20 poemas de amor a pájaros
Frente a quienes están empeñados en cortarnos las alas y mutilarnos, celebremos hoy la llegada de la primavera con los poemas de Pablo Neruda de amor a los pájaros. Recuperemos nuestro vuelo, los brotes verdes de verdad y las gaviotas auténticas.
«Viento que lleva en rápido robo la hojarasca / y desvía las flechas latientes de los pájaros».
Frente a los insultos y tensiones en los que este Gobierno está empecinado en meter a la sociedad española, frente a mentiras y delincuentes, frente a la grisura que se empeñan en arrojar con intención de… ¿de qué?, ¿de sepultarnos a todos?, apostemos al menos hoy por la poesía. El Asombrario & Co también quiere ser un oasis de buenas vibraciones, de exaltación de la dignidad, la creatividad y la belleza. Y esta Ventana Verde hoy quiere emular a esos grandes periódicos del Norte de Europa, de Inglaterra o de Nueva York que celebran en su portada temas como la llegada de la primavera o las aves migratorias. Hace cinco días comenzó la nueva estación y, a falta de otros brotes verdes, exaltemos los auténticos, los de quien no nos engaña ni estafa: la naturaleza. Hoy queremos olvidarnos de atropellos y manipulaciones, y comulgar con lo que nos hace seres sensibles y racionales; nuestra propuesta para esta semana de pasión es un gran poeta, Pablo Neruda, autor del verso que encabeza estas líneas, y su libro Arte de pájaros. Neruda ha sido uno de los escritores más apegados a la exaltación de la naturaleza. En sus famosísimos Veinte poemas de amor y una canción desesperada ya nos dejaba huellas: «Quiero hacer contigo / lo que la primavera hace con los cerezos». «Mariposa morena, dulce y definitiva / como el trigal y el sol, la amapola y el agua». «De pronto el viento aúlla y golpea mi ventana cerrada. / El cielo es una red cuajada de peces sombríos. / Aquí vienen a dar todos los vientos, todos. / Se desviste la lluvia».
Pero fue en Arte de pájaros (hay una estupenda versión bilingüe, en castellano e inglés, publicada por Lynx Edicions) donde echó plenamente a volar: Esto dice del águila: «Pájaro amargo, águila fría, / espada de las cordilleras, / inmóvil en tu eternidad, / en los años indiferentes, / en la piedra de la agonía». Esto del cisne: «Sobre la nieve natatoria / una larga pregunta negra». Esto del cóndor: «En su ataúd de hierro vive / entre las piedras oxidadas / nutriéndose de herraduras». Y del jilguero: «Entre los álamos pasó / un pequeño dios amarillo: veloz viajaba con el viento / y dejó en la altura un temblor, / una flauta de piedra pura, / un hilo de agua vertical». Y esto del cormorán: «él parecía la amenaza: / él era la cruz y la horca: / la noche clavada en la cruz, / la agonía de las tinieblas: / pero de pronto huyó en el cielo, / voló como una flecha negra / y subió cíclico volando / con su traje de nieve negra, / con pausa de estrella o de nave. / Y sobre el desorden del mar / -dentelladas de mar y frío-, voló voló voló voló / su ecuación pura en el espacio».
Sí, cuando uno escucha el lenguaje ronco y abrupto de aves de vuelo rasante, que en latín son llamadas cifuentis y cospedalis, necesita volver a leer poesía: «Acogedora como un viejo camino. / Te pueblan ecos y voces nostálgicas. / Yo desperté y a veces emigran y huyen / pájaros que dormían en tu alma». A las gaviotas de verdad: «He aquí la soledad de donde estás ausente. / Llueve. El viento del mar caza errantes gaviotas».
Frente a quienes nos mutilan las alas, frente a los amos de muñones: necesidad de volver la mirada a los pajareros y abrazadores de árboles, a los emprendedores de vuelos firmes. Dice Neruda del chucao: «Ay, qué grito en las soledades!».
Y una recomendación última: entrad en la ventana de esos maravillosos locos pajareros que siguen salvando en España aves y paisajes: la Sociedad Española de Ornitología (SEO /BirdLife) (www.seo.org), que han declarado personaje del año a la pardela cenicienta (eso es tener libertad, los pies en la tierra y la cabeza a pájaros) y cuya web se abre con esta declaración de su directora ejecutiva, Asunción Ruiz: «¿Es ético rescatar a los bancos y sacrificar al ciudadano, la naturaleza y el medio ambiente?».
Necesidad de regresar a la poesía y a Neruda: «Por eso vuelvo y me voy, / vuelo y no vuelo pero canto: / soy el pájaro furioso / de la tempestad tranquila».
Comentarios
Por Javier Rico, el 26 marzo 2013
Un puntazo de entrada Rafa. Sin perder de vista la gris realidad pintada por aves de mal agüero, otras aves y los poemas de Neruda endulzan la lectura.
Chapó
Por Lulay, el 28 marzo 2013
Me ha encantado esta entrada a la que he llegado a través de Twitter. Gracias por esta aportación de belleza. Me ha hecho recordar que hace justo una semana asistí a la presentación de un poemario dedicado íntegramente a las aves, incluida el Ave Fénix ;), que se llama «Ciento Volando». Cien poemas de ocho versos cada uno que publica la editorial Vitrubio a la autora Berbel. Dejo un poema como muestra:
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«Majestuosos alcatraces,
veloces pájaros marinos,
arrastradores de calmas y quebrantos,
mosaicos de nubes y cielos húmedos.
¿A dónde iran tus quimeras?
¿De qué lugares remotos
llegarán tus futuros?
Tú, como el ave de mares y lunas perdidas.
Por luisMi García, el 09 abril 2013
Preciosa combinación de poesía e imágenes, un placer que se te queda entre los dientes, para paladearlo durante horas! Salud!
Por jair, el 07 junio 2018
Sin duda alguna, he aumentado mi visión en lo referente a las grandes enseñanzas que nos dan los pajarillos cada día. pues que mas le podemos pedir a la naturaleza, si esta es un regalo de Dios y por ende es maravillosa en toda su plenitud