Ciudades Sostenibles en el Worldwatch Institute: pasar del sueño a la acción
El informe 2016 del prestigioso Worldwatch Institute se centra en las grandes concentraciones urbanas, donde ya habitan casi 4.000 millones de personas. ‘Ciudades sostenibles. Del sueño a la acción’ es una sugerente guía en la que participa un buen grupo de expertos investigadores ecosociales sobre cómo cambiar nuestras ciudades para que, en vez de devoradoras de recursos, se conviertan en el epicentro de la innovación y del cambio hacia una sociedad más sostenible. Gary Gardner, director de publicaciones del instituto, estuvo en Madrid para presentar el informe, que cita entre los pilares de esa transformación el reciclaje y la economía circular.
Las emisiones de edificios ineficientes, de las industrias y especialmente del tráfico no solo están minando los pulmones de quienes vivimos en las ciudades sino que están calentando el planeta de manera grave. La polémica de la semana pasada sobre la contaminación en Madrid y las medidas a tomar para frenarla han coincidido en el tiempo con la publicación en España del último informe sobre la situación del mundo del prestigioso Worldwatch Institute, dedicado este año a las ciudades. No podía haber sido más oportuno.
El Worldwatch Institute (WWI), con sede en Estados Unidos, es uno de los centros de análisis ambiental más influyentes e importantes del mundo. Cada año diagnostica alguno de los “males” que aquejan al planeta, desde la óptica socioecológica, y propone soluciones, con la intención de que éstas sean tenidas en cuenta por la sociedad civil y, por supuesto, por los gobiernos del mundo. De hecho, durante la presentación del informe en España (publicado en castellano por la editorial Icaria y la Fuhem-Ecosocial), Gary Gardner, el director de publicaciones del instituto, tuvo la ocasión de encontrarse con representantes municipales de Madrid y Barcelona.
Uno de los puntos de partida del informe 2016 del WorldWartch (WWI), Ciudades sostenibles. Del sueño a la acción, es que en la actualidad 3.900 millones de personas (la mitad de la población mundial) vive en ciudades, medianas y grandes. Una tendencia que irá en aumento, hasta el punto de que se prevé que en 2050 el número se duplique. Las ciudades generan el 80% del PIB mundial y, sin embargo, también son las que consumen el 70% de la energía y emiten el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero. La presión migratoria de las zonas rurales a las ciudades –sobre todo en los países en desarrollo–, la gestión de la movilidad, el consumo de materiales, la distribución de alimentos, la desigualdad o la creación de lugares habitables son algunos de los retos a los que se enfrentan las urbes en la actualidad.
Es verdad que las ciudades son auténticas devoradoras de recursos, pero también pueden convertirse en el epicentro de la innovación y del cambio hacia una sociedad más sostenible, sostienen los autores. La Situación del Mundo 2016 no formula una única vía para lograr ciudades sostenibles, aseguran desde el WWI, sino que ofrece ideas para avanzar hacia la sostenibilidad urbana, una nueva utopía. Y desde este prestigioso think tank avanzan siete claves para desbloquear la transición hacia la sostenibilidad, que van desde el fomento de la economía circular a la participación ciudadana. En esencia, se trata de crear ciudades para ser habitadas, libres de contaminación, para el disfrute de las personas y que garanticen los derechos de sus habitantes.
De las medidas que propone el WWI en ese camino que deberíamos emprender con urgencia, llama la atención la necesidad de caminar hacia una economía circular, un sistema en el que en el flujo de materiales y de energía no se pierda nada. De la cuna a la cuna. Y, en este sentido, el reciclaje es uno de los puntales.
El informe dedica un capítulo muy interesante a la gestión de los residuos sólidos y a su impacto en el cambio climático, escrito por los investigadores ecosociales Perinaz Bhada-Tata y Daniel Hoornweg desde una perspectiva global. La recogida inadecuada e ineficiente de los residuos y su vertido incontrolado –realidades muy habituales en los países de renta baja e incluso en algunos de renta media– incrementan los problemas sanitarios y ambientales locales. En muchas de estas ciudades, por ejemplo, aún es habitual la quema incontrolada en vertederos, con la consiguiente emisión de metano (uno de los gases responsables del cambio climático) y de otros contaminantes que son muy peligrosos para la salud de las personas y de los ecosistemas.
El reciclaje, afirman Bhada-Tata y Hoornweg, “ahorra energía, prolonga la vida de los vertederos y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero”. Y proponen extender una política que aborde la “responsabilidad extendida del productor», que obliga al fabricante de un producto a responsabilizarse del mismo durante todo el ciclo de vida. Aparte de sus beneficios ambientales, sanitarios y sociales, el reciclado desempeña un importante papel en la generación de empleo local, especialmente en los países de renta baja y media. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), entre 15 y 20 millones de personas se ganan la vida mediante actividades informales de reciclado: recogiendo, clasificando, limpiando y reciclando.
El reciclado es solo uno de los ámbitos en los que es posible generar empleos “verdes”. Un campo más para trabajar en las ciudades del mundo, cada una según sus propias características. Pues como explicó durante la rueda de prensa en Madrid Gary Gardner, el director de publicaciones del WWI: “Las ciudades difieren en cuanto a geografía, clima, cultura, historia, riqueza y otra multitud de aspectos, cada uno de los cuales hace imposible plantear un modelo único para la sostenibilidad urbana”. Además, insistió el investigador, “no disponemos de ningún modelo maduro de sostenibilidad urbana en ningún lugar del planeta”. Hallarlo va a requerir un gran esfuerzo de imaginación por nuestra parte.
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