Boa Mistura, cruzar fronteras de Cuba a Sudáfrica
Hace dos años ‘El Asombrario’ habló con ellos y, desde entonces, Boa Mistura han seguido manchándose las manos de pintura y energía en una docena de países. Acaban de llegar de Nicaragua y antes de volar a Costa Rica hicieron escala en Madrid por Navidad. Aprovechando este alto en el camino, Juan Jaume, dos de las diez manos que componen este colectivo de arte urbano con vocación transformadora, abre las puertas de su cuartel general para ponernos al día con los proyectos que desarrollan.
La Fábrica de Pepinos es laboratorio de ideas, cadena de montaje para proyectos y base de operaciones a la vez. El estudio de diseño fundado por Boa Mistura en 2012 a pie de calle en el madrileño barrio de Universidad, aúna el necesario ambiente de trabajo con un cuidado desorden creativo. Grandes fotografías de algunos de sus proyectos cuelgan de las paredes y las serigrafías listas para firmar se amontonan en un tablero que, cuando está despejado, sirve como mesa de ping-pong. Algunos proyectos que nacen en la calle después tienen su recorrido en el estudio, adaptándose al lenguaje del diseño y viceversa; una simbiosis así permite que el trabajo adquiera distintas formas y soportes. La familia ha crecido y aunque los cinco miembros de Boa Mistura estén a menudo fuera, el estudio permanece abierto y repleto de actividad bullendo en su interior.
Boa Mistura —buena mezcla en portugués— es el nombre redondo para un equipo con distintas formaciones pero que se conoce desde los 15 años, cuando entramos en el nuevo siglo, los mitos del graffiti flechero estaban muertos y ellos decidieron empuñar sprays para decorar los muros de su barrio: Alameda de Osuna, en el noreste de Madrid. Desde que Rafa Ruiz les entrevistara para El Asombrario hace dos años, han estado en una docena de países. La última parada del proyecto Crossroads, la mayor de sus apuestas, ha sido en Somoto, Nicaragua, de donde acaban de llegar. Allí han realizado un trabajo junto a la ONG Acción contra el Hambre. La propuesta tenía dos partes: por un lado, un taller en Icalupe para que las mujeres de esta zona rural fijaran las pinturas que realizan de manera tradicional con pigmentos extraídos de la tierra; por otro, un mural en el suelo de 1.000 metros cuadrados en una ciudad cercana a la carretera Panamericana.
“Crossroads, cruce de caminos, nació de una forma espontánea durante el viaje que hicimos a Sudáfrica. Recibimos la invitación de un galerista que organizaba un programa residencial en Ciudad del Cabo, adonde nos trasladamos para llevar a cabo un proyecto inspirado en los pattern africanos. Durante nuestra estancia allí nos propusieron pintar Velokhaya, la escuela de ciclismo, y BMX, que se encuentra en medio de Khayelitsha, un océano de chapas y contenedores que se pierde en el horizonte. Teníamos pocos días antes de volver a España y entonces el entrenador sugirió que los chicos y chicas de la escuela podían ayudarnos. De esta manera se abrió por primera vez el proceso de creación de nuestro trabajo, generando una energía brutal que cambió para siempre la filosofía de los proyectos y el rumbo de nuestro estudio. A partir de ahí tomamos conciencia de que nuestra labor no sólo tiene una fuerte capacidad comunicativa, sino que también puede generar situaciones o proyectos que sirvan para transformar”, comenta Juan, que después matiza sus palabras con una dosis de humildad: “No creemos que simplemente con pintar estemos solucionando un problema; es una primera fase rápida, viable económicamente, que implica a la comunidad”.
Este método es el que desarrollaron en La Colonia de las Américas, a las afueras de Querétaro, México. El barrio se extiende por las laderas de un cerro y es resultado del crecimiento de la ciudad y la incorporación de emigrantes llegados de otros Estados. Allí realizaron una intervención paisajística inspirada en los pueblos indígenas que tienen sus raíces en ese territorio, reforzando la identidad de la colonia a través de su identificación con la tierra. La diversidad de procedencias unida a la escasez de recursos puede fragmentar los grupos humanos, mientras que poner el acento en lo común, en el valor de lo compartido, construye comunidad y la comunidad, dignidad y orgullo. Durante tres semanas, los miembros de Boa Mistura vivieron en esta colonia como uno más, interviniendo junto a los vecinos y voluntarios de otras localidades 30 viviendas ahora vestidas de colores y formas inspiradas en el universo textil e iconográfico de México. “Desde que pisamos Latinoamérica por primera vez, nuestra paleta cambió completamente, apareció el azul turquesa, los tonos cálidos… Nos dejamos contagiar por la manera en que ellos experimentan el color, generando un poso que aumenta con cada experiencia allí y salpica todo nuestro trabajo”, confiesa Juan.
Después viajaron a Cuba invitados por Kcho, un artista local que en el marco de la XII Bienal de La Habana comisariaba el proyecto Museo Orgánico Romerillo. Los espacios del Museo se encontraban en las casas de las personas, en los comercios, en las cafeterías, en los parques, en las aceras, en las paradas de autobuses, en las fachadas, en los muros… Salpicando el barrio entero de arte como si se tratara de un artículo de primera necesidad y rompiendo con los modelos habituales de distribución de la obra. Allí Boa Mistura realizó Mi raíz es, una intervención localizada en 25 puntos del barrio del Romerillo, uno por cada verso del poema No sé, de Samuel Feijoo. Los versos de este autor cubano evocan de manera inmejorable la pertenencia a la isla y distribuidos en distintos puntos cardinales dan lugar a palabras sueltas que solo pueden comprenderse al conectarse entre sí, generando un conjunto a través de la suma de sus partes. Con una sonrisa Juan reconoce: “Llevábamos tiempo queriendo conocer La Habana antes de que puedas ir a tomarte una Coca-Cola en cualquier terraza. Estuvimos allí tres semanas en contacto con el pueblo cubano, que, aunque suene a topicazo, nos contagió la alegría que pueden despertar las cosas sencillas. Pronto estará terminado el documental que grabamos los días que pasamos allí: unos 28 minutos de making off del proyecto”.
La próxima parada de Crossroads será en Kibera, uno de los suburbios más grandes del continente africano situado en Nairobi, Kenia. Viajarán allí este mismo mes junto a la ONG Más por Ellos. Ya saben que intervendrán las dos escuelas del township junto a sus alumnos, y una vez en el territorio buscarán más opciones para desarrollar un proyecto de mayor envergadura. «Desde aquí, en las fotografías todo parece chapa, es difícil ver un soporte claro. Los primeros días de todo proyecto consisten sobre todo en paseos, en conocer el espacio, establecer enlaces con gente local que te introduzca en el ambiente… Luego abrimos una lluvia de ideas que conceptualice y aterrice la propuesta. Hay una primera fase más amplia de soñar a lo grande y luego hay otra segunda para concretar”, explica Juan Jaume.
Crossroads no solo ha llegado a lugares lejanos, también se ha detenido en España. En concreto en San Cristóbal de Los Ángeles, barrio obrero al sur de Madrid. Basurama, un colectivo de investigación y creación cultural centrado en la reutilización creativa de los desechos que generamos, les invitó para dar el pistoletazo de salida a su proyecto Autobarrios. A través de esta iniciativa se reciclaba una gran infraestructura vial en la entrada de San Cristóbal, aprovechando el paso elevado de la carretera para generar un espacio público cubierto en el que proyectar programas y actividades a largo plazo implicando al tejido asociativo del barrio. Boa Mistura se encargó de pintar los 1.945 metros cuadrados de superficie del puente haciendo un llamamiento a la implicación de los vecinos bajo el hashtag #sancrisdecolores. Después su trabajo se complementaría con el pavimento de la zona, la colocación de mobiliario urbano polivalente y la instalación de una conexión eléctrica.
A Boa Mistura le preocupa el encaje del extrarradio en la ciudad: “Las áreas de periferia siempre son lugares muy interesantes de intervención, como las zonas fronterizas. Son espacios donde siempre pasan cosas, pero habitualmente dejados de lado por las administraciones”, apunta Juan. Por eso este año se animaron a participar en MULAcity Getafe, la mayor intervención de arte urbano hecha en España y en la que participaron una decena de artistas. Boa Mistura realizó un mural de grandes dimensiones con la palabra Vida frente a la estación del Cercanías, una zona hostil y gris pero muy transitada por los vecinos de Getafe. “Transformamos la percepción que la gente tiene sobre un espacio, porque todos tenemos derecho a la belleza”, dice Juan. “Incluso cuando vas por la mañana camino del trabajo”.
Le preguntamos por Te comería a versos, un proyecto anónimo que el año pasado, sin permiso, con nocturnidad y alevosía, escribió sobre los pasos de cebra de Madrid tomando prestados versos de Ajo, Leiva y Rayden: “Me parece algo precioso. Como madrileño, me gustó mucho el día en que a mi ciudad se la comieron a versos. Amamos y odiamos Madrid, pero el amor pesa siempre mucho más que el odio y sabemos que la ciudad necesita más intervenciones de ese tipo. Hasta ahora ha sido muy difícil, porque pintar en el espacio urbano es un delito, no una falta, lo que puede implicar pasar la noche en calabozo, enfrentarse a juicios y multas desorbitadas. En 2012 le propusimos al Ayuntamiento la idea de los pasos de cebra y después de muchas reuniones con distintas áreas finalmente nos explicaron que ese no era el tipo de proyecto que Madrid necesitaba. Como desecharon la propuesta no sabemos si de repente alguien encontró el dossier en la basura y lo llevó a cabo copiándonos. (Risas). El caso es que al final se terminó haciendo e insufló energía y esperanza: nuestro alimento”.
Barcelona, Valencia y Madrid, las denominadas ciudades del cambio, han sido objeto de los últimos murales que Boa Mistura ha realizado en España. Con las palabras Futuro, Canvi y Firmeza pintadas sobre sus muros hacen toda una declaración de intenciones. “Somos conscientes del momento y el lugar en que vivimos. Con esta serie intentamos señalar lo que pensamos que puede ser el camino”.
Más información: www.boamistura.com
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