Mar Solís: esculturas al ritmo de la naturaleza y la incertidumbre

Escultura de Mar Solís en el Pabellón Villanueva (Real Jardín Botánico de Madrid), fotografiada por la propia autora.

El Jardín Botánico de Madrid se ha llenado en los últimos días de narcisos y eléboros (o rosas de Cuaresma, época en la que nos encontramos). Se aprecia aún algún desperfecto por la tormenta de nieve Filomena. El enorme olmo seco ‘Pantalones’ sigue impertérrito el paso del tiempo y los visitantes. Un grupo de jóvenes jardineros transforma en huerto unos geométricos parterres. Y en el Pabellón Villanueva, la escultora madrileña Mar Solís despliega una fabulosa exposición, ‘Principio de incertidumbre’, en la que juega a atrapar el espacio con metal y madera, como han hecho otros grandes, desde Chillida y Oteiza a Tomás Saraceno.

“Experta en la creación de obras que dialogan con el espacio, Mar Solís (Madrid, 1967), que cuenta con obra en importantes colecciones como las del IVAM, la Colección BBVA, Fundación María Cristina Masaveu Peterson y Comunidad de Madrid, concibe estructuras germinales en madera, metal o papel, en un singular juego poético que se funde con la naturaleza”. Es lo que nos dice la nota de prensa. “Este proyecto para el Jardín Botánico de Madrid mantiene esas premisas, con sus propósitos site-specific y un profundo sentido escenográfico”.

Son instalaciones intensamente dinámicas, que vibran sobre sí mismas de manera sutil, entre la potencia expresiva y la delicadeza.

“En las obras de Mar Solís nada es lo que parece. Cada obra manifiesta una complicidad interpretativa con el espectador e impulsa una dualidad, donde caben tanto las ideas de lo real (que en arte es siempre una forma de abstracción), como de lo irreconocible (que en arte es siempre otra forma de realidad)”.

En el texto que acompaña la muestra, el historiador, crítico y comisario de arte Ángel Antonio Rodríguez señala sobre la obra de Mar Solís: “El aumento de lo conocido siempre se compensa con el aumento correspondiente de lo desconocido, una certeza que entronca directamente con el conocido Principio de incertidumbre, del físico teórico alemán Heisenberg”.

La propia artista nos lo cuenta con sus palabras: “Esta exposición es un análisis emocional entre arte y ciencia. Digo emocional porque, aunque soy una curiosa observadora de los avances en ciencia, mis análisis, métricas y teorías del espacio son artísticas y vinculadas con una observación intuitiva y emocional; aun así, estoy dedicando estos últimos años de mi carrera a doctorarme sobre las nuevas expresiones en el mundo de la escultura desde las investigaciones en la física contemporánea. Los estudios científicos hacen que ampliemos y aceptemos una nueva realidad más abierta. Arte y ciencia siempre han tenido una vinculación interpretativa ante realidades difíciles de explicar”.

Obra de Mar Solís en su exposición ‘El Principio de Incertidumbre’. Foto: Marisa Fuertes.

“El Principio de Incertidumbre, formulado por Heisenberg, supone un cambio básico en nuestra forma de estudiar la Naturaleza, ya que se pasa de un conocimiento teóricamente exacto a un conocimiento basado sólo en probabilidades y en la imposibilidad teórica de no superar nunca un cierto nivel de error. El principio de indeterminación es un resultado teórico entre magnitudes relacionadas como pueden ser: posición/momento o energía/tiempo; por ejemplo, si se determina con gran exactitud la posición de una partícula, eso se paga con una gran incertidumbre sobre su velocidad. En este principio, observar también es modificar; o sea, el observador modifica el objeto observado. Sin principio de incertidumbre no se entenderían ciertos fenómenos físicos: por ejemplo, por qué átomos y moléculas ocupan un espacio y no colapsan”.

“Entenderás que cuando comencé a leer sobre este mundo subatómico, mis cálculos como escultora se dispararon; de estas lecturas han salido varios proyectos. Todo esto sumado al tiempo que nos ha tocado vivir y siendo el nombre de dicha fórmula tan poético, me atreví a tomar el título Principio de incertidumbre, acercándome al hecho de que la incertidumbre asume un viaje hacia lo inesperado. Así, Principio puede significar a la vez un comienzo o una teoría sobre la fragilidad del devenir”.

Mar Solís es una profunda observadora de la naturaleza para canalizar su creatividad. De ahí que la oportunidad de exponer en el Jardín Botánico de Madrid le llene de una manera muy especial. Los cruces de sombras de los árboles y las elipses de sus obras representan un espectáculo mágico con la espléndida luz de los atardeceres madrileños: “Me ha parecido una suerte poder contar con esta cristalera que ofrece la posibilidad de la proyección de las sombras del invierno sobre mis esculturas. Lo que sucede en las tardes soleadas dentro de la sala es de una emoción indescriptible”. Por eso, la última semana de la exposición –o sea, la próxima semana– Mar Solís va a grabar una performance con dos de las piezas del proyecto, tituladas Oscilaciones, aprovechando el espectacular espacio de la sala del Pabellón Villanueva.

Escultura de Mar Solís en el Real Jardín Botánico. Foto: Hans Moxter.

La influencia de maestros y la inspiración de la naturaleza

“Es evidente”, nos explica la artista, “que parto de la excelente escultura que se ha concebido en Europa y América en el siglo XX. Tenemos en este periodo grandes artistas escultores y grandes investigadores del espacio desde la abstracción que tanto me interesa. Podría dar muchos nombres que han sido muy importantes para mi formación artística y determinantes a la hora de elegir la escultura como lenguaje: Schlemmer, Pevsner, Tatlin, Gabo, Calder, Soto, Julio González, Chillida, Chirino, Oteiza, infinitos maestros, pero ahora mismo me siento más cómoda con grandes artistas instalativos como Olafur Eliasson o Tomás Saraceno, que están más cercanos a mi generación y a mi búsqueda”.

“La línea curva y elíptica es un continuo en mi obra, tal vez porque estas formas orgánicas se repiten en todos los ritmos de la naturaleza y esta es mi verdadera fuente de inspiración. Soy gran observadora de la naturaleza, necesito su ritmo y su energía latente para crear; por eso me intereso cada vez más por lecturas científicas. El arte y la ciencia investigan constantes posibles y ambas se alimentan de inspiración”.

La muestra ‘Principio de incertidumbre’, de Mar Solís, puede visitarse en el Pabellón Villanueva del Real Jardín Botánico, Madrid. Hasta el 14 de marzo.

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Comentarios

  • Pierre Berna

    Por Pierre Berna, el 07 marzo 2021

    Enhorabuena Mar,
    besos desde Francia. Tu y el espacio, siempre tenéis algo que contar.
    Pierre

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