bélgica, en los que encontramos tasas de reciclado superiores al 90%. En estos países existe una mayor tradición y concienciación medioambiental de los ciudadanos”, señalan desde Ecovidrio (www.ecovidrio.es).
Se ha hecho mucho desde esa emblemática foto, desde aquel ya lejano 1982 en que echaba a andar la feria ARCO y fallecía Paco Martínez Soria -nuevos aires de modernidad-; sin duda se ha avanzado mucho en cuestiones de reciclaje y en conciencia medioambiental; sin embargo, el reto para hacer cada vez más sostenible nuestro modo de vida y de consumo sigue en pie y lejos estamos de poder darnos por satisfechos.
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