Los Beatles del jazz
Cinco chicos blancos de Nueva Orleans que en teoría copiaron la música de los negros y que se hacían llamar la Original Dixieland Jazz Band fueron los auténticos ‘Beatles del jazz’ y el primer grupo en grabar un disco de este estilo musical.
El jazz, aunque ahora pueda parecer lo contrario, fue en sus orígenes una música de conjunto. Con el paso del tiempo, la cosa cambió. En sus respectivas épocas, músicos como Louis Armstrong, Charlie Parker o Miles Davis lo llevaron a cotas de expresión y libertad inimaginables. Demostraron que el jazz es, ante todo, una música de solistas y ejecutantes, donde los grupos, las composiciones o los arreglos están supeditados a la destreza y genialidad del líder. A grandes rasgos, claro. Ningún osado asociaría el jazz a un grupo musical hoy en día, pero, como decimos, no siempre fue así.
En los inicios en Nueva Orleans, el jazz era algo popular, alegre, festivo, que se bailaba en las calles, en los salones, en los cafés o en los parques…, y sobre todo era una música de bandas. De todas ellas, hay una a la que la historia ha concedido el honor de ser la primera en grabar un disco de jazz. Cinco chicos blancos de Nueva Orleans que en teoría copiaron la música de los negros y que se hacían llamar la Original Dixieland Jazz Band, los auténticos Beatles del jazz.
Cuando en mayo de 1917 la compañía Victor lanzó el disco Dixie Jass Band One Step y Livery Stable Blues, grabado unos meses antes en Nueva York, se produjo una conmoción parecida a la que causó en 1962 el single debut de los Beatles con Love me do. En ambos casos, algo fresco y excitante enloqueció a las masas. El lanzamiento del Tiger Rag unos meses después, también en 1917, podría equipararse al primer número uno de los Beatles, Please please me, en febrero de 1963: una revolución musical mundial. Por parte de los Fab Four está claro, se ponían los cimientos de la beatlemanía. Por el lado de la Original Dixieland Jazz Band (también conocida como ODJB, por sus siglas) nacía oficialmente el jazz y pudo llegar a un gran público que hasta entonces desconocía su existencia.
Además, influyó decisivamente en muchos músicos que escucharon por primera vez los cacofónicos e irreverentes sonidos de la corneta de Nick LaRocca o el clarinete de Larry Shields –los Lennon/McCartney del grupo– intentando imitar los animales de un establo en el citado Livery Stable Blues. Benny Goodman, por ejemplo, reivindicó años más tarde la influencia que ejerció en su estilo el clarinete de Shields. Fue el primer vestigio de una música que ya llevaba años generándose, pero no el original, valga el juego de palabras. Algunos ven cierto oportunismo en el tema. La Original Dixieland Jazz Band no tardaron en autodenominase como los ‘creadores del jazz’, aunque ni lo crearon ni fueron los primeros en interpretarlo. Pero la Historia, esa que se escribe con mayúsculas, no suele estar para muchos matices. Lo que sí resulta incuestionable es que Tiger Rag, compuesta por LaRocca, no solo es uno estándares más tocados del jazz, para muchos es todo un emblema del estilo. El Yesterday del jazz, vamos.
Una de las muestras inequívocas del furor que obtuvieron entre el público de Estados Unidos fue el número de menciones (a veces negativas) en la prensa de la época. Las extravagancias y el concepto de espectáculo donde mezclaban bocinas, campanas y cacharrería variada con números cómicos acrecentó su leyenda. El éxito de la Dixieland Jazz Band fue tal que en 1919 cruzó el charco para tocar en Londres, convirtiéndose también en la primera banda de jazz en actuar en Europa. El público inglés, que en un principio los recibió con cierta perplejidad, no tardó en caer rendido a sus pies. Las “ensordecedoras ovaciones” –según las crónicas de la época− que recibían los dixielanders al final de cada número hubieran competido en decibelios con los gritos de las fans enloquecidas de los Beatles en los estadios de béisbol.
El concierto de la Original Dixieland Jazz Band en el londinense Palacio de Hammersmith ante más de 3.000 personas tuvo similar impacto en el momento que la primera incursión de los cuatro de Liverpool en el show de Ed Sullivan. Americanos conquistando Inglaterra; ingleses conquistando América… Hasta a la familia real británica: la Original Dixieland Jazz Band actuó ante el Rey Jorge V en 1919; los Beatles ante la Reina Isabel II en la famosa audiencia de 1966 donde Lennon pidió a los asistentes que «sacudieran sus joyas”. Pero el tour europeo de los creadores del jazz no se limitó a Inglaterra, también desplegaron su alocada música por Francia, en las conmemoraciones del histórico Tratado de Versalles. Allá donde iban esparcían la semilla del jazz.
Con el entusiasta recibimiento obtenido en el viejo continente, la vuelta de la ODJB a Estados Unidos no fue fácil. Las modas en el jazz entonces cambiaban a ritmo vertiginoso. A principios de los años 20, otros músicos pioneros de Nueva Orleans, esta vez negros, empezaron a grabar en Chicago una serie de temas que marcarían el devenir del jazz hacia otros derroteros. Jelly Roll Morton, King Oliver y sobre todo Louis Armstrong, el primer gran solista, pedían paso. En 1925, ocho años después de su primer éxito (otra equivalencia con los Beatles), la Original Dixieland Jazz Band se separaba. Eso sí, individualmente los miembros de la ODJB no tuvieron éxito como los McCartney, Lennon, Harrison y Starr. En 1936 hicieron una tímida reaparición, que apenas logró repercusión.
En los años 60, el líder de la ODJB, Nick LaRocca, reivindicó el legado de la banda como auténticos creadores del jazz, diciendo incluso que ellos lo inventaron y que los negros se lo habían robado. Las batallitas del anciano LaRocca no eran muy creíbles. Pero una cosa quedó clara: pocas bandas como la Original Dixieland Jazz Band contribuyeron a dar a conocer el jazz en todo el mundo en esos nebulosos inicios de principios del siglo XX. Una beatlemania por el jazz que alcanzó incluso la España de Primo de Rivera, donde se desató una locura por la jazz-band. Así que aunque −admitámoslo− la comparación con los Fab Four sea para algunos exagerada, sirva este artículo como excusa y particular homenaje al legado de una de las primeras bandas en popularizar el jazz. Conocer de dónde venimos puede ayudarnos a saber dónde vamos…
Foto del Hogan Jazz Archive
Comentarios
Por nELLY bRANDOLINI, el 27 marzo 2014
Es interesante buscar los orígenes de esta música. Sinceramente……sigo muy unida a Miles Davis y Chet Baker, por poner un ejemplo