60 ideas (algunas un poco locas) para gestionar mejor el agua
Las instalaciones de CentroCentro, en Madrid, acogen desde finales de marzo la exposición ‘Dulce agua’, con el subtítulo: ‘Ideas para un futuro de escasez’ , decenas de propuestas desde el diseño para afrontar el reto de la gestión del agua y su escasez. Una selección de objetos y proyectos relacionados con el agua como soluciones de almacenaje, distribución y depuración, muebles, tejidos, prendas, iniciativas de sensibilización… Hemos seleccionado los ocho proyectos que más nos llamaron la atención. Puede visitarse hasta agosto.
La comisaria de Dulce Agua, la gran experta en diseño Ana Domínguez Siemens, destacó en la presentación de la muestra la diversidad de las propuestas, “desde proyectos muy experimentales, de gente joven, que los dejan ahí como opciones imaginativas por si alguien las quiere producir, a soluciones comerciales que ya están en el mercado”, como el lavabo-inodoro conectados, de manera que el agua que se usa para, por ejemplo, lavarse las manos no se escapa por el desagüe sino que va por un conducto a llenar la cisterna, o, cómo no, las prendas de tejidos sostenibles de la marca española Ecoalf. Y añadió: “El agua dulce es muy escasa, y cada vez más. O nos ponemos las pilas ya… o mal. Y en esto el diseño puede aportar muchas soluciones”.
También expuso Domínguez Siemens su especial preocupación por la invasión de plásticos en los mares. “A la escasez en sí, tenemos que sumar los estragos que causa el cambio climático, la contaminación o el desperdicio debido a una distribución ineficiente. Como consecuencia, hasta 3.500 millones de personas podrían estar sufriendo escasez de agua en el año 2025, con los conflictos que se derivarán de ello”. Y terminó: “Es hora de replantearnos la relación que tenemos con el agua, de dejar de ser parte del problema y pasar a ser parte de la solución”.
Dulce Agua también llama la atención sobre algunos excesos de los procesos de producción, “como el hecho de que se empleen 7.500 litros de agua para fabricar un solo pantalón vaquero o que se drenen 1.695 litros de agua para poner una hamburguesa en la mesa”.
Hemos recorrido la exposición junto a Ana Domínguez Siemens. Pero no, tranquilidad, no vamos a abarcar las 60 piezas y proyectos incluidos. El Asombrario Recicla ha seleccionado las ocho propuestas que más nos llamaron la atención:
1) Reinterpretaciones del botijo. Como la Fonte de la diseñadora Marre Moerel (junto al artesano Francisco Eugenio): “Realizado en arcilla de terracota que filtra y enfría el agua potable, el dispensador se llena en el compartimento superior, donde se purifica mediante un filtro cerámico”. Más una colección de botijos cerámicos, procedentes del extraordinario Museu del Càntir (Botijo) de Argentona (que guarda más de 4.000 vasijas para el agua), y con la firma de diseñadores tan importantes como Miquel Milá, Oscar Tusquets, Quim Larrea y André Ricard. La tradición, hecha modernidad y tecnología puntera.
2) El bidón rodante. Su nombre en inglés: Hippo Water Roller. Especialmente pensado para países en desarrollo y con problemas de fácil acceso a agua potable, sobre todo en África, donde las mujeres deben dedicar buena parte de la jornada a acarrear agua hasta casa. “El bidón rodante consigue que mujeres, niños y ancianos acarreen cinco veces más agua que en un cubo, ya que tiene una capacidad de 90 litros. Un solo viaje proporciona agua a una familia de cinco a siete personas durante toda una semana”.
3) Bioesquinas en Lanzarote. Otra extraordinaria reinterpretación de la tradición para hacer más agradables, frescas, habitables, humanas, naturales y sostenibles las ciudades. “Versión contemporánea de algunas esquinas tradicionales que, con un gran árbol, una buena sombra y una zona para sentarse , sirven de referencia visual y de cobijo en el árido paisaje urbano de la ciudad de Arrecife, capital de Lanzarote. Estas bioesquinas incluyen además un sistema de drenaje sostenible que capta, filtra y almacena el agua de lluvia para regar los jardines”. Pertenece al Plan Estratégico de Lanzarote Reserva de la Biosfera.
