“Sé que David Bowie va a venir a ver nuestra ópera flamenca”

Un momento de la representación de la ópera flamenca ‘A través de la luz’ en el teatro Góngora. Foto: Nievas.

“No he creado esta obra para ser viral. Mi vida es mucho más electromecánica”. Así se expresa el músico Fernando Vacas, que ha reclutado a más de treinta artistas de primer nivel, procedentes del flamenco, el rock, la vanguardia y la escena alternativa para la ópera flamenca A través de la luz, que se representa en Madrid.

Por GABRIEL NÚÑEZ HERVÁS

Durante un lustro, el músico y productor cordobés Fernando Vacas (director del sello Eureka y de Eureka EsTuDios, creador de las bandas Flow y Prin’ La Lá, productor de Russian Red y Víctor Coyote, entre otros, y nominado al Grammy Latino por el último disco de Remedios Amaya) ha ido dando forma a un proyecto arriesgado y ambicioso: “A través de la luz. Una ópera flamenca” (Eureka, 2018). Según se explica en el exquisito digipack, diseñado por Juanclemente, “en la primera mitad del siglo XX, los conciertos flamencos se definieron como óperas para tributar al 3% en lugar de al 10, como lo hacían los espectáculos de variedades. Este cambio hizo que el flamenco se abriese a palos más ligeros y que los artistas invitados entrasen y saliesen del repertorio en función de las ciudades que visitaba la troupe». Algo parecido ocurre en Córdoba en la casa/estudio de Vacas, por donde es fácil ver pasar a Marjane Satrapi, Soleá Morente o Michel Houellebecq, y a los artistas que colaboran en A través de la luz: los Sonic Youth Lee Ranaldo y Steve Shelley; Niño de Elche, las cantaoras Naike Ponce y Rosalía, la arpista Angélica Salvi, Antonio Arias y Howe Gelb, entre otros muchos. En Madrid, junto a la Royal Gypsy Orchestra que comanda Vacas, actuarán la bailaora Karen Lugo, el premio Nacional de Danza, Javier Latorre, la cantaora Ana Salazar y los músicos David Kano (Cycle) y Álvaro Tarik, y cuenta con la colaboración especial de María de Medeiros​ (voz en off), Palomo Spain​ (vestuario) y Bruno Galindo (presentación).

“Me metí en esta aventura porque me apetecía trabajar con todos estos artistas a los que admiro muchísimo, y porque me interesaba hacer una regresión a cuando era un niño y escuchaba flamenco en mi casa, con mi abuelo. El flamenco no es un estilo musical, es una manera de ver el mundo, y yo necesitaba unir mi mundo flamenco de cuna y mi mundo alternativo de espíritu. Así que me he atrevido a tocarlo, desde el respeto, y sin intentar convencer ni reivindicar nada”. Ese respeto sigue un camino de ida y vuelta, como los mejores cantes, cuando se escucha el resultado. “Dentro del mundo flamenco, aprecio el criterio de los que saben y lo demuestran, y huyo de las palmas que no tienen compás ni veneno del bueno”.

En el vasto repertorio de esta obra inasible y escurridiza, es imposible no detenerse en Estrella negra, una versión de Blackstar, de David Bowie, que demuestra un riesgo casi insensato. “Me di cuenta de que había una conexión brutal entre lo que estábamos preparando y lo que había publicado Bowie antes de morir. Kiko Veneno decía que Blackstar era una mezcla de dos palos flamencos, la caña y el polo, y es verdad. Cuando presentamos por primera vez en directo la ópera flamenca, allá por 2015, pedí que en el escenario hubiese una cama y un armario que se abría, y hablamos de la delgada línea que une o separa la vida de la muerte. Esos elementos aparecieron luego en el vídeo de Lazarus, de Bowie, y me quedé sobrecogido. Después, Álvaro Tarik cantó una parte en inglés, y todo el mundo que lo escuchaba me preguntaba cómo habíamos podido meter ese sample de Bowie, y tenía que explicarles que no era Bowie, sino Álvaro. Me pasó con J, de Los Planetas, por ejemplo. Estoy convencido de que, en estos días, en algún momento, Bowie va a venir a vernos”.

