Mats Bäcker, el rock en crudo
El fotógrafo sueco Mats Bäcker trae a Madrid una muestra de sus fotos más desnudas de grandes iconos del rock, tomadas en los años setenta y ochenta. Desde Rolling Stones a U2. En su momento respondían a una inquietud punk del autor, ahora se ven ya como retratos clásicos, de los que nunca pasan y han ayudado a configurar la imagen universal de esos músicos.
Las fotos más auténticas de rock and roll suelen decir mucho de la relación entre el artista y el fotógrafo. Puede parecer gratificante tomar fotos a músicos; gratificante también porque hay más papeletas de que la imagen tenga proyección e incluso logre cierta fama. Pero la buena fotografía en este ámbito deja atrás lo obvio y muestra lo inesperado. Porque el rock bebe de básicamente dos elementos: música y actitud. La imagen que un artista da es casi tan importante como su música. Una foto de rock tiene que extraer, mejorar o mitificar esa imagen del artista. O atreverse a deconstruirla.
Esta es, a grandes rasgos, la filosofía de Mats Bäcker, fotógrafo sueco que ha retratado a la mayoría de los grupos de rock europeos que recalaban en Suecia entre 1977 y 1986, y que ahora expone en Mondo Galería, en Madrid, bajo el título Raw Power, Mats Bäcker.
Bäcker nació en 1958 en Hagfords, un núcleo industrial situado en una zona boscosa del centro de Suecia, pero pronto abandonó esos parajes naturales por la ciudad y los escenarios. Con todas sus consecuencias. “Empecé a hacer fotos cuando era un adolescente para ganar algo de dinero. Eran mediados de los años 70 y entonces llegó el punk, que se convirtió en una inspiración para mí, como músico y como fotógrafo”, nos cuenta Bäcker por mail desde Estocolmo. “A los 19 años trabajaba como freelance haciendo fotos de los grupos de música y colaborando con una revista de música radical. Cuando se convirtió en algo demasiado estalinista y menos libre, algunos de los que trabajábamos allí fundamos una nueva publicación, Shlager, The only rock magazine. Era un título irónico, que significa malas canciones. Nos inspirábamos en las revistas inglesas de música como The New Musical Express y The Face. Lo que me gustaba de ellas era que consideraban la fotografía no solo como algo para ilustrar, para acompañar un texto, sino como imágenes artísticas independientes. Pennie Smith y Anton Corbijn son dos fotógrafos que me inspiraron especialmente, dentro de la corriente que consistía en fotografiar al artista en blanco y negro, con composiciones gráficas, no como a estrellas. Tuve mucho contacto con ellos esos años”.
Cuando se le pregunta por su imagen favorita de las realizadas en los años setenta/ochenta, contesta: “Es imposible decir una. Es diferente según los días. A veces la que más me gusta es una de las antiguas y otras una de las últimas. Pero si tengo que elegir una, podría ser un retrato extraño que le hice al clarinetista Martin Frost. Es la primera foto de mi web de música”.
En la actualidad Bäcker realiza trabajos más tranquilos. Fotos de ópera, danza y trabajos personales en su estudio ocupan la mayoría de su tiempo, aunque afirma que le divierte seguir exponiendo sus fotos de rock, como este proyecto de Raw Power que trae a Madrid.
Como ejemplo de la exposición, hemos seleccionado cinco imágenes por las historias que tienen detrás; que las cuenta el propio fotógrafo:
Iggy Pop (1977).
«Estaba en Copenhague en su gira de presentación del Lust for Life. Era la primera vez que venía a Europa. Tenía 29 años y se había convertido en uno de los iconos del punk de los años 70 con su banda de culto The Stooges. Yo estaba en mi segundo año en la escuela de fotografía y me dedicaba a retratar bandas como freelance para algunas revistas. Unos días antes de nuestro encuentro, su amigo Marc Bolan había muerto. Cuando llegamos al Hotel Plaza en Copenhague, Iggy estaba sentado absorto en un periódico leyendo sobre el accidente de coche de Marc. Después de un rato, miró hacia arriba tendió la mano y dijo: ‘James Osterberg’, su verdadero nombre. Enseguida me presentaron, y al oír mi nombre, Iggy me miró sorprendido y dijo: ‘Orson Welles?’. Aunque me intimidó, dije ‘Yeah’. Durante toda la entrevista, Iggy habló de golf, lo que fue una sorpresa; ni parecía ni actuaba como el rebelde salvaje al que esperábamos entrevistar».
Joe Strummer (1977).
