¿De verdad que ser autónomo es lo peor que me puede pasar?
En la carta de Guille que hemos recibido en la Redacción de ‘El Asombrario’ a través de Alejandro Palomas, nos traslada algo que le ronda la cabeza y no se lo puede sacar: A él le gustaría ser librero o Mary Poppins, pero su vecina del segundo A le ha dicho que ni se le ocurra, que tendría que hacerse autónomo y eso es lo peor que le puede pasar, porque no va a tener ni derecho a vacaciones. Las dudas que le surgen a Guille, de nueve años, nos hacen pensar una vez más sobre muchas cosas que nos rodean y asumimos sin más.
Hola, señor Director, es que hoy es un poco raro porque llueve aunque sea verano y, como no podemos bajar a jugar a la plaza, nos hemos quedado en casa para que cuando salgamos la calle huela bien y a lo mejor ya se habrá vuelto limpia sin que pase el camión con el chorro que lo moja todo. A veces, cuando llueve, me siento en el balcón y me acuerdo de mamá, porque como dice la señorita Sonia que aunque el agua baje de las nubes viene del mar, pues a lo mejor como mamá vive en el fondo con los sirenos por el accidente de avión, seguro que algún día lloverá un poco de ella y bueno.
Nazia dice que los señores del chorro que salen cuando no llueve y mojan las calles con las mangueras gordas del camión fuman mucho porque son autónomos. Se lo dijo un día el cartero a su madre cuando todavía tenían el súper abierto. Y también le dijo que como son autónomos no tienen vacaciones ni se ponen enfermos nunca, por eso siempre están preparados para salir con la manguera como los bomberos, pero cada uno en su casa para no gastar. Papá dice que cuando te haces mayor y no eres rico tienes que trabajar y a veces estás en el paro como él, que es malo porque te quedas en casa y fumas más y también tomas unas pastillas que son las del paro. Pero la semana pasada, la señora Roca, que vive en el segundo A, le dijo a papá que estaba preocupada porque a su marido le han dicho que se tiene que hacer autónomo y también dijo:
“Casi habría preferido que lo echaran. Ahora ni vacaciones en Calpe ni nada. Encima, como en verano hay tanta faena, pues a pasar calor y a ver la tele. Menos mal que la casa es nuestra, que si no, imagínese ahora con una hipoteca”. Luego hablaron otro rato más y la señora Roca dijo: “Ay, qué pena” dos veces o más y me miró un poco raro y movió la cabeza así. Y dijo: “Y tú, Guille, espero que ya se te haya quitado de la cabeza esa tontería de que quieres ser Mary Poppins de mayor, porque deja que te diga una cosa: ser Mary Poppins no es como antes, eso tenlo clarito. ¿Y sabes por qué? Pues porque seguro que ahora te tocaría ser autónomo y ni siquiera tendrías seguro médico ni nada. Y luego está lo de hacienda. ¿Qué crees tú que iba a poder desgravarse esa pobre mujer si no tiene hijos ni coche ni una triste oficina donde caerse muerta? No, Guille. Mary Poppins no, que es una esclavitud. Ni librero, librero tampoco, que no hacen más que cerrar librerías todos los días porque la cosa está muy mal. En fin, en fin…”. Y ya está porque llegó el ascensor.
Señor Director, ¿usted sabe si puedo ser Mary Poppins sin ser autónomo o a lo mejor no habrá ninguna oficina donde me quieran cuando me den el certificado? Es que Nazia me dijo ayer que ahora no es como antes y que oyó en la radio que la Cenicienta, Blancanieves y la señora Spiderwoman que es de verdad también son autónomas porque como no se quieren casar con el príncipe para ser libres pues el Presidente del Palacio las tiene castigadas. Y también dice que si eres autónomo tienes que rezar mucho, bueno, todo el rato, para poder casarte. Es que como no te dan vacaciones no puedes jugar y si no puedes jugar seguro que nadie te quiere. A mí me pasa. Bueno, con Nazia no, pero antes de que Nazia llegara a la escuela sí.
Y otra cosa, pero solo una. ¿Usted tiene madre, señor Director? Es que como la mía no está, no sé si las madres de los autónomos quieren menos a sus hijos y tampoco sé cómo será cuando me den mi certificado de Mary Poppins y ella me vea desde donde esté vestido de autónomo y fumando todo el rato como los hombres que riegan las calles cuando no llueve. Y a lo mejor se pone triste, y yo no quiero.
No, señor director. No quiero.
No hay comentarios