La versión final de esta canción tiene un proceso accidental. “En una fiesta de Radio3 en Córdoba, presentamos la versión, y en la parte central hubo un error que Álvaro Tarik salvó improvisando un recitado muy teatral, muy británico. Al final, preferí aprovechar ese fallo y grabarla así en lugar de seguir fielmente el original”.

El título de la obra tiene mucho que ver con aquella canción de The Smiths: There Is A Light That Never Goes Out, que se ha convertido en el lema vital de Vacas. “Cuando estábamos preparando el tema Feliz Nada de nada, con Niño de Elche, Lee Ranaldo estuvo en Córdoba, vino al estudio y se quedó bastante alucinado. Ya tuvo una experiencia con el flamenco, con Enrique Morente, pero no llegaron a terminar el trabajo de la manera que querían, así que llevaba un tiempo buscando hacer algo que cerrase ese amago. Le grabé una guitarra de referencia para que desarrollase su trabajo, para luego, por supuesto, quitar mi guitarrita y meter la de Lee Ranaldo. Pero, cuando la escuchó, me dijo que dejara mi guitarra, y él grabó unos pianos preparados muy al estilo John Cage”.
Nombrar a Morente no es casual. A través de la luz… evoca inevitablemente a Omega. “Es cierto, me lo dice mucha gente, y yo he seguido a Morente toda mi vida… pero la verdad es que, a día de hoy, todavía no lo he escuchado. Estaba esperando a terminar mi disco, tener un buen ácido a mano y escoger el momento para escucharlo con algún amigo”.

Algunos testimonios de algunos colaboradores:

Howe Gelb (cantautor estadounidense): “La ópera flamenca de Fernando es algo absolutamente inspirador y fascinante. He participado con una breve pieza de piano. Me gusta esa forma en la que trabaja, es un hombre que se deja guiar por su instinto, se nota que tiene sentimientos. Es algo que no puedes explicar de antemano, pero el resultado siempre sobrepasa lo que has pensado. Así que estoy muy contento de haber colaborado”.

Javier Latorre (bailarín y coreógrafo): “A través de la luz es un disco muy especial, compuesto por artistas muy especiales. Me trae recuerdos de muchas cosas que han sido icónicas en mi vida: me trae aromas de Omega, de mi querido y añorado Enrique Morente, me trae recuerdos de uno de mis grandes ídolos, David Bowie, y me trae en ciertos momentos algunos sabores y detalles de mi época con La Fura dels Baus. Colaborar en este disco y en el directo es muy satisfactorio para mí, porque la idea, la propuesta y la realización corren a cargo de mi amigo Fernando Vacas, y dentro del plantel hay muchos otros buenos amigos”.

Álvaro Tarik (músico): “El descubrimiento de Blackstar en clave flamenca y todo lo que destila esta versión es pura magia. Su estreno en un teatro fue como un barco atravesando una tempestad que nos hizo perder el rumbo, pero, de forma sobrenatural, la nave llegó al más maravilloso de los puertos. De alguna manera, creo que esta obra está justificada más desde lo metafísico y lo inmaterial que desde lo terrenal”.

Remedios Amaya (cantaora): “Cantar con Fernando en su estudio, en esa iglesia (se refiere a la iglesia de la Magdalena, donde se han grabado algunas tomas de este álbum) ha sido muy especial, algo muy mágico. Este disco es una joya, con mucho sentimiento y mucha raíz. Fernando es un maestro, alguien con una mente muy adelantada a su tiempo”.

Bruno Galindo (periodista): “La ópera flamenca de Fernando Vacas es un trabajo extraordinario por partida doble. Por un lado, pone el flamenco en el abismo. Por otro, exige del rock una mirada que no suele ejercitar. El resultado es un viaje a un territorio peligroso, hermoso y fascinante”.

Hasta el domingo 1 de julio. Teatro Cofidis Alcázar, C/ Alcalá 20.
Funciones y horarios: hoy y mañana a las 20:00h.

Sobre el autor

El Asombrario & Co.

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