4) Panel recolector de lluvia ‘Aquatecture’. Del Studio Sway, fundado por la sudafricana residente en Holanda Shaakira Jassat. Su gran ventaja es que puede añadirse como un estético elemento arquitectónico más: “Se puede instalar como un panel de fachada en edificios, lo que hace que la recolección de agua sea una característica integrada del edificio”.
5) Destilador portátil de agua solar. Dada la escasez hídrica a la que cada vez se enfrentan más zonas de la Tierra (en España, por ejemplo, se calcula que un 30% de su territorio va a sufrir serios riesgos de desertificación en las próximas décadas), en Dulce Agua abundan los dispositivos para captar agua de la lluvia y también para purificarla, potabilizarla. El invento de nuestro punto 5 va firmado por Henry Glogau y fue el ganador del Gran Premio de diseño Lexus 2021 . “Este destilador portátil purifica el agua usando energía solar y se puede ensamblar con materiales baratos y fácilmente disponibles. Consiste en una lona de plástico de dos capas que se suspende sobre una estructura de bambú simple. Una de estas marquesinas circulares puede generar 18 litros de agua purificada al día. El artilugio aprovecha el mismo ciclo de agua de evaporación, condensación y precipitación que la naturaleza usa para hacer llover”.
6) Purificador de agua ‘Eliodomestico’. De Gabriele Diamanti. “Una especie de horno construido a partir de tres piezas de cerámica que funciona con energía solar y purifica el agua salada convirtiéndola en agua potable. Necesita ocho horas de sol y puede producir hasta cinco litros de agua fresca al día. Además, el recipiente donde se recoge el agua está diseñado para que se pueda llevar fácilmente sobre la cabeza”. Rápidamente se nos viene también a la cabeza las regiones más desfavorecidas de África.
7) ‘Souvenirs’ de residuos plásticos en la costa. Terminamos con dos iniciativas de concienciación. Una de ellas se llama Beachcombers, de Gundega Strauberga: este proyecto es un escenario de ficción en el que las personas que viven en pueblos costeros idean objetos de artesanía que sirven de souvenirs para los turistas, a la vez que limpian las playas y costas de plásticos y los reciclan.
8) Las islas-basura del Pacífico, un Estado. Idea del holandés afincado en Londres Mario Kerkstra, que tuvo la ocurrencia de diseñar bandera, sellos, pasaporte y moneda para el país ficticio Trash Isles, esas islas del Pacífico formadas por acumulaciones de residuos plásticos. Esto se convirtió en una campaña presentada en 2017 a Naciones Unidas para que reconociese como un Estado esas grandes superficies de plástico, con el fin de obligar a que se aborde el problema.
Quiero terminar este artículo con un pequeño recordatorio del nuevo libro de Joaquín Araújo, Somos agua que piensa (editorial Crítica), recién publicado, lleno de historia, anécdotas y literatura. Aborda el tema con muchas perspectivas, desde la poética a la estrictamente basada en datos e informes científicos (por cierto, él acuña el término Aagua), desde los recuerdos de sus grabaciones de la serie El hombre y la Tierra, con Félix Rodríguez de la Fuente, a la denuncia, como las extracciones de pozos ilegales que secan Doñana. Baste como reseña del tono general de esta nueva criatura araujiana, unas frases: “La peor sequía es la de ideas y emociones. No sentir que somos Aagua que piensa. No pensar que Ella tiene sed y que es mucho, muchísimo más que un elemento o materia prima. Pero, sobre todo, NO NOS INSULTEMOS CONSIDERANDO AL AGUA RECURSO”.
‘Dulce agua’ puede visitarse gratis en la planta 3 de CentroCentro (Ayuntamiento de Madrid) hasta el 21 de agosto.
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