50 años de la Antonio Machado, todo un referente en librerías
La Librería Antonio Machado celebra sus 50 años mudándose; se acaba de trasladar a la Plaza de las Salesas de Madrid. Un local más espacioso con cabida para 80.000 títulos. Según Aldo García, director de la empresa, seguirá manteniendo la misma filosofía que la rige desde su fundación en 1971: “Un lugar de intercambio cultural en el que hablar de libros, arte, fotografía, poesía y sobre la vida en general”.
Allá por 1971, cuando la dictadura comenzaba a dar sus últimas bocanadas, se inauguraba en el centro de Madrid la Librería Antonio Machado. Un lugar que funcionaba como espacio de pensamiento libre y donde se organizaban conciertos, exposiciones, mítines políticos, coloquios y, por supuesto, presentaciones de libros. Con la muerte de Franco, los dueños dieron por finalizada la actividad política del espacio y se lo vendieron en 1976 a José Miguel García Sánchez, editor, librero y distribuidor de Visor.
Con la nueva dirección, la librería mantuvo su esencia y siguió siendo un importante foco cultural. Allí se produjeron, por ejemplo, las primeras exposiciones de Miquel Barceló en Madrid y de Alberto Corazón. También presentaciones de libros fundamentales como El nombre de la rosa, de Umberco Eco, y obras de autores como Tierno Galván o Mario Benedetti. Además, fue durante muchos años casi una segunda casa de creadores como Forges o Quino.
Ahora, con más de medio siglo de historia, cambia de emplazamiento y se muda a la Plaza de las Salesas 11 de Madrid. Un lugar más grande que el anterior donde habrá cabida para más de 80.000 títulos. La renovación ha corrido a cargo del diseñador Joaquín Gallego y en sus paredes, para mantener esa esencia de sala de exposiciones, han colgado diferentes obras. Actualmente se encuentran los carteles creados por Alberto Corazón para el Teatro Español o del Equipo Crónica. Unos cuadros que irán cambiando, ya que disponen de un fondo muy grande.
Misma esencia, distinto lugar
Aunque se haya cambiado de lugar, la esencia de la librería sigue siendo la misma. Según cuenta Aldo García, actual director de las Librerías Antonio Machado e hijo de José Miguel García Sánchez, la filosofía de la casa se mantiene, ya que su idea es seguir siendo “un lugar de intercambio cultural en el que hablar de libros, literatura, arte, fotografía, poesía o sobre la vida en general”.
Respecto al catálogo, la librería continuará con las dinámicas anteriores, con la narrativa literaria y el ensayo como principales apuestas. “Nosotros, además, somos una editorial que cuenta con más de 700 libros de ensayo”, cuenta Aldo García. “Es un género que me interesa mucho. Aunque la idea es contar con todo tipo de libros, excepto los de Derecho, ya que tenemos dos librerías muy especializadas muy cerca”.
Unas obras que son elegidas en su mayor parte por él, aunque siempre está abierto a propuestas de los libreros. “Las novedades las suelo pedir yo, porque, si no, es una locura. Pero si hay algún trabajador especializado en géneros que no controlo tanto, como el manga, suelen pedir ellos las obras”, explica.
Tres novedades y tres inmortales
Al estar rodeados de libros, no quedó más remedio que preguntarle que nos recomendara sus preferidos. Tres novedades que no se pueden dejar pasar y tres inmortales de la literatura. Aldo García, muy lúcidamente, respondió que ojalá todos se volvieran inmortales en algún momento.
Después de un tiempo de reflexión y de admitir que no es algo sencillo, el librero se decantó en primer lugar por Azucre, de Bibiana Candía. Una novedad que le parece una obra maestra de la que se habla poco, un libro espectacular. Palabras similares le dedica a En la celda había una luciérnaga, de Julia Viejo, libro de cuentos que califica de surrealistas. Y cierra las recomendaciones de nuevas obras con Bajo presión, de Faruk Sehic, que para él es toda una joya. “Es un poeta bosnio que luchó en las guerras de su país y tiene unos escritos extraordinarios y de una fuerza increíble”.
A la hora de citar los tres inmortales, también deja ver sus dudas. Aunque La conciencia de Zeno, de Italo Svevo, se las despeja un poco. Una novela que encuadra dentro de las grandes de la historia de la literatura. Sigue con Peregrinos de la belleza: viajeros por Italia y Grecia, de María Belmonte Barrenechea, obra a la que hace honor su título.
Y, como no podía ser de otra forma, termina con un ensayo: El retrato de Giacometti, de James Lord. “Este libro lo edité yo y me parece de lo mejor que he leído. Hay una película a raíz de la obra y todo. Es muy curioso. James Lord era un crítico de arte norteamericano que fue a ver a Giacometti a París. Durante una semana le hizo una entrevista, pero el segundo aceptó si aceptaba hacerle un retrato durante la charla. Es una pasada”.
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