El sueño de editar libros infantiles a tu ‘libre albedrío’
¿Qué hace una chica como tú en un trabajo como este? El sueño de Gema Sirvent pasaba por tener su propia editorial infantil. Y así ha puesto en marcha ‘Libre Albedrío’, especializada en el formato de álbum infantil de calidad. Una apuesta arriesgada, y más si se emprende desde Almería. Hablamos con ella para saber cómo lo ha logrado.
A Gema Sirvent es difícil pillarla más de cinco minutos quieta en un sitio para hablar con ella tranquilamente. Siempre está de acá para allá. Su mesa de trabajo está muchas veces en el medio de transporte que la lleva allí donde puedan estar sus objetivos literarios. Pero a pesar de esta dificultad, Gema Sirvent sabe llenar el poco tiempo que te pueda dar. Lo llena porque siempre tiene algo interesante que contar, porque siempre va a estar dispuesta a participar allí donde la llamen y porque se quita del foco para que le cuentes tus cosas. Ella es así, sencilla y luminosa, infatigable a la caza de sus sueños.
Los sueños de Gema Sirvent han pasado por capitanear una editorial infantil, Libre Albedrío, con altos criterios de calidad. Tan altos que este año su libro Cinematográfico, ilustrado por Ana Pez, ha recibido una Mención Especial en la Categoría de Libros de Cine en los Premios Bologna Ragazzi, de la Feria Internacional del Libro Infantil de Bolonia, que este año fue cancelada por culpa de la pandemia.
Y todo esto desde Almería. Vivir en la periferia –y a seis horas en coche de Madrid– puede ser un motivo desmotivador más que suficiente para que los sueños no se realicen. Pero no hay pereza cuando se tiene claro lo que se quiere. Libre Albedrío sabe que cada lector tiene su propia identidad y siempre hay un libro perfecto con el que iniciarse en la lectura.
¿Quién es Gema Sirvent, de dónde viene y cómo es que termina creando una editorial infantil?
¡Qué pregunta más difícil! ¿Quién soy? Uf, soy muchas cosas y algunas otras que ando intentando conseguir ser. Creo que una de las razones por las que me dedico a la literatura es porque es una buena forma de conocerme. A través del arte y la literatura nos encontramos a nosotros mismos, es una forma de descubrirnos por medio de otras miradas. Vengo de dar muchos tumbos profesionales, estudié Traducción e Interpretación en la Universidad de Alicante y realicé un máster en Técnicas Visuales y Comunicación. Lo que verdaderamente me apasiona es contar historias en nuestro contexto social e histórico. El cine me apasiona, me apasiona el arte y la literatura, y todo eso lo encuentro en el álbum ilustrado; pienso que es un género reflejo de los tiempos que vivimos, donde la imagen predomina en la forma de comunicarnos entre nosotros, pero además en el álbum las conexiones son complejas entre texto, imagen, silencios e imaginación, deja espacio para la reflexión y el pensamiento crítico, es un formato en el que todavía se pueden explorar muchas posibilidades narrativas y es lo que me tiene enganchada, la curiosidad. La literatura es necesaria y más en los primeros años de vida, cuando estás descubriendo el mundo que te rodea y tu lugar en él.
Volviendo a la pregunta, durante mucho tiempo estuve trabajando en otro sector, uno muy gris que nada tenía que ver con lo que verdaderamente me interesaba y que se alejaba mucho de mi forma de percibir el mundo. Cuando falleció mi padre, sentí que le estaba defraudando. Él siempre me decía que mi única herencia iba a ser mi educación, que me daría la libertad para elegir lo que quería hacer con mi vida. Y lo cierto es que no había elegido, simplemente me había dejado llevar y de alguna forma me había conformado con lo que la vida había puesto en mi camino. Me encontraba en un trabajo que no me aportaba nada, bueno, me aportaba estabilidad, eso sí, pero sentía que yo no estaba aportando nada al mundo. Tuve un momento de lucidez o locura (según quien lo mire) y pensé que no era lo que quería transmitir a mis hijos, yo quiero que ellos sepan que se puede elegir, que nunca es tarde para tomar decisiones. Así que lo dejé, renuncié y me propuse crear mi propia editorial, de ahí el nombre: Libre Albedrío, de ahí y del clásico de José Luis Cuerda… “Porque el libre albedrío bien usado no tiene ningún peligro. Ahora, si eres una atolondrado con la sesera hueca…”. Me encanta Amanece, que no es poco. Así que me propuse no ser una atolondrada y contar historias bellas, de autores e ilustradores que tengan algo que decir, y en eso estamos. Así contado parece fácil, pero fue una decisión difícil; dejar la seguridad y lanzarse a la aventura supone renunciar a muchas cosas y estar dispuesta a trabajar a destajo. Pero es una profesión tan bonita que compensa todo el esfuerzo.
