Nuevas salidas para la arquitectura en madera

La arquitectura en madera comienza a sacar pecho por su sostenibilidad.

Arquitectura en Madera. Bajo ese techo, la convocatoria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, organizada por FSC y la Asociación de Ingenieros de Montes, más la participación de la otra certificadora forestal, PEFC, ha reunido en Madrid a expertos en bosques y construcción, ingenieros y arquitectos. Objetivo: desarrollar las nuevas oportunidades de construcción con este material, tan noble y natural –y tan denostado en la edificación en las últimas décadas– como leal aliado ante la crisis climática y frente a opciones industriales como el hormigón y el aluminio.

Dicen algunos que la culpa es de los tres cerditos. Que su dichoso cuento, ese que dice que el lobo soplando derribó las casitas de paja y de madera, y solo resistió la de ladrillo, está detrás de muchos de los tópicos y prejuicios hacia la construcción con madera. Pero los nuevos tiempos de sostenibilidad que corren, aliados con nuevas tecnologías, están dando savia nueva a la madera como material propicio para la arquitectura más humana. Las arquitecturas de tierra y de madera, se asocian con lo tradicional, pero atesoran mucho futuro llegados a un punto de la historia en el que el comportamiento humano ha de ser más cuidadoso, más sostenible, menos impactante. La madera se suele asociar con la cabañita entrañable, pero ahora proyecta muchas opciones de futuro, tal como se subrayó en la mañana del pasado viernes en este encuentro organizado por FSC.

Allí estuvieron representantes del Estudio Lamela explicando su Proyecto Canalejas, un complejo de lujo en el centro de Madrid, junto a la Puerta del Sol, pivotado por la cadena hotelera Four Seasons en torno al bellísimo edificio –Palacio de la Equitativa– que levantó a finales del siglo XIX Grases Riera, y que, tras pasar por muchas manos bancarias, acabó siendo buque insignia del Banesto de Mario Conde. Un complejo de siete edificios que, tras tantas fusiones, pasó al Banco Santander y estuvo abandonado más de una década. Pues ahí, en el puro centro de Madrid y en un proyecto de lujo que abrirá en unos meses, la madera ha jugado un papel muy importante desde los pavimentos, al espacio de la piscina y las columnas de la exclusiva galería comercial.

Lo subrayó desde el primer minuto de la jornada José Manuel Jaquotot Sáenz de Miera, subdirector general de Política Forestal, del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación: “Se trata de poner en valor los bosques, y ahora tenemos como gran aliado al cambio climático”. Dio unos datos: “El sector de la madera facturó en España en 2015 (últimos datos disponibles) 5.500 millones de euros y da empleo a casi 50.000 personas”. Y avanzo una campaña ministerial bajo el lema: “El bosque está en tu vida”, con el propósito de que cada vez los ciudadanos se vean más ligados a la naturaleza, la aprecien y la valoren (sí, las connotaciones económicas que tienen estos dos verbos no están de más). Y fue más allá de los términos “desarrollo sostenible” y “economía circular”, que para él se le quedan escasos, cortos: “Hay que empezar a hablar de la bioeconomía”.

Promotoras inmobiliarias y estudios de arquitectura se han aliado con los certificadores de madera sostenible para defender sus posibilidades en la construcción.

La bioeconomía

Eduardo Rojas Briales, decano del Colegio de Ingenieros de Montes, también insistió en hablar de bioeconomía; resaltó que, frente a la crisis climática, ya es hora de avanzar en otros planos renovables y sostenibles y no solo en el energético, y ahí el sector de la construcción tiene una enorme asignatura pendiente aún. Defendió los materiales del bosque, madera y corcho, en el sector por su durabilidad probada y huella de carbono mucho menor que, por ejemplo, el aluminio. “Son materiales renovables y reciclables”. Además de ser un sector cuya estructura empresarial se asienta sobre pequeñas y medianas empresas (y eso también es sostenible y merece ser apoyado). Por si fuera poco, elementos de última generación como burletes metálicos y resinas permiten darle nuevos aires a maderas nuevas y antiguas, facilitan la recuperación de la prestancia de viejas carpinterías de madera sin contaminar estéticamente y cumpliendo todos los parámetros actuales de aislamiento térmico y acústico e impermeabilidad. En ese sentido fue muy interesante la intervención de Bernardo López Lozano, de la empresa de ebanistería y restauración Tamat, que detalló sus admirables trabajos en Madrid, en el complejo Canalejas, el Teatro Español, el Palacio de Linares y el Congreso de Diputados

El sello de calidad y sostenibilidad

Los bosques son tesoros en muchos sentidos, desde la biodiversidad que acogen, lo que significan como sumideros de gases de efecto invernadero gracias a la fotosíntesis y la riqueza que pueden generar para ayudar a desterrar esa condena de la España vaciada. Siempre, eso sí, que estén cuidados y gestionados de forma eficiente y sostenible. Y ahí es donde entran las certificadoras FSC y PEFC.