«¿Sois rockeros?, nos preguntó Strummer cuando abrió la puerta de su diminuta habitación en el Motor Hotel de Arlöv. El periodista que me acompañaba, Bengt Eriksson, y yo lo negamos. Nos dijo que era una broma porque había leído en los periódicos ingleses que algunos rockeros suecos tenían la costumbre de dar patadas a los punks. Estaba sentado tocando la guitarra y respondiendo con desgana a las preguntas que le hacía Bengd sobre política. ‘Para mí la política es una mierda. Cualquiera que me diga lo que tengo que hacer se puede ir al infierno. Esto va para todos, los de derechas y los de izquierdas’. Mi foto ahora se ha convertido en clásica, se la hice en la desnuda habitación del hotel. Cuando la publicaron en el periódico, la cortaron tanto que redujeron uno de los iconos del rock a una miserable foto de pasaporte. Luego esa imagen se convirtió en una de las más publicadas de Joe Strummer. Durante años, ha sido la primera que salía en Google cuando buscabas fotos de él. Incluso llegaron a usarla para un folleto de publicidad de Converse sin mi permiso».
Rolling Stones (1982).
«Los conciertos de los Stones en el Ullevi Stadium en Gotemburgo abrieron una nueva era en Suecia, fueron los primeros megaconciertos. Al aire libre, con multitud de espectadores y escenarios gigantes. Y ver a los Rolling Stones a la luz del día fue una experiencia increíble. Me dio la oportunidad de fotografiar a Keith Richards sin parar de fumar. Estuve todo el rato moviéndome alrededor del escenario para tratar de captar su pelo y el humo recortados en las luces. Con las fotos de los Stones hice ese mismo verano mi primera exposición, fue en la Galería Gauss de Estocolmo. Las fotos se hicieron tan famosas que incluso hubo un intento descarado de robarlas. Un toxicómano se metió algunas de las que no estaban enmarcadas bajo su ropa y salió corriendo. Pero el dueño de la galería salió tras él y le atrapó. La foto en color de Richards fue la primera foto que vendí en mi vida. 30 euros en el otoño de 2010».
David Bowie (1983).
«Era la vuelta de Bowie después de cinco años de silencio. Tenía 37 años y estaba otra vez en los escenarios invitando a la gente a ponerse sus zapatos rojos y bailar Let’s dance. La gira empezó discretamente con dos conciertos en Bruselas, en un lugar apartado para un concierto de rock. Toda la prensa mundial estaba allí para asistir al comienzo de la gira y tratar de interpretar la nueva encarnación visual de Bowie. Para mí fue una experiencia completamente nueva en cuanto a la forma de fotografiar un concierto. Los organizadores habían construido un pódium para nosotros, bastante lejos del escenario, e insistían en que solo podíamos fotografiar las tres primeras canciones. Cuando se acabó el tiempo, unos guardas de seguridad nos desalojaron bruscamente y nos dijeron que si queríamos ver el resto del concierto, les entregáramos las cámaras. Solo nos separaba una cortina del público que estaba en el otro lado. En un momento de descuido de los guardas, cogí mi equipo y salí corriendo para sumergirme entre la multitud. Desde allí avancé hasta que llegué al escenario y desde esa posición saqué fotos del resto del concierto. Mi imagen clásica, Cräcked actor con Bowie en el papel de Hamlet, está tomada desde ahí, desde el borde del escenario. El papel de Hamlet es perfecto para David Bowie, un artista que constantemente está experimentando en nuevos campos, cambiando de aspecto y escribiendo nuevos papeles para sí mismo».
U2 (1982)
«Era el año anterior a sacar su álbum October, y la banda se encontraba todavía en el principio de su carrera. Estaba con ellos en el backstage antes del concierto en Roskilde. La barraca en la que se quedaban estaba dividida en dos partes. El grupo podía disponer de ellas la mitad del tiempo, entre las 17.00 y las 22 horas. Nos sentamos a charlar allí y me ofrecieron zumo de fruta directamente del envase. Los organizadores traían a los artistas en autobuses, nada de limusinas. Durante el concierto se rompió un amplificador y hubo que interrumpir la actuación durante un rato. Bono se disculpó diciendo: “Esto os demuestra que todavía somos una banda de garaje de una tierra de garaje”.
Hasta el 1 de mayo. Mondo Galería. San Lucas, 9. Madrid. Martes a viernes: 11.00 a 14.00 y 17.00 a 20.30 h. Sábados: 11.00 a 14.00.
Comentarios
Por Sharkasmo, el 10 abril 2014
Novela corta por entregas Los Hijos del PORNO
Orden de lectura: JOTA día 1, MARISA, SILVIA, JOTA día 2, JULIO, JAIME, JOTA día 3, JOAQUÍN, JACOBO.
Gracias por leer!!
@sharkasmo
http://loshijosdelporno.blogspot.com.es/