50 miradas irreverentes a Picasso (mientras se toca la pilila)
Es el Año Picasso. 2023: 50 años de su muerte. España y Francia se llenan de homenajes, simposios y exposiciones. Entre todas esas citas, La Casa Encendida de Madrid se ha planteado algo especial. Le ha dado a 50 artistas contemporáneos de todo el mundo 50 obras de su último periodo (1963-1973) para que les pongan un nuevo título y escriban un texto explicando lo que ven en esa obra. El resultado: ‘Picasso: Sin Título’ . Original, rara e irreverente. La mayoría de los artistas se han fijado en la carga carnal y sexual del “pintor de la guerra y el cuerpo”. 50 años, 50 obras, 50 artistas. Hasta el 7 de enero de 2024.
“Yo es que esto de Picasso no lo entiendo. Tanto follón con Las señoritas de Aviñón, que es básicamente una apropiación de la imaginería y las máscaras africanas, aunque los grupos blancos, imperiales y coloniales del arte europeo-histórico-industrial nos la vendan como una de las pinturas más revolucionarias del siglo XX. Pero ¿qué coño dicen? (…) El supuesto genio transgresor no era más que un niño pequeño que tira sus juguetes al suelo y disfruta con el desorden; algo que para determinada tradición europea conservadora y hegemónica sin duda resultaba catártico hasta el éxtasis. Puede que resulte mono, puede que te haga sentir bien, pero no es ni profundo ni político. Picasso solo era un escorpio cachondo con Marte en la casa 12. Un niño guarro. No hay más que ver las espirales de las tetas. Regodeo infantil mientras hace pompas de saliva y se toca la pilila”.
Lo dice en la exposición y en el catálogo Johanna Hedva, “une escritore, artista y música/o coreano-estadounidense”. Y estas líneas pueden dar una idea de que esta no es una expo más sobre Picasso.
Es otra cosa.
Así lo explican en el centro cultural: “La exposición Picasso: Sin Título en La Casa Encendida de Fundación Montemadrid presenta 50 obras del último periodo del artista (1963-1973), de las cuales 12 no se habían mostrado al público hasta ahora y 23 es la primera vez que se exhiben en España. Todas ellas cuentan con un título y una descripción nueva, propuesta por cada uno de los 50 artistas invitados. A la manera en que, según nos cuenta Bernard Ruiz-Picasso, lo hacían los allegados del artista. De esta manera, la obra de Picasso se transforma, interroga y resignifica a través de historias paralelas que ofrecen una perspectiva radicalmente contemporánea sobre el trabajo del artista de cuya muerte se cumplen 50 años. Los nuevos títulos y cartelas construyen colectivamente un retrato compuesto de nuestras percepciones actuales y del legado y la influencia de Picasso”. Eva Franch i Gilabert, comisaria de la exposición, comenta: “El último Picasso engloba casi todos los Picassos que conocemos a través de una búsqueda reduccionista y esencialista de su propio legado. Picasso creó una retrospectiva productiva durante esos 10 últimos años”.
En la misma línea, Bernard Ruiz-Picasso (de cuya Fundación, FABA, proceden las obras) señala: “A partir de los años 60, Picasso se embarca en el impulso artístico final de su carrera. Sin nada ya que demostrar, nos brinda una obra autobiográfica en la que afirma su creencia en lo esencial de la función del arte y pinta con presteza algunas de las emociones que alimentan nuestra vida cotidiana”.