¿Cómo se ve la literatura infantil desde la periferia? ¿Qué esfuerzos te toca hacer para llegar a todos los rincones posibles?
Montar una editorial en Almería es complicado. Sobre todo por las comunicaciones. Por suerte, con las nuevas tecnologías puedes trabajar desde cualquier parte del mundo con quien quieras. Es estupendo. El problema llega cuando algunas actividades requieren mi presencia física: reuniones, presentaciones, charlas, visitas comerciales, ferias, etc. Puedes crear el libro más maravilloso del mundo, pero si no lo mueves bien, si dejas de lado la parte comercial, lamentablemente ese libro desaparece en el mar de novedades y jamás llegará al lector que lo sepa apreciar. Así que la labor comercial es imprescindible, y eso es lo que más me cuesta estando en Almería, es una provincia maravillosa, pero está pésimamente comunicada con el resto del mundo. En esto me ha ayudado mucho pertenecer a la Asociación ¡Álbum!, somos 23 editoriales y estamos en contacto diario; donde una no llega hay 22 aliados que están ahí para lo que necesites. Ha sido una gran suerte tener la oportunidad de formar parte de este proyecto tan colaborativo.
Además de editora, eres autora ¿cómo es eso de ser editora de una misma?
No, no. Siempre que saco algún libro como autora en el sello de Libre Albedrío busco a algún compañero que haga de editor, soy muy insegura, no sería capaz de editarme un libro a mí misma sin tener una mirada externa que me edite. En Cinematográfico ha sido Roger Alemany y en Música Alrededor, por ejemplo, fue Vicente Cruz, que me ayudó a fundar la editorial y es implacable con mis textos; me viene muy bien su mirada crítica. En cualquier caso, prefiero que mis obras como autora acaben en otra editorial, me siento más segura. Aunque a veces saque alguno en Libre Albedrío, como Cinematográfico; este libro me costaba mucho cederlo porque es un homenaje a un profesor mío muy querido y sentía que pertenecía a Libre Albedrío, que era parte de este proyecto tan personal.
Cuando uno se hace autor, ¿qué riesgo asume?
Como autor te expones al mundo y a la mirada del lector sobre tu mundo interior. Creo que todo autor deja un pedacito de sí mismo en lo que hace, y eso siempre da un poco de miedo… y mucho pudor.
Como se ve en ‘Cinematográfico’, el cine es otra de tus pasiones…
El cine es mi gran pasión. En la Universidad hice mis pinitos como directora de cortometrajes, guionista… Ahora, revisitando esas obras, me alegro mucho de dedicarme a la edición de libros, creo que se me da mucho mejor. Por suerte, tengo la habilidad de disfrutar con el talento de los demás, soy una cinéfila confesa y muy, muy friki.
Volvamos a tu faceta de editora. ¿Cuáles son las señas de identidad de Libre Albedrío?
Me gusta pensar que nuestros autores e ilustradores tienen libertad creativa, nos interesa que cada obra tenga su propia identidad, que sea un reflejo de sus autores. Siempre pienso que la mirada del autor (entendiendo por autor tanto a escritores como a ilustradores) es lo que da fuerza a la historia y la hace única. Huimos de las historias que tienen un propósito moralizante, nos gusta que los libros sean una experiencia vital, una aventura de la que cada lector pueda sacar sus propias conclusiones. Y para eso es muy importante que el autor deje un poquito de sí mismo en la obra, que tenga una voz propia y algo que contar.
¿Qué tiene que tener un libro para que asumas el compromiso de publicarlo?
Obviamente, las editoriales independientes somos muy subjetivas; lo que a mí me mueve depende mucho de mis experiencias vitales, y para ser honesta, tengo que publicar aquello en lo que creo y puedo defender. Así que es muy complicado dar una fórmula infalible sobre lo que publicamos o no. Es como el amor, algo te enamora y muchas veces no sabes la razón, es un pálpito. Pero sí que intentamos ser muy exigentes con los textos, que sean muy literarios y que el autor tenga una voz con personalidad, un estilo definido. Si el texto funciona, tiene ritmo y está bien trabajado, ya tienes unos buenos cimientos. Pero no le damos menos importancia a la ilustración; ha de complementarse y establecer un diálogo con el texto, que la narrativa sea fluida entre ambos. Es complicado definir qué debe tener un libro, porque sumado a todo esto, también buscamos que sea original. Hoy en día se publica tantísimo que es difícil aportar algo nuevo al mercado; creo que es una responsabilidad por parte de todos los que trabajamos en el mundo editorial intentar que lo que publicamos sea valioso, no un libro más que te va a durar una temporada en la mesa de novedades y ya. Encontrar un equilibrio entre todos estos factores es algo muy difícil de conseguir, pero como se suele decir, las cosas que merecen la pena de verdad siempre lo son.
No hay comentarios