Las caras de la homofobia
El alcalde de Torremolinos, Pedro Fernández Montes, del Partido Popular, prohibe el transformismo en un acto organizado por las asociaciones de gays, lesbianas y transexuales de la localidad. El autor, Paco Tomás, recrimina la utilización de la ideología o las creencias particulares de un político para menoscabar derechos de la ciudadanía.
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Interrumpo momentáneamente mis vacaciones, mi descanso profesional, porque si hay algo que me desasosiega es la estupidez humana. Permítanme desahogarme antes de regresar a la orilla.
Leo, con los ojos como platos soperos, que el alcalde de Torremolinos, el señor Pedro Fernández Montes, ha prohibido el transformismo en un acto que había organizado la asociación de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales de la localidad (COLEGA), en colaboración con varios empresarios de locales gays de La Nogalera, y que tenía previsto celebrarse el próximo viernes día 25.
Lo que ha truncado mi reposo estival ha sido el argumento empleado por el ayuntamiento de Torremolinos para censurar una forma de expresión del colectivo homosexual y que, curiosamente, es la misma excusa que emplea Putin en Rusia, los primeros ministros de Ucrania e incluso el partido comunista y la iglesia ortodoxa en Moldavia para perseguir lo que ellos llaman ‘propaganda homosexual’: la protección de los menores.
El señor Fernández Montes considera que un espectáculo de transformismo no es adecuado para la infancia. Ahora podría hablar de la responsabilidad que tiene el señor Fernández Montes, como alcalde de la ciudad, de salvaguardar el correcto desarrollo de los menores respecto a su identidad y orientación sexual pero eso supongo que es elevar demasiado el discurso así que bajaré el listón para que me entienda.
Cuando derechos fundamentales, como la libertad de reunión o la libertad de expresión, está por debajo de conceptos tan abstractos como esa idea cateta de pensar que un hombre vestido de mujer es una mala influencia para un menor, nos estamos acercando mucho al fundamentalismo islámico, por ponerle un ejemplo. Cuando un derecho está sujeto a la moral o la ideología del alcalde de turno, tenemos un problema. Porque la moral y la ideología son opciones personales, y los derechos, basados en un principio tan elemental como la igualdad, es terreno de todos. Todo el mundo tiene los mismos derechos. Tanto el que se expresa con procesiones religiosas, como el que lo hace con coros rocieros o el que decide hacerlo con un espectáculo de transformismo. Cualquier ideología o creencia que le imponga a un colectivo cómo debe expresarse, cómo debe vestirse, cómo debe celebrar sus fiestas, está cometiendo no solo una injusticia, basada en el prejuicio, sino que está vulnerando un derecho fundamental.
Es evidente que la homofobia tiene diferentes caras y que se va adaptando a los tiempos, disfrazándose, empleando nuevos argumentos para sembrar el prejuicio en una sociedad mucho más abierta y plural de lo que los políticos creen. Una de esas manifestaciones de homofobia que más daño está haciendo a los derechos humanos lgtb en todo el mundo es aquella que emplea la protección de la infancia como excusa para filtrar toda una serie de prejuicios morales e ideológicos con el único propósito de criminalizar una orientación sexual y una forma de expresión cultural. Supongo que para el señor alcalde de Torremolinos ser homosexual es una elección de la que hay que proteger a los menores, no sea que al colocar un escenario con travestis cerca de un parque infantil se provoque un contagio masivo de homosexualidad en toda una generación de pequeños y pequeñas torremolinenses. Se sorprendería el señor alcalde si supiera que, con seguridad, esos niños tienen muchos menos prejuicios que él. Quizá los padres estarían mucho más agradecidos si su partido no recortase en educación, ni en becas, ni en subvenciones a los comedores escolares, y se preocupase menos de intentar imponer su moral a la ciudadanía.
Si se prohíbe a un colectivo expresarse tal y como siente, está dando a entender que la manifestación de uno mismo es peligrosa. En el fondo, el ayuntamiento de Torremolinos está castigando a un grupo de ciudadanos por ser quienes son. Y eso no es una protección a los menores; es la persecución a un colectivo.