La exposición tiene otro importante significado colateral; es también un homenaje al creador de La Casa Encendida. El recientemente fallecido José Guirao, ex ministro de Cultura, ex director de la Fundación Montemadrid y primer comisionado de la Conmemoración del 50º aniversario de la muerte de Picasso, propuso en 2021 que La Casa Encendida participara en la Conmemoración. “Nos surgieron infinidad de dudas sobre cómo abordar la obra de Picasso en el siglo XXI. Ni siquiera teníamos claro si La Casa Encendida era el espacio adecuado para una exposición de estas características. Nuestra apuesta en los últimos años por una programación contemporánea con perspectiva de género, inclusiva y decolonial nos alejaba mucho de la figura del artista total, propia de otra época. Pero Guirao lo tenía claro e insistió en que La Casa Encendida tenía que formar parte del Año Picasso junto a museos nacionales y otras instituciones mucho más bregadas en abrir sus puertas a artistas referentes del siglo pasado”, escriben en el catálogo Lucía Casani y Mónica Carroquino, directora y subdirectora de La Casa Encendida, respectivamente. “Había que encontrar la manera de deconstruir el mito y ofrecer una nueva lectura de la obra de Picasso acorde al momento actual y que, además, propusiese otras narrativas con las que enfrentar los retos actuales de nuestra sociedad. Desde el principio, tuvimos claro que queríamos establecer un diálogo con artistas contemporáneos y que el juego tenía que estar presente. Había que enfrentarse a Picasso sin miedo ni pudor”, señalan.
“Es en ese momento cuando invitamos a Eva Franch i Gilabert, quien empieza a establecer una serie de conversaciones con los archivos, expertos y FABA, y surge el comentario de Bernard Picasso: el hecho de que Picasso casi nunca titulara sus obras en aquel periodo, sino que sus amigos, agentes y comisarios lo hicieran por él. A partir de ahí, se decide invitar a 50 artistas contemporáneos a retitular estas 50 obras”.
¿El resultado? Dispar y sorprendente. Pero muy actual. Os dejamos aquí ocho ejemplos de la exposición, ocho artistas contemporáneos retitulando y comentando con absoluta libertad, de manera catártica algunos, ocho obras de ese último Picasso. Sin miedo ni pudor.
- Albert Serra, cineasta catalán.
‘Cabeza de hombre con rasgos de mujer y perro y sombrero ligero con alguna reminiscencia de catite’
“Lo más bonito de Picasso en todos sus cuadros, en especial en la última época, es siempre la carga sexual directa, cruda o sensual, siempre algo confusa, porque en todos los rincones, incluso los más inesperados y extemporáneos –como un retrato de hombre–, aparece la carne femenina, mezclada con los rasgos de la carne animal, perros, toros, caballos… o vacas, cerdos y corderos peludos, quizás en una forma superior, más original y depurada, que la que encontramos en Bacon, al que tanto influenció; quizás por su instinto heterosexual, más rico y florido en su abyección que la tristeza seca y desesperada, aunque algo efectista, del homosexual irlandés y madrileño. La carne siempre como último refugio de la vejez, ellos que pudieron poseerla, como escapismo frente a la muerte, como recordatorio de la juventud del pintor físico, violento y violador de toda forma humana con aspiraciones espirituales. Nuestro pintor de la guerra y el cuerpo”.
- Camille Henrot, artista multidisciplinar francesa.
‘Emoticono’
“Tal como mira al pájaro, se adivina que es un pájaro de mal agüero. Los pájaros son siempre mensajeros: ‘portadores de malas noticias’. Señales de mala suerte. En la boca hay una sombra de vacilación entre ideas. Los críticos interpretaron la factura abocetada de las obras del Picasso de esta época como una pérdida de maestría que fue aumentando con la edad. A mí más bien me parece una señal de precipitación, de prisa. ‘Corre, que viene la muerte’, está diciendo el pájaro. El cuadro tiene algo de despedida. Las figuras son más caricaturescas, hinchadas y burdas. Como Shrek, según dice mi hijo”.
- DIS, colectivo de artistas de Nueva York.
‘El lunes después de una crisis existencial’
“La cabeza está partida por una gruesa línea negra que primero se convierte en nariz, después en labios y por último en barba. ¿O es un pubis? La dualidad que se insinúa en esta división facial evoca la alquimia medieval y su hincapié en la resolución de los principios opuestos: hembra/macho, sol/luna, sulfúrico/mercurial, activo/pasivo. (…) En el rostro vemos algo de mosquetero y algo de caballero de Malta, pero también algo de nuestros yoes frágiles y pospandémicos de 2023. Los detectives de internet le pondrían un título a la última moda, como Paje medieval clowncore”.