Gonzalo Anguita, director ejecutivo de FSC España , comenzó su intervención resaltando: “Sabemos que el planeta está al rojo vivo”. Recordó que en la famosa Cumbre de Río, de 1992, los bosques no estaban en la agenda, “y de ahí nació FSC, para trabajar por los bosques para todos y para siempre (es su lema)”. Se alegra de que ahora los bosques ya se contemplan como uno de los factores claves en la gestión de los retos que nos plantea el cambio climático. Anguita dijo sentirse orgulloso de que en estos 25 años hayan llegado a los 200 millones de hectáreas certificadas FSC en el mundo, y de que en España, según una encuesta reciente, su logo sea el más reconocido por la gente entre los relacionados con el medioambiente, tras el del oso panda de WWF. Ana Belén Noriega, secretaria general de PEFC España, reconoció que, dentro de la madera certificada, sigue habiendo importantes retos, como el de ordenar el tráfico de demanda hacia una oferta de proximidad, para que la cadena de transporte y suministro tenga menor impacto.

Todas las voces se unieron el pasado viernes con el objetivo de seguir impulsando la construcción en madera, ya que aporta calidad y calidez, pero sigue sometida a muchas injustas prevenciones. Las nuevas tecnologías y preparados permiten que las estructuras de madera puedan alejar temores en torno a su peor resistencia al fuego, menor durabilidad y menor resistencia en construcción en vertical. En este sentido, se presentaron datos y se habló de proyectos concretos que despejan falsos mitos, como el edificio de 20 plantas levantado en madera en Viena, el rascacielos HoHo.

La nobleza de su envejecimiento

Fermín Vázquez, arquitecto del Estudio B720, presentó dos proyectos que permiten albergar muchas esperanzas en el futuro de la madera, tanto para pequeñas promociones como para grandes proyectos: el Edificio Matriz (el antiguo de Telefónica) en la calle Río Rosas de Madrid y un edificio de viviendas en Lavapiés  con cinco plantas, su estructura y cerramientos están construidos al 100% con madera contralaminada. Tras superar las primeras prevenciones de los promotores al uso de la madera en ambos proyectos, al final se convirtió en protagonista. Y en el caso de la casa de Lavapiés, el promotor ha quedado tan satisfecho con el resultado, de calidad, calidez y sostenibilidad, que ya les ha encargado otros tres proyectos con el mismo formato. Fermín Vázquez es muy convincente y directo en sus argumentos: “No hay más que mirar cómo envejece el aluminio y cómo lo hace la madera, la nobleza de su comportamiento frente al uso y al paso del tiempo; es que cada rayadura le aporta un valor”.

Otros como Vicentiu Marinescu, de Carpintek Mobdesign  y Manuel García Barbero, arquitecto en NOVADOMUS Hábitat , que presentó construcciones sostenibles con kits de madera, aportaron soluciones innovadoras para acometer cualquier tipo de estructura arquitectónica a partir de la madera, incluyendo también las técnicas híbridas. Ana Guasp, arquitecta, jefa de proyecto en Estudio Lamela, subrayó que muchos miedos de arquitectos y constructores proceden del hecho de que en las escuelas de Arquitectura durante décadas se ha tratado a la madera como un material ya pasado, obsoleto, tradicional sin más, al que no merecía la pena prestar mucha atención, algo que, reconocieron, ya está cambiando.

Para atajar ese desconocimiento de los profesionales se han puesto en marcha diversos proyectos; uno de los más relevantes es el que presentaron Marta Conde, de la Universidad de Córdoba, y José Antonio Tenorio, del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja, del CSIC: GO Madera Construcción Sostenible, en el marco del Programa Nacional de Desarrollo Rural: todo un catálogo técnico de soluciones constructivas adaptadas a legislación, desde cubiertas a fachadas y forjados, para uso de los arquitectos, que ven así facilitados sus trabajos de cálculo de prestaciones de cara a su prescripción a los clientes.

Y si hay que elegir un mensaje común a los participantes, ese que apunta a cómo a menudo la sociedad se sabotea a sí misma con mensajes simplistas y contradictorios: A la vez que mostramos preocupación por la España vacía o vaciada, por el despoblamiento del mundo rural, se ponen zancadillas al desarrollo de la ganadería extensiva o la gestión respetuosa y sostenible de los bosques para ponerlos en valor.

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