El fin del mundo de la escritora Esther García Llovet
Personajes a la deriva, ciudad avatar, futuro incierto, el fin del mundo, la melancolía masculina… Así es ‘Mamut‘ (Malpaso), la nueva novela de Esther García Llovet, escritora y colaboradora de ‘El Asombrario’. No andamos sobrados de inteligencia, y ella es un ejercicio de túrmix de ‘trash‘ con alta cultura, de ‘realities’ con Foster Wallace y Werner Herzog. A las respuestas de esta entrevista (y al libro), nos remitimos.
Esther García Llovet (Málaga, 1963), vive en Madrid desde 1970, donde estudió Psicología Clínica y Dirección de Cine. Ha publicado las novelas ‘Coda’ (Lengua de Trapo), ‘Submáquina’ (Salto de Página) y ‘Las Crudas’ (Ediciones del Viento). Ahora nos trae ‘Mamut’ (Malpaso). De buenas a primeras, parece que aquí no haya nada de autobiografía, de la vida real de Esther, ni detalles ni ambientes. Bueno, quizá lo de estudiar Psicología Clínica y dirección de Cine aporta pistas.
No, no hay nada autobiográfico, pero al escribir siempre hay una interpretación del mundo que es la del autor.
Dijo Godard: “Todo lo que necesitas para hacer una película es una chica y una pistola”. ¿Y para una novela?
El cine y la literatura son medios completamente diferentes por mucho que algunos autores queramos acercarlos. En mi caso, lo que pretendo no es tanto que sea cinematográfico sino que busco la inmediatez y la sensorialidad de la imagen. También diría que para hacer una película necesitas una pistola y una chica y dos millones de euros, y para escribir una novela te sobra con un Bic.
“Un par de mamuts para Martina”. Si Martina se toma un mamut, o un par de mamuts, ¿qué pasaría?, ¿adónde subiría? Sitúanos un poco, por favor, que andamos descolocados (o demasiado colocados).
Espoiler aquí: si te tomas un mamut ves el futuro. Lo que no sabes es qué futuro.
¿De qué va Esther García Llovet? Clasifícame la novela. ¿’Thriller neo-noir’?
Diría que es una novela sobre la amistad con una tragedia griega en el armario.
«¿No ves cómo se está viniendo todo abajo?” “La Fiesta del Milenio” ¿Es ‘Mamut’ una novela crepuscular? ¿Un ‘western’ crepuscular? En un momento dices: «¿Es el Fin del Mundo? ¿Y por cuánto tiempo?». ¿Tienes esa sensación de Fin del Mundo? ¿Te lo imaginabas así?
Un fin del mundo de desintegración a cámara muy lenta, milenaria, moscas que tardan cinco años en palmarla. Detener el vértigo.
Veo algo, o mucho, de melancolía masculina…¿Nueva versión, con el personaje Junot, del que interpreta Ryan Gosling en la película ‘Drive’?
La melancolía masculina, las amistades masculinas, aquella nobleza tan cursi del If de Kipling. El colegueo. Casi todos mis amigos son hombres, es mi tema.
Junot , Martina, Cisco, Bendito, Truca, Augusto Li. ¿Qué representa este grupo de gente? ¿De dónde has sacado esos nombres, tienen algún significado más allá de nombrarlos?
Son personajes a la deriva, en los márgenes, aparecen y desaparecen sin dejar rastro. En eso diría que sí es una novela negra.
En tu anterior novela, ‘Las Crudas’, todo parecía suceder en San Francisco, pero podría ser cualquier otro sitio con una bahía. ¿Por qué te arriesgas a no enraizar a tus personajes? ¿Hay algo en la vida de Esther que le hace escribir así?
Digamos que Mamut ocurre en Los Ángeles y en Seattle. La primera la conozco, la segunda no. Pero siempre ocurre que las ciudades las recreo y las distorsiono al escribir, no de forma voluntaria, ocurre solo. Ciudad avatar.
Moteles, vagones de un tren descarrilado, un toro mecánico, plantas de agave, bikinis de crochet… ¿Adónde nos has llevado? ¿Qué es el Gran Norte? Ubícanos, por favor.
Os he alejado de las multitudes porque es la única forma de ver a las personas.
Personajes y narrador miran constantemente al cielo, y caminan mucho. ¿Es también tu caso? ¿Miras al cielo esperando que caiga algo? ¿Caminas mucho persiguiendo algo?
Sí, camino mucho, cada vez me cuesta más estar en sitios cerrados, me encanta caminar. Miro al cielo a ver si aparece mi nave nodriza de una vez por todas.
Hay otra frase que me conmueve, y quiero preguntarte por ella: «Los treinta están bien. Aún queda algo de santidad, de santidad, de santidad. Y la desesperación por la belleza. Luego todo empieza a fundirse».
Vaya. Escribí Mamut hace un año y medio o así. Ahora no suscribiría esta frase. Ahora diría que la belleza puede volver a reventarte en la cara, que hay cosas que ocurren por primera vez, no importa cuándo.
