‘La isla mínima’ se llevará seis goyas, pero no arrasará

Fotograma de ‘La isla mínima’ de Alberto Rodríguez.

Serán unos premios repartidos. ‘La isla mínima‘, de Alberto Rodríguez, ganará pero no arrasará, en la gala de los 29 Premios Goya de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, que se celebrará el sábado en el Hotel Auditorium de Madrid, presentada por Dani Rovira. Se llevará seis estatuillas, siete si gana el de Mejor Banda Sonora, categoría que no se ha sumado a la valoración en esta reseña. Le seguirá ‘Relatos salvajes‘, con cuatro, y ‘Ocho apellidos vascos‘, con tres. Aquí la particular ‘quiniela argumentada’ de ‘El Asombrario‘. El domingo nos podéis aplaudir (o echarnos en cara el atrevimiento).

La mejor película con producción española del año, Relatos salvajes (Damián Szifrón), nominada a nueve Goyas, sólo se llevará a casa cuatro -dos de ellos técnicos- de los siete que merece (ocho si sumáramos la Mejor Banda Sonora). Ocho apellidos vascos –cinco candidaturas- se volverán a casa con tres cabezones, todos de relevancia. El Niño -16 nominaciones-, Magical Girl -7 candidaturas- y 10.000 kilómetros -3 candidaturas- se llevarán dos cada uno. Open Windows y Autómata se irán a casa con uno. Si hiciéramos un ratio entre candidaturas y premios, El Niño será la gran perdedora. Javier Gutiérrez, Bárbara Lennie, Carmen Machi, Natalia Tena y Alex Catalán son los nombres de los premios más cantados, por propios méritos y los de sus rivales.

El Goya a la Mejor Película será para La isla mínima, del sevillano Alberto Rodríguez. Tras siete nominaciones (y cero premios) en los principales premios del cine español desde la muy prometedora 7 vírgenes (2005), y una carrera llena de títulos de mucha valía, ya le toca al director sevillano. Es lo que habrán pensado también muchos académicos. Claro que este año, en justicia, todos esos premios se los debería arrebatar Damián Szifrón con Relatos salvajes. Pero el filme hispano-argentino ganará poco en estos Goyas por dos factores: es más argentina que española, por el lugar de rodaje y equipo técnico-artístico; y coproduce El Deseo, de los hermanos Almodóvar, a quien buena parte del cine español (también la crítica) sigue sin reconocerle lo que es: el más importante director de cine español de los últimos 30 años, no sólo el más internacional. Tampoco hay productora de cine en nuestro país que sume apuestas y propuestas con la calidad de El Deseo. Pedro Almodóvar –quién si no- entregará el Goya de Honor a Antonio Banderas en la gala.

Así son las cosas. Relatos salvajes es, con diferencia, la mejor película, como avalan su recorrido en festivales y sus registros globales en taquilla. Descartada la de Szifrón, que sí se hará con la consolación de la Mejor Película Iberoamericana, La isla mínima cuenta con cuatro factores clave a su favor. El primero, que no siendo el mejor filme de Alberto Rodríguez, tiene el respaldo de una importante cadena televisiva (Antena 3); el segundo, que acumulará muchos votos de académicos andaluces; y el tercero, el ya comentado, Alberto Rodríguez ha estado por méritos propios todos los años en la terna de los Goya yéndose a casa de vacío. Este último factor contribuye de forma definitiva a descartar la película El Niño, pues su director, Daniel Monzón, ya se llevó todo y más (de lo que merecía) con Celda 211 (2009).

¿La raruna Magical Girl del cuasi debutante Carlos Vermut podría dar la campanada frente a la todopoderosa La isla mínima? A la manera de La soledad (Jaime Rosales) frente a El orfanato (Juan Antonio Bayona) en la 22 edición (2008), podría sólo si contra el filme de Alberto Rodríguez se levanta un improbable frente común. Pero Telecinco tiene su baza con El Niño, el cine vasco con Loreak y El Deseo con Relatos salvajes. Sin ser un filme redondo –lejos está de ser “la gran revelación del cine español en lo que va de siglo” (palabras de Pedro Almodóvar), Magical girl perdurará más que La isla mínima.

Fotograma de ‘Ocho apellidos vascos’.

