Factoría Cultural Madrid cumple 3 años con 196 ‘proyectos incubados’
Factoría Cultural, una iniciativa privada abierta en Matadero Madrid, está a punto de cumplir tres años de vivero de industrias creativas, lo que aprovechamos desde ‘El Asombrario’ para acercarnos a su labor en favor del emprendimiento cultural, algo de lo que tan necesitados andamos en este país. Estuvimos con ellos, esto es lo que nos contaron y estos algunos de los proyectos con éxito de los 196 que han incubado.
La idea surgió de una de las mujeres más importantes en la promoción del arte en España, Rosina Gómez Baeza, que dirigió ARCO entre 1986 y 2006; a la que se sumó Lucía Ybarra, que fue coordinadora de exposiciones del Museo Reina Sofía entre 1995 y 2011. Algo a destacar: en el organigrama del actual equipo de Factoría Cultural encontramos 8 mujeres y sólo 1 hombre, Antonio Bazán, como director técnico.
En la idea de origen: dotar de músculo al sector cultural, al emprendimiento creativo, que se había quedado muy desmejorado con la crisis que nos acompaña -mejor, que nos acorrala y amordaza- desde 2008, pero desde un plano práctico, apoyando la viabilidad de un tejido empresarial, de industria. Nos lo explica Paula de Aguirre, responsable de comunicación y marketing: «Habían surgido otros espacios y fórmulas de apoyo al emprendimiento empresarial en nuestro país, pero en el plano cultural seguía habiendo un vacío. Y a la cultura y la creatividad les cuesta mucho crecer si no hay un caldo de cultivo sostenible, salir adelante en un mundo tan competitivo sin recibir un apoyo, una orientación, en los primeros pasos». Es la idea del cuidado de la incubadora.
Este vivero de empresas culturales se nutre a partir de dos convocatorias anuales, dotadas con varias becas (de medio año o un año), a través de la firma de acuerdos con distintas empresas e instituciones, como por ejemplo la Fundación Sánchez Ruipérez para EmprendeLibro, o la UFI, Unión Fonográfica Independiente, para EmprendeMúsica, de manera que se identifiquen propuestas innovadoras y viables, originales y que puedan tener futuro, en sectores como el diseño, la moda, el videojuego, la música, la educación, las artes escénicas, la arquitectura… bajo el lema Pon tus ideas a trabajar.
La incubadora, aparte de darles un agradable espacio físico donde trabajar, les ofrece apoyo con talleres presenciales, asesoramiento especializado, tutorías personalizadas, mesas redondas con profesionales del sector, dinámicas de grupo (lo que se llama networking)…, todo un plan de innovación para entrenarlos para salir al mercado y que al menos sobrevivan, para que cada uno pueda ir madurando su proyecto, dándole forma y viabilidad para emprender vuelo en esta competitiva sociedad, y poder unir su pasión creativa con un futuro profesional mínimamente digno. Y se les orienta en terrenos como el marketing y la comunicación estratégica. Porque ¿en qué es en lo que están más verdes quienes entran? Contesta Paula de Aguirre: «Precisamente en los temas de empresa, porque debemos tener en cuenta que ante todo quienes se presentan -en torno a 40 o 50 por convocatoria y sección- son creativos; se pierden en los asuntos de mercado, y en cómo darle forma a sus ideas». De hecho, a la hora de seleccionar a los que entran en Factoría Cultural, se valora la viabilidad y originalidad del proyecto. En febrero se incorporaron las nuevas semillas, los que entraron por la convocatoria de diciembre.
En lo que quieren insistir en Factoría Cultural es en que no son residencias artísticas, becas de artistas, sino que lo que se busca son modelos de negocio nuevos, estructuras empresariales, crear tejido cultural; así por ejemplo, en artes escénicas se busca apoyar nuevos modelos de compañía o que promuevan a colectivos desfavorecidos, o en música, plataformas para dar visibilidad a las mujeres o festivales con nuevos formatos; o en edición, nuevas plataformas digitales de lectura.
Pero para calibrar su trabajo, nada como una cifra. A lo largo de estos tres años, el total de proyectos incubados ha sido de 196. Y mejor aún que las cifras, los nombres propios de empresas que han salido de ahí y están aportando innovación al panorama cultural. Aquí cuatro ejemplos: Cardboard, un estudio de diseño de mobiliario, interiorismo, escena, diseño gráfico y arquitectura efímera (stands) especializado en la sostenibilidad al trabajar con las distintas tipologías del cartón. Blue Planet Tales, una manera distinta de contar historias, cuentos educativos en digital o papel de aventuras, ilustrados por grandes artistas, con sonidos, animaciones y narrados por actrices profesionales en su versión digital, en español e inglés, con preguntas y respuestas para reforzar el aprendizaje. Wonder ponder online, editorial de filosofía visual para niños, y MonstersPit, estudio de ilustración y concept art para videojuegos y juegos de mesa. Es precisamente este sector del videojuego uno de los que más cancha está teniendo, gracias al acuerdo firmado entre Factoría Cultural y PlayStation Talents para seleccionar en cada convocatoria cinco proyectos y poder desarrollarlos para PS4 a lo largo de 10 meses trabajando en Matadero.
Factoría Cultural no para -en mayo-junio se abre la próxima convocatoria- y quiere seguir creciendo; anuncia que en mayo abrirá nueva sede en Murcia, con el apoyo del gobierno autónomo de esa comunidad.
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