IT Dansa, el elixir de la juventud desembarca en el Teatro Real
IT Dansa, el proyecto de postgrado en danza del Instituto del Teatro dependiente de la Diputación de Barcelona, sustituye en el Teatro Real al Ballet de Flandes, que no ha podido trasladarse a Madrid por las restricciones sanitarias. La compañía catalana ha triunfado sobre las tablas del coliseo operístico madrileño invitándole a abrirse en futuras programaciones a la frescura de jóvenes propuestas con calidad y rigor.
Ha sido una carambola motivada por estos tiempos extraños de enfermedad y restricciones. En principio, era el ballet de Flandes el que debía subirse al escenario del Teatro Real este fin de semana, así estaba previsto, pero a la compañía le fue imposible viajar a España. Su hueco lo ha cubierto la contagiosa juventud de IT Dansa aportando frescura, garra y modernidad a la programación de Danza del Teatro Real en esta temporada en la que nada hay que dar por supuesto.
IT Dansa no es una compañía al uso, es más bien un proyecto consolidado y una factoría de buenos bailarines de la que se nutren algunas de las mejores compañías de danza contemporánea del mundo. IT Dansa Jove Companyia del Institut del Teatre es un proyecto de danza contemporánea creado en 1996 con el propósito de ser un curso de postgrado de dos años en el que 18 jóvenes bailarines, seleccionados en audiciones internacionales, depuren su técnica y se formen profesionalmente. ¡Quién les iba a decir a ellos que en plena pandemia tendrían una de sus grandes oportunidades! Bailar un programa cuádruple en el Teatro Real y lograr poner al público en pie.
El Ballet de Flandes venía a Madrid a estrenar mundialmente una versión aumentada de la obra In memoriam del coreógrafo Sidi Larbi Cherkaoui. Catherine Allard, directora de IT Dansa, explicó en rueda de prensa que habían llegado a un acuerdo con el creador belga-marroquí para incluir dentro de su repertorio “dos pasos a dos de esta coreografía, pero transformados en un paso a tres”. Esa pequeña parte del programa fue de lo más interesante de la velada. Ese extracto adquirió casi la categoría de obra única al mostrar dos caras de la misma moneda. Por un lado, las heridas de una relación tóxica, gráfica y brutalmente agresiva en contraposición a un amor productivo y cómplice. La obra cuenta con la conmovedora música del grupo vocal corso A Filetta, y en escasos 12 minutos es capaz de llevar al espectador desde el profundo rechazo hasta una sublime empatía.
La noche se abrió con Kaash, coreografía de Akram Khan estrenada en 2002, otro de los platos fuertes de la velada. Esta obra cuenta con una maravillosa escenografía del artista nacido en India Anish Kapoor. Se trata de una especie de agujero negro rectangular que se enmarca en diferentes colores según va avanzando la pieza. Perfectamente podría ser uno de esos artefactos de luz que tanto gustan al creador estadounidense James Turrell y se convierte, desde luego, en un elemento fundamental de esta energética y vibrante disertación sobre el universo. Sobre la matemática del caos, la gravitación y las cuerdas invisibles que unen la materia oscura. Sobre el silencio y el ritmo. Sobre la estrecha relación entre lo religioso y la inmensidad. La mística y las ciencias exactas. La música de Nitin Sawhney es perfecta para la experimentación de Khan sobre la fusión de la danza tradicional india kathak y la danza contemporánea. Maravilloso el vestuario de Kimie Nakano.
The prom es una creativa y muy teatral coreografía de la ex alumna de IT Dansa Lorena Nogal. La obra se estrenó en el Festival Grec de Barcelona en 2018 y podría ser un cruce entre la danza contemporánea y una propuesta de la compañía de teatro contemporáneo El Conde de Torrefiel. Es una obra que posee originalidad y descaro y derrocha juventud por los cuatro costados. Es amena y sorprendente y se nota que la compañía disfruta enormemente poniéndola en pie. Esta parte del programa vino a demostrar que las propuestas coreográficas más jóvenes no tienen por qué estar siempre enfocadas a estrenarse en Madrid en los escenarios de los Teatros del Canal o de Matadero. Esperemos que esta primera y exitosa visita de IT Dansa al Teatro Real sirva como revulsivo para sus programadores para incluir propuestas de esta frescura y calidad.
La velada se cierra con la propuesta más irregular de las cuatro: Whim, del sueco Alexander Ekman. Se trata de una obra realizada expresamente para IT Dansa que se estrenó en el festival Grec en 2007. Una suerte de ejercicios de estilos que peca, tal vez, de cierta complacencia al saberse destinada a un grupo de bailarines que están en la última fase de su formación. De esta manera, parece más enfocada a poner en apuros al intérprete que en su factura final. Whim parece ser casi una coctelera de propuestas de diferentes estilos muy marcados de las últimas tres décadas de la danza contemporánea mundial con ecos bastante fuertes de otros creadores como Ohad Naharin, por poner un ejemplo. Una disertación sobre la locura en clave de humor que quizá tiene en lo pretendidamente comercial su peor baza.
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