El mayor riesgo en la propuesta de dirección tampoco será suficiente para que el Goya al Mejor Director recaiga en Carlos Vermut por Magical Girl, aunque quien debería ganar sería siempre Damián Szifrón (Relatos salvajes). Ganará Alberto Rodríguez por La isla mínima. Los siete cortos de Relatos salvajes son, entre otros, una demostración de la extraordinaria habilidad de Szifrón para dirigir narraciones con pulsos distintos. Teniendo en cuenta que, tras el argentino, la mejor propuesta de dirección es la de Carlos Vermut, que La isla mínima es un thriller efectivo en el que Rodríguez cumple (de forma sobresaliente) con los corsés del género, espero, no obstante, que se imponga la justicia y los académicos no opten por el andaluz. El Goya al Mejor Guión Original sí que tendrá que ser –exista Dios o no exista- para Damián Szifrón. Si los académicos siguen anteponiendo en una categoría tan indiscutible la condición de argentino de Szifrón, será para Carlos Vermut. El madrileño, sin duda, lo merecería más en una candidatura que se denominara Mejor Guión Originalissimo.

Ha ido acumulando premios desde el festival de San Sebastián y no hay razones para pensar que Javier Gutiérrez no se llevará otro premio, en este caso premio gordo, el de Mejor Interpretación Masculina Protagonista, por su gran papel del poli Juan en La isla mínima. Podría suceder que Luis Bermejo, por Magical Girl, también se lo llevara a casa. Pienso que lo merece más. Pero sí, el trabajo de Gutiérrez eclipsa a Raúl Arévalo en La isla mínima y Ricardo #todosomosBombita Darín no cuenta, pues su premio sería, en todo caso, en una hipotética Mejor Interpretación Masculina Protagonista en Película de Cortometraje.

En la categoría de Mejor Interpretación Femenina Protagonista, las tres propuestas de Bárbara Lennie este año no son las mejores de su carrera, pese al chau chau mediático. Me refiero a los dos filmes con los que tiene presencia en estos premios Goya, Magical Girl y El Niño, y en Murieron por encima de sus posibilidades, de Isaki Lacuesta. Esa ambivalencia minimal que exhibe en Magical Girl (fría por fuera, chiflada por dentro) puede acompañar bien al personaje insuficientemente definido que representa, pero no es suficiente para merecer un premio que, sin embargo, recibirá. Será un “ya le toca” similar al de Alberto Rodríguez. Y es verdad que Lennie cuenta a su favor con una capacidad de seducción de la cámara que sólo tienen las muy grandes. Su única rival seria es Macarena Gómez, por Musarañas (Juanfer Andrés, Esteban Roel). Gómez es de las pocas opciones del filme producido por Álex de la Iglesia, que habrá echado los restos para un reconocimiento de categoría para su película. Por otro parte, la interpretación de María León en Marsella (Belén Macías) es de sobresaliente, pero el filme no está a la altura. Su condición de actriz ya premiada en los Goya contribuye para no tenerla en cuenta más allá de la nominación.

La denostada por la crítica -y un sector de la profesión- y adorada por el público Ocho apellidos vascos (Emilio Martínez Lázaro) es el fenómeno del cine español de 2104. Conducir a las masas a las salas de cine merecería reconocimientos en estos premios. En la categoría Mejor Interpretación Masculina de Reparto hay quien pueda argumentar que Karra Elejalde tenía fácil meterse en el papel de Koldo, padre de Amaia (Clara Lago), por su condición de vasco. Pero podríamos decir lo mismo de José caradelechuga Sacristán en Magical Girl. Los dos tienen Goya, así que el premio convertirá a ambos en repetidores. Me quedo con Elejalde por hacerme llorar de la risa.

La categoría Mejor Interpretación Femenina de Reparto ofrece menos dudas. Será Carmen Machi, por Ocho apellidos vascos, su primera nominación y su primer cabezón. Pese a la buena interpretación de Goya Toledo en Marsella, la canaria parte con pocas opciones frente al torbellino Machi, que sólo con la secuencia de la borrachera en el filme de Emilio Martínez Lázaro merecería el premio.

10.000 kilómetros, el filme de Carlos Marques-Marcet, ganará la Mejor Dirección Novel. Sólo el soberbio plano secuencia con que arranca la película ya basta para otorgárselo. Dos actores (ella fantástica) soportan el peso de todo este filme que habla de amores a los que la distancia ayuda a terminar. La inglesa de origen extremeño Natalia Tena sólo cuenta en contra con su condición de no española y una amplia carrera en producciones internacionales de primer nivel para llevarse lo que merece, el Goya a la Mejor Actriz Revelación.

Más dudoso está el Goya al Mejor Actor Relevación. El compañero de reparto de Natalia Tena en 10.000 kilómetros, David Verdaguer, lo tiene más difícil. Puede que los académicos opten por un premio ex aequo a la pareja (no sería inmerecido), pero en esta categoría están como poderosos contrincantes el tirón del malagueño Dani Rovira (Ocho apellidos vascos) e Israel Elejalde (Magical Girl). Mi apuesta es Rovira.