Al hilo de esto, y fijándonos en la forma. Hay muchas repeticiones en el relato, como letanías, pequeñas obsesiones, pequeñas pesadillas que golpean en el cerebro. ¿Te pasa en la vida? ¿Te obsesionas con algo y se te repite un pensamiento como un martillo golpeando una y otra vez dentro, dentro, dentro?
Esta pregunta tiene que ver con escribir. Tiene que ver con la dificultad de mantener el tono de la novela, el humor, el mismo nivel energético a lo largo de muchos meses, que puede ser una putada porque no es el tuyo. Esto daría para mucho que hablar. Lo privado y lo público del autor. Otro día.
¿Hasta dónde llega la influencia en tu obra de tus reverenciados Roberto Bolaño y David Foster Wallace?
Bolaño me llevó a escribir y lo he leído todo de él. DFW no. DFW te lleva a leer, es oceánico, no te ofrece ninguna playa hacia la que nadar, y esa es una compañía extraña que a mí me seduce mucho. Bolaño. De Bolaño me acuerdo pero dónde está (Gil de Biedma, sí).
Eres la única persona que conozco que ha leído en inglés las 1.079 páginas de ‘La broma infinita’, de Foster Wallace. ¿Es un farol? ¿Qué opinas de esa obra, considerada por unos una genialidad y por sus detractores un pestiño?
Y las he leído más largas: De Lillo la tiene más larga. Stephen King la tiene más larga (sí, leo al Rey). Proust la tiene más larga, ése sí que tenía la broma infinita. No veo nada de particular en que la novela sea muy larga; lo jodido es escribirla, no leerla. La broma infinita la leí hace un par de años, solo hay que escoger el momento adecuado y saber que durante un mes y medio no vas a tener más vida social que esa.
Hay mucho ambiente oscuro, espacio ‘underground’, callejones lóbregos.. . ¿Te atraen, los frecuentas (en la vida real o en tus lecturas)? ¿Por qué? ¿Para qué?
No diría tanto lo lóbrego y oscuro como lo desclasificado, lo que no cae en lo evidente, lo marginal.
¿Cómo te sientes escribiendo en español sobre una base literaria tan norteamericana? Como reclamo en la solapa, se define ‘Mamut’ como una mezcla de Cheever con Tarantino. ¿De acuerdo?
Lo de Cheever y Tarantino lo escribió Paul Viejo. Es cierto que leo mucha literatura en inglés, es una lengua con un vocabulario apabullante, con una palabra para todo, para cada estado de ánimo, el Ikea de los idiomas. Es curioso que un pueblo tan flemático, tan british, luego sea tan extraordinariamente plástico al expresarse. No escribiría nunca en inglés. ¡Ya quisiera!
¿Cuáles son los libros leídos últimamente que más te han influido?
El año pasado leí La experiencia dramática, de Sergio Chejfec, que me dejó KO y me llevó a leer otra vez a Juan José Saer, que recomiendo siempre. También recuerdo como lectura reciente The conquest of the useless, de Werner Herzog, deslumbrante, lúcida. Let’s freak.
Y ya que es tan cinematográfica la novela -hay pasajes que son una pormenorizada descripción de guion de cine-, ¿cuáles son las películas que más te han influido?
Uf, el cine. Hace unos meses vi The act of killing, de Oppenheimer, mi película preferida del año pasado. Pero hay mil más, demasiada tela. ¡Otro día!
Y de la tele, ¿algo te influye? Porque una de las pocas referencias que engarzan con la vida real en ‘Mamut’ es la sintonía de ‘Falcon Crest’.
La tele. Veo realities, sí, chicas que escogen su traje de novia, dos gemelos arquitectos que destrozan casas a martillazos, Supervivientes. Veo la tele cuando llego a casa tarde, como el postre barato de muchas calorías. Lo disfruto enormemente. Sí querría ver True Detective, pero de una vez, en un solo día.
Nuevos proyectos, Esther.
Ahora estoy traduciendo The Facades, de Eric Lundgren, un autor aquí aún desconocido. Estoy con las correcciones de Cómo dejar de escribir, mi nueva novela, y preparando un libro-reportaje sobre el bourbon. Y con las notas para la siguiente novela, que será de terror.
En un momento dices del protagonista: «Se da cuenta de que a partir de ahora va a tener que estar vivo todo el tiempo». ¿Es tu caso?
Viva. Pues no sé. Estoy con antihistamínicos.
Comentarios
Por Olga, el 31 marzo 2014
Me gusta La Llovet sólo que tengo un pero «imita demasiado a alguien». Y esa forma de escribir, que es suya y de los demás, llega a ser predecible. Cuando no se le nota mola mucho más.
Pero está bien, la verdad.
Por Sharkasmo, el 10 abril 2014
Novela corta por entregas Los Hijos del Porno.
Orden de lectura: JOTA día 1, MARISA, SILVIA, JOTA día 2, JULIO, JAIME, JOTA día 3, JOAQUÍN, JACOBO.
Gracias por leer!!
@sharkasmo
http://loshijosdelporno.blogspot.com.es