María Novo: “Debemos recuperar el valor de lo pequeño”
María Novo es un referente en la educación ambiental, de la que fue una pionera en España. Catedrática de esta materia en la UNED y fundadora del Proyecto Ecoarte, para Novo siempre ha sido fundamental divulgar el conocimiento que ha adquirido a través de sus investigaciones y su propia evolución personal. En este momento que vive la Humanidad nos habla de la importancia de aprender a ‘relocalizarnos’, reducir la velocidad de los procesos y reciclar nuestras formas de vida.
¿En qué proyectos está ahora inmersa María Novo?
Acabo de terminar un libro sobre el amor, que se publicará en breve. La idea surgió durante el confinamiento. Me pregunté qué es lo que más necesitaba la Humanidad y la respuesta fue el amor en todas sus formas: a la pareja, la familia, los amigos y amigas… Y también a la naturaleza.
¿Qué le incitó a volcarse en la educación ambiental hace 40 años, cuando nadie hablaba de este asunto?
En mi niñez y juventud pasé mucho tiempo en contacto con la naturaleza. Un día, en el parque cercano a mi casa en A Coruña, organicé una recogida de residuos con escolares. Fue mi primera acción ecologista: liderar una campaña con la que logramos que se cerrase y cuidase el parque que ahora acoge a la Casa de las Ciencias. A raíz de aquello, pensé que había que unir educación y medio ambiente y me propuse hacer mi tesis doctoral sobre ese tema. La leí en 1984, fue la primera tesis de educación ambiental de la universidad española. Y ya nunca abandoné esa línea de trabajo.
¿Cómo ve hoy el panorama de esa educación ambiental?
La conciencia ambiental ha avanzado mucho. La gente va comprendiendo que la naturaleza es nuestro hogar y hemos de cuidarla. Se habla del cambio climático, de la pérdida de biodiversidad, la contaminación… Sin embargo, en la práctica, la mayoría de las personas quiere seguir viviendo como antes: viajar, comer, vestir, moverse como si los problemas no existieran. Hemos aprendido la lección del reciclaje de materiales, pero lo que necesitamos es reciclar nuestras formas de vida para adaptarnos a los límites de la naturaleza. Solo haciendo cambios profundos en los modos de producir, consumir, movernos, alimentarnos, estaremos afrontando los riesgos cada vez más patentes de catástrofes y colapsos. Uno de los elementos fundamentales de ese cambio es la gestión del tiempo. Abandonar este ritmo frenético que guía los procesos y la vida de las gentes y acoplarnos al ritmo de la naturaleza. Sostenible, esa palabra tan gastada, significa consumir agua, suelos, energía, materiales… y generar desechos a la misma velocidad a la que la naturaleza puede reponerlos, y regenerarse. Es algo que no está siendo respetado en nuestras sociedades.
¿Y qué es lo que tenemos que hacer para poder ‘reciclarnos’?
En mi opinión, es importante relocalizarse, es decir, frenar nuestra continua movilidad de un sitio a otro, fortalecer los vínculos con lo más cercano. También debemos recuperar el valor de lo pequeño, que, en líneas generales, suele ser muy resistente y resiliente, frente a lo grande, que es muy vulnerable. Otro tema a debatir es el modelo del éxito que impera en nuestras sociedades: la fama y el dinero. Cuando llegan las crisis, eso no sirve para nada y descubrimos que lo más importante es querer y ser queridos, ser importantes para los que nos importan. No necesitamos el éxito a costa de la naturaleza, sino acoplar y construir ese éxito con ella porque es la matriz de la vida.
¿Qué es lo que más le preocupa ahora mismo a nivel ambiental?
Estamos reduciendo el problema del cambio climático a un asunto de tecnología y ahí está solo una parte de la solución, importante desde luego, pero que no basta. Lo que nos falta, a mi modo de ver, es que, desde los gobiernos y las instancias públicas, se le explique a la gente que es preciso un cambio de vida orientado a la sobriedad y la sencillez. No podemos llenar España de paneles solares y parques eólicos para seguir consumiendo energía a este ritmo, porque ya estamos chocando con los límites del planeta. Ni creer que se puede mantener el actual modelo de movilidad simplemente pasándose al vehículo eléctrico. Además, estamos tropezando con la escasez de materiales y tierras raras demandados por tanta electrónica. De ahí la importancia de un relato que diga con toda su crudeza la verdad y gravedad del problema y que sea asumido, en primera instancia, por los gestores de nuestras sociedades.
Tal como va ese rumbo ¿es optimista de cara al futuro?
Mi lema es trabajar en las fronteras de lo posible, soñar lo imposible y confiar en lo probable. No podemos ser optimistas en este escenario global, sería muy simplificador. Pero podemos tener esperanza, porque ahí radica la fuerza para seguir luchando por los cambios.
¿Hay algún lugar de la naturaleza al que le gusta regresar especialmente?
A las playas de mi niñez, en Galicia. Todavía hay algunas muy vacías de gente. También me gustar regresar al Peine del Viento, de Eