Monigote for president
Monigote es un lápiz de punta muy fina, la esquina de una hoja de papel, cualquier otro objeto, una red social y mucho ingenio y talento. Esos son los ingredientes que le han bastado a Norman Gracia Román para hacer de su personaje una delicia sin mayores pretensiones que dibujar una sonrisa.
El padre de la criatura se llama Norman Gracia Román, es de Barcelona y nació en 1980. Sí, dice que si las cuentas no le fallan tiene 36 años y tendremos que creerle. Estudió primero Derecho y más tarde Publicidad: “Siempre desde la cafetería de la universidad por guardar algo de coherencia entre una carrera y otra”, según confiesa, y ahora es director creativo en una agencia de publicidad.
Desde luego, imaginar cosas se le da bastante bien. Hace un par de años comenzó con un proyecto que sobre el papel parecía árido como él solo y que finalmente ha logrado que muchos se hayan enamorado de su creación. “Se trataba de realizar un ejercicio creativo con el que desarrollar un concepto, creando escenas con un único protagonista y en un mismo escenario”. Árido sobre el papel, ya lo advertimos. Pero de ahí salió un personaje que hace las delicias de miles de seguidores en la red social Instagram.
“Suelo hacer garabatos mientras hablo por teléfono o tomo notas en alguna reunión. Un día me dio por dibujar un monigote que le hacía alabanzas al lápiz que lo estaba dibujando, me hizo gracia la escena y la fotografié. Días más tarde, al verla de nuevo pensé que ahí había un camino interesante por el que avanzar y en ello estamos, haciendo una por semana para compartirla en Instagram”, asegura Gracia.
Y ahora es cuando viene una de las mejores partes: ¿Cuál es el objetivo de Monigote? Dice Norman Gracia que ninguno. “Sólo quiero continuar dibujándolo en situaciones que resulten simpáticas o ingeniosas. No obstante, han ido apareciendo oportunidades como colaborar con algunas marcas. Aunque una colaboración que me hizo especial ilusión fue hacer un calendario solidario para una ONG de Granada con la que llevo tiempo colaborando, y cuyos beneficios se han destinado a luchar contra la exclusión social”.
“Empecé a llamarle Monigote y Monigote se quedó, por lo que eso de barajar ahora otros nombres mejor lo descartamos, no vayamos a confundirlo”, afirma el creativo sobre su personaje. Sobre el proceso creativo también tiene claras las cosas. Los objetos grandes son los más complicados para hacerlos interactuar con él, “debe caber en la esquinita de un papel y guardar proporción con el personaje”, explica.
Norman y Monigote son varios de los artistas y personajes que se esconden en redes sociales con la única intención, al menos por el momento, que compartir su talento, ingenio y humor con sus seguidores, algo asombroso en los tiempos que corren. Sobre ideas que se resisten, Norman nos descubre el objeto del que todavía no ha encontrado una situación lo suficientemente ingeniosa como para hacer que su personaje entre en acción: “Confesaré que tengo una cerilla en el escritorio desde hace bastante tiempo y aún no ha surgido la chispa, pero no pierdo la esperanza”.
Aquí puedes seguir las aventuras de Monigote en Instagram.
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