El contagioso optimismo de un viajero llamado Gray Malin
El fotógrafo estadounidense Gray Malin une fuerzas con los hoteles Le Meridien para crear una vuelta al mundo fotográfica llena de humor y optimismo. La podrán contemplar los clientes de los 98 establecimientos de la firma repartidos por más de una treintena de países de todo el mundo.
Resulta curioso que la traducción del nombre de este artista al castellano sea la palabra ‘gris’. Nada más alejado de la realidad. Si algo define a Gray Malin es el color. Tal vez sea por una reacción subconsciente que arrastra desde la infancia o simplemente por una suculenta sobredosis de cultura pop desde bien pequeñito; sea como sea, el universo de este fotógrafo estadounidense no puede entenderse más que en un vibrante tecnicolor.
Pero más curioso resulta aún que una red social se convirtiera en la culpable de su trabajo más ambicioso hasta la fecha. Todo comenzó hace cosa de un año en una sala de reuniones de un edificio de oficinas en Nueva York. Simón Kopec, especialista de gestión de marca global de la empresa hostelera Starwood Hotels & Resorts para sus establecimientos Le Meridien en todo el mundo, discutía con su equipo la forma de ir un paso más allá en el compromiso de su empresa con el mundo del arte.
Fue famosa la alianza de los hoteles Le Meridien con la Tate Modern de Londres para crear una serie de ocho cortos -en los que participaron artistas como Peter Capaldi, Frank Skinner y Alan Cumming- que se proyectarían en todos sus establecimientos a modo de introducción y guía sobre el arte contemporáneo. Nombres de grandes artistas como Joan Fontcuberta o Jaume Amigó han realizado proyectos para su hotel de Barcelona, por ejemplo, y una gran cantidad de sus alojamientos en todo el mundo mantienen acuerdos con museos locales -el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, Le Palais de Tokyo en París o la Tate Modern en Londres, entre otros- para que todos sus huéspedes puedan admirar sus colecciones utilizando como entrada la misma llave que abre sus habitaciones.
“Ahora se trataba de dar un paso más”, asegura Kopec sentado en la mesa de un restaurante de moda en Barcelona. “Teníamos que encontrar a un artista que mezclara las ideas de optimismo, de aventura, de escapada y de frescura todo en uno y que, además, fuera completamente accesible para todos los públicos”. Le dieron vueltas a la cabeza hasta que a Kopec se le encendió una lucecita. “Te puedo asegurar que el hecho de que yo siguiera a Gray Malin en la red social Instagram es el motivo de que ahora estemos hablando de esto”. De tal forma que el 13 de febrero de 2012, fecha en la que Malin abrió su cuenta de Instagram, podría decirse que fue uno de sus días de buena suerte.
Kopec concertó una cita con el fotógrafo en la casa que este posee en Los Ángeles y surgió la química definitiva. “Fue ver cómo tiene decorada su casa para convencerme del todo de que él era el indicado para este proyecto”, asegura Kopec. Un trabajo que consistía no sólo en producir nuevas imágenes, sino en convertir todo lo hecho hasta el momento por Malin (más de 300 fotografías) en cuatro películas con las imágenes adecuadas a cada momento del día para proyectar en los 98 establecimientos que la firma tiene repartidos por más de una treintena de países de todo el mundo. Cuatro películas en las que los clientes de los hoteles pudieran tener, además, la experiencia de dar una particular vuelta al mundo.
Lo que hace irresistible el trabajo de Malin -nacido en Texas, pero residente en Los Ángeles- es su propia filosofía previa al disparo: “Yo quiero que cada persona que vea mis fotografías tenga un sentimiento de escapada, de viaje, de aventura; pero al mismo tiempo, que desee meter ese sentimiento en el salón de su casa”, una forma de pensar que, en principio, podría parecer muy comercial, pero que al investigar en la forma de trabajar del fotógrafo se transforma exactamente en eso: en una aventura.
Podríamos calificar a Malin como ‘el hombre photoshop’, pero precisamente por su radical negativa a utilizar esta herramienta para conseguir esas poderosas imágenes que se le aparecen en la cabeza: “No utilizo photoshop. No. Si sueño con una cinta de terciopelo roja de esas que te impiden el paso en los teatros y los museos, poniéndole puertas a la Antártida, te aseguro que tengo que ir allí para instalarla y tirarle una foto”, explica el artista. Así ha visitado desiertos, cordilleras, mares, playas, acantilados y lugares remotos de todo el mundo para plasmar esas imágenes soñadas.
“En una ocasión leí en el periódico la historia de un granjero que estaba realmente harto de que robaran las ovejas, así que se le ocurrió algo muy curioso: pintar a sus ovejas de verde y así, si en el rebaño de otro granjero hubiera un animal que pareciera bajado de Marte, sabría que habría sido robado”, cuenta Malin. Esa historia le inspiró una de sus fotografías más impactantes realizada en una zona rural de Australia. Un rebaño de ovejas pintadas de colores (con pigmentos naturales y temporales que no dañan al animal) pastando libremente en el campo.
Siempre optimista y luminoso, el pasado octubre (hace seis meses) Gray Malin viajó a España para comenzar en el hotel Le Meridien Ra de Tarragona una serie de fotografías para incluir en los vídeos que darían la vuelta al mundo y seguir alimentando el proyecto sobre toda su obra. Para esa ocasión dispuso más de 1.000 flotadores de distintos colores en una de las dos piscinas del hotel y los fotografió cenitalmente desde un helicóptero y desde la cornisa del edificio. También han viajado a Bután, donde la firma tiene dos nuevos establecimientos para fotografiar a monjes que vuelan unas muy particulares cometas. Este año le esperan aventuras en Croacia, Dubai, las Seichelles y Bora Bora.
Todo el proceso del proyecto se puede seguir en Instagram con la etiqueta #FollowGray
Comentarios
Por Ynot, el 27 mayo 2015
Son verdaderamente hermosas, a la vez que cómicas. Todo un triunfo.