Utilizar la imagen del niño para prohibir algo es dar a entender que ese algo es perjudicial para el niño. O sea, que no debería estar legitimado. Y no solo no hay nada dañino en la homosexualidad sino que vestirse de mujer, siendo un hombre, forma parte de la cultura popular desde hace siglos. Sin embargo, por ejemplo, sí está demostrado que el tabaco es nocivo para la salud. ¿Prohibirá el alcalde que los adultos de Torremolinos puedan fumar delante de un menor ya que no es un hábito adecuado para un entorno infantil? Para mí es más preocupante educar a un niño en la discriminación y el prejuicio que dejarle ver a un señor vestido de Rocío Jurado cantando “Como una ola”, las cosas como son.
Es curioso que el ayuntamiento, defendiéndose de las acusaciones de homofobia que ya se han vertido sobre él, se reconozca como un municipio tolerante y respetuoso con las libertades individuales. Y en nombre de esa ‘tolerancia’, no quiere ejercer “ninguna discriminación, ni positiva ni negativa, respecto al colectivo gay ni cualesquiera otros colectivos sociales”. Quizá el consistorio ignora que la discriminación solo es negativa. Lo contrario es igualdad, justicia, solidaridad, compromiso. Dejar que un colectivo se exprese libremente y de la manera que quiera hacerlo, ya sea vistiéndose de mujer o mediante una misa, no es una prebenda, ni un privilegio, ni una compensación; es justicia social y respeto a los valores democráticos de igualdad.
Y ahora, regreso al mar.
Comentarios
Por TITO DELUXE, el 23 julio 2014
QUE GRANDE ERES PACO TOMAS
Por Nagore Gore, el 23 julio 2014
No te vayas al mar!!! te necesitamos amiga!!!
Por abuenashoras, el 23 julio 2014
El transformismo es la sublimación de la representación teatral. Es la doble faz de Talía y Melpómene… Es el mamarrachismo premeditado y desprejuiciado dirigido a entretener y hacer disfrutar.
El «Ilustristísimo» Sr. Alcalde de Torrelodones debería meterse un día en «El caldero de Nacha» y vería como no quema nada.
Por guss, el 23 julio 2014
Es increible como seguimos soportando a estos trogloditas. A las guillotinas.
Basta de robarnos la dignidad, y el pan. SO choris que os habéis puesto en la España del Hambre del 2014.
Robar, y reprimir si que se os da bien.
Que chusmaza !!!
Por Monosabio Reloaded, el 23 julio 2014
Que unos se disfracen de curas con mucha pluma y otros de niños con uniforme escolar
A ver si el alcalde pilla la indirecta sobre la hipocresía social
Por rafael girón galván, el 23 julio 2014
Es lo que hay con estos mandatarios y otros considerados «progresistas». Mangav ancha para ellos y muy estrecha para los demás…Salud.
Por Nely García, el 23 julio 2014
La libertad de mostrarse con naturalidad según su forma de ser, es mucho más sana que el oscurantismo, pues lo prohibido genera obsesión.
Pensaba que la sociedad ya había dejado atrás los prejuicios absurdos, para integrarse en un ambiente abierto y ético, donde todos tienen cabida.
Por Daniel, el 23 julio 2014
¿Cuál es la base legal de esa decisión? ¿En qué norma jurídica se ha amparado para poner esas condiciones a una manifestación cultural? Me interesaría mucho tener estos datos, y espero que las víctimas de esta prohibición interpongan los recursos correspondientes ante los tribunales, porque no se puede permitir a un alcalde que dicte los actos que le dé la gana pensando que su palabra es la ley.
Por Bathory, el 24 julio 2014
Me pregunto si no será perjudicial para la formación de los niños la exhibición pública de personas torturadas, aka procesiones….
Por Monosabio Reloaded, el 25 julio 2014
LA religión vive del miedo, fundamentalmente del miedo a la muerte, esas escenas de sadomaso, basadas en una compilación de supuestos hechos improbables, son la forma de recordar y alimentar el miedo
Sin la promesa de paraíso y vida eterna ni el miedo al infierno, la religión habría desaparecido hace mil años
Por Nacho Tunez, el 27 julio 2014
Como siempre, que bien sienta leer un articulo de Paco Tomas
Por jose luis, el 11 agosto 2014
Yo creo, o no, que los ciudadanos nos merecemos, o no, unos politicos que no supuren tanto fascismo ideologico. Propongo que la gente que este en Torremolinos salga ese dia, independientemete de su orientacion sexual, vestido de alcalde democratico. El problema es si se encuentra ese disfraz. Creo que no.