En las categorías técnicas, Edmon Roch y Toni Novella, ganarán con merecimiento la Mejor Dirección de Producción por El Niño, premio a un rodaje largo y agotador en Andalucía, Marruecos y Gran Canaria. Podría llevárselo también Esther García por Relatos salvajes. Más cantado que una saeta en Semana Santa será el premio a la Mejor Dirección de Fotografía para Álex Catalán en La isla mínima, el más predecible de esta edición de los Goya. La Mejor Dirección de Arte será para Patrick Salvador por la recreación del mundo futuro en Autómata, protagonizada y producida por quien recibirá con todos los merecimientos el Goya de Honor este año, Antonio Banderas. En el premio al Mejor Vestuario, El Niño y La isla mínima compiten a cara partida. Fernando García, favorito con La isla mínima, por desarrollarse el filme en época no actual y ser ese un factor decisivo en la ponderación de estos premios, pero si lo gana Tatiana Hernández sería, al menos, igual de justo.

El Goya al Mejor Maquillaje y Peluquería debería ser para Marisa Amenta y Néstor Burgos por Relatos salvajes. Pedro Rodríguez Pedrati, José Quetglas, Carmen Veinat, por Musarañas es su principal competidor. En Mejor Montaje la superioridad de Relatos salvajes es manifiesta. Sería una consolación para Damián Szifron, que firma este trabajo de matrícula de honor con Pablo Barbieri. Mi apuesta para el Mejor Sonido es para Sergio Bürmann, Marc Orts, Oriol Tarragó por El Niño. Finalmente, todo apunta a que Raúl Romanillos y David Heras, por Open Windows, no tienen rivales para llevarse a casa el cabezón a los Mejores Efectos Especiales.

En la categoría de Mejor Película Documental las quinielas apuntan al filme Paco de Lucía: la búsqueda, dirigido por el hijo del guitarrista, Curro Sánchez Varela. Tiene mucho sentido, pues ha sido nominado en otras tres categorías. Los premios injustamente considerados menores (¿hay algo mas importante que filmar documentales en los tiempos que corren?) dependen muchas veces del voto de académicos que no han visto las propuestas y votan por hacer un favor o se dejan llevar por la prensa o impresiones. Muy probablemente Edificio España, de Víctor Moreno, debería alzarse con el cabezón. El suyo no sólo es formalmente arriesgado (algo que ya es un mérito adicional), sino, además, retrata lo mas importante que hoy podría retratar un documental en España, el más bien ruinoso estado moral y económico del país. Cuenta Moreno con la ventaja del favor que le hizo el Banco de Santander, propietario del inmueble de la madrileña Plaza de España, de vetar durante dos años su exhibición. Cuando levantó la prohibición, el filme levantó también el vuelo armado de poderosas turbinas mediáticas. Finalmente, mi apuesta para la Mejor Película Europea es la polaca Ida (Pawel Pawlikowsky).

Sobre el autor

Luis Roca

Luis Roca, con 30 años de trayectoria en el sector audiovisual, es director de la película documental con animación “Benito Pérez Buñuel” (2022), sobre las confluencias del escritor Benito Pérez Galdós y el director de cine Luis Buñuel. Desde 2011 conserva su propio blog, El blog de Luis Roca.

Además de en El Asombrario/Público, ha publicado artículos de cine en El País, El País Semanal, Herald Tribune, y La Provincia (Editorial Prensa Ibérica). Fue responsable de la primera ley del sector audiovisual de Canarias (1995) y ha sido jurado en comités de ayudas al cine del Gobierno de España. Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Univ. Complutense de Madrid (1991), ha trabajado en equipos de dirección en rodajes de cine.

Ha escrito las biografías del productor Andrés Santana (“El vuelo de la cometa”, 2004, T&B), con participación de una treintena de nombres del cine español, entre ellos, Fernando Fernán Gómez, Imanol Uribe, Enrique González Macho y Mario Camus. También, el libro sobre el distribuidor Francisco Melo Sansó (“El sueño del Monopol”, 2009, Gobierno de Canarias), con exhibidores y distribuidores españoles e internacionales, y el libro homenaje a Dunia Ayaso (“La isla interior”, 2018, Gobierno de Canarias), con participación, entre otros, David Delfín, Javier Cámara, Candela Peña, Cayetana Guillén-Cuervo y Pepón Nieto.

Ha publicado textos sobre cine e industria turística en libros de la Fundación César Manrique, el Centro de la Cultura Contemporánea de Barcelona, el Centro Atlántico de Arte Moderno y la Fundación Mapfre. Es premio de Comunicación Turística del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria (2015), por sus artículos en El País, y premio Roque Nublo Social Cabildo de Gran Canaria (2018), como coordinador de Comunicación del foro cívico Demócratas para el cambio, que logró la histórica reforma del sistema electoral de Canarias en 2018.

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