Festival de Almagro: volver a Lope de Vega para entender pasado y presente
Al escuchar a Lope de Vega, Calderón de la Barca o Tirso de Molina en el Festival de Almagro, no podemos evitar asociar la etapa negra que nos está tocando vivir con otros períodos de nuestra historia donde la muerte estaba muy presente. Valores como el honor y la valentía, característicos de los héroes clásicos de nuestra literatura, parecen haber cobrado un significado más amplio. Un ejemplo perfectamente desarrollado de la mirada al pasado para entender el presente es la obra ‘El otro reino extraño’, creación de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) rescatando textos de Lope de Vega.
Como anunciamos en la crónica anterior, el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro adquiere este año una relevancia singular al haber reabierto las puertas de un sector paralizado por la pandemia. Pero, además, este año su cometido es doble, ya que a este hecho excepcional se le suma la ya consabida labor que a lo largo de 43 ediciones ha mantenido la cita: traer a nuestros días las grandes obras teatrales del Siglo de Oro, un patrimonio que no debe caer en el olvido.
De esta forma, a lo largo de dos semanas, Almagro se erige como el punto de encuentro para todos aquellos que buscan reencontrarse con los clásicos; y a su vez, el reencuentro con el rito teatral tras meses de sequía ha convertido a la localidad manchega en un lugar cargado de un simbolismo extraordinario. Sus calles transpiran emoción, por ellas deambulan esos actores que, alejados durante meses de las tablas, vuelven a trabajar embargados en la ilusión de un primer estreno. Por ello, esta edición supone un acontecimiento histórico que reaviva nuestras almas, que planta cara a la desgracia y recupera parte de lo que éramos hace unos meses.
Al escuchar los versos de Lope de Vega, Calderón de la Barca o Tirso de Molina por las calles almagreñas, no podemos evitar asociar la etapa negra que nos está tocando vivir con otros períodos de nuestra historia donde la muerte estaba muy presente. Valores como el honor y la valentía, característicos de los héroes clásicos de nuestra literatura, parecen haber cobrado un significado más amplio. Ahora que la épica es el género que nos ha acompañado en los últimos tiempos.
Y así, cada función representada durante el Festival nos acerca a unos clásicos que parecen haberse adaptado a nuestros tiempos: tenemos mayor proximidad emocional con ellos. La muerte de Astolfo y posterior resurrección para poder entregarse a su amada Julia de El galán fantasma (1637) de Calderón de la Barca nos invita a pensar en la esperanza, en la capacidad de lucha, en el amor que profesamos a nuestros seres queridos. Almagro nos trae obras imperecederas que nos hablan desde el pasado para comprender el presente, fábulas que nos colman el alma; de ahí la grandeza de esta cita.
Pero si una obra conjuga todo lo dicho es El otro reino extraño, una creación de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) que, rescatando los textos de Lope de Vega, ofrece un relato poliédrico de lo que es el amor. En ella, los jóvenes actores se sitúan en una especie de Arcadia, un lugar idílico alejado de los males del mundo, para reflexionar sobre los conflictos del amor y sus consecuencias. Un refugio que bien podría ser un lugar de confinamiento en el cual permanecer encerrado para entender la complejidad de lo que nos ocurre.
Con dirección de David Boceta y dramaturgia de Luis Sorolla, la obra nació como una pieza audiovisual creada durante la pandemia y que, en un principio, no iba a ser representada en directo. Sin embargo, la noticia de que el Festival de Almagro se iba a celebrar llegó con inmensa alegría para sus creadores: «Esta pieza nació en el confinamiento y es hija de la pandemia, y haberla traído a este festival le ha dado una importancia mayor a lo que queríamos contar; queríamos investigar el significado del amor en un contexto como en el que nos encontrábamos, y en la soledad de nuestras casas», explica Boceta.
A través de extensas charlas por videoconferencia, el elenco de actores reinterpretaban los textos de Lope de Vega y los analizaban; de esta manera se fue desarrollando un proceso creativo que establece un diálogo entre el pasado y el presente. ¿Cuánto de verdad hay en el amor que sienten los personajes de las obras de Lope? ¿Existe el amor idílico? ¿Ha evolucionado la forma de entender el amor a lo largo de los siglos? Preguntas que se lanzan al aire y que obtienen distintas respuestas dependiendo de las propias experiencias de los actores.
Por tanto, el hecho de que una obra clásica sea adaptada con la intención de profundizar en ella y cuestionar lo que el autor quiso transmitir hace siglos ejemplifica la razón de ser de un festival como el de Almagro. Una localidad que permite viajar en el tiempo para acercarnos al Barroco y descubrir todo un legado cultural, pero sin perder nunca la perspectiva del momento en el que vivimos.
Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro. Del 14 al 26 de julio.
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