- Jill Magid, artista, escritora y cineasta estadounidense.
‘Retrato de Jill Magid’.
“En Retrato de Jill Magid yo aparezco histérica. No estoy segura de si es así porque estos chillando o si chillo por dejar a plena vista mi vagina, representada en combinación con mi ano como un signo de exclamación. La anchura de mi boca es similar a la longitud de mis labios vaginales y mi ano tiene un tamaño y una negrura similares a los de mis orificios nasales y mi ombligo. Mis orificios y mis areolas son pues intercambiables. Puedo ser penetrada por todos ellos. No sé dónde está mi mirada; por no saber, no sé ni si tengo una mirada. Una de mis pupilas, muy oscura está tan dilatada que invade todo el blanco de mi globo ocular, acumulándose como otro punto de entrada. En la representación que hace de mí Pablo Picasso, soy un cuerpo lleno de orificios”.
- Simon Fujiwara, artista multidisciplinar inglés.
‘¿Quién es la Señora? ¿La Señora es una Quién?’
“(…) ¿Quién es la Señora? ¿La musa del siglo XX? Con un ojo aquí y otro allá, la Señora parece… ¿confusa? / ¿Quién es la Señora? ¿Es la Señora suave y sumisa? ¿Están sus labios eternamente sellados? ¿Cuándo hablará la Señora? / ¿Quién es la Señora? ¿Quién podría ser hoy? ¿Deberíamos pintarla de otro color? ¿Es gay la Señora? / ¿Quién es la Señora? ¿Qué oportunidades ha perdido? ¿Podría dibujarse a sí misma de otro modo? ¿Será siempre quienista? (…)”.
- Taryn Simon, artista multidisciplinar estadounidense.
‘Tetas’
“Tetas tetas tetas. Hasta de camino al cementerio tetas. Puede que se volviera tan cansino contemplar en el espejo una cara vieja que pintó pezones en las ojeras. Tetas. Había llegado el futuro: el hombre en la luna y el blanco y negro dando paso al color (¡la caja tonta!), pero todavía tenía que emprender el camino hacia la muerte sin Viagra”.
- Trevor Paglen, artista multidisciplinar estadounidense.
‘Al estilo de Picasso’.
‘La figura de la derecha es una referencia evidente a las formas monstruosas que caracterizan las imágenes de seres humanos generadas por IA (las cuales, como es bien sabido, añaden manos de seis dedos, globos oculares fuera de su sitio y otras deformidades). El pájaro de la izquierda es, por supuesto, una referencia al archivo online de cultura mundial asociado a la icónica imagen de un pájaro azul. (…) Así pues, Femme à lóiseau es una visión de lo que le esperaba en el futuro no solo a la cultura en general sino a Picasso en particular. Debido al prolífico legado del artista, han sido muchos los Picassos disponibles para el aprendizaje de los modelos de IA; tanto es así que la importancia del artista y la singularidad de su estilo han hecho que una de las instrucciones más habituales en la generación de imágenes mediante modelos de IA sea crear una imagen al estilo de Picasso”.
- Tyra Tinglef, pintora noruega.
‘Lo que tendremos es algo que hemos perdido (Un poema para Ella)’
“De espinas azules es el cuello del ángel / Dos alas se alzan para teñirla de ángel. El cielo es agua que lava su rostro / Y nosotras abajo, vemos el arco de un ángel. En su ojo derecho gira un enjambre / Todas las presas de la historia dibujan un ángel. Su boca es una línea de vientos infinitos / Cada cabello es una guerra y canción de un ángel. Si los vencedores hieren, sus partículas viven intactas / Los puños no pulverizan la piel de un ángel. El pecho se convierte en mar, luego caen semillas / No hay manos que atrapen el cuerpo de un ángel”.
La exposición ‘Picasso: Sin Título’ es un proyecto de La Casa Encendida y la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso (FABA). Está comisariada por Eva Franch i Gilabert como parte del 50 aniversario de la muerte de Pablo Picasso. Hasta el 7 de enero de 2024. Precio de la entrada: entre 4€ y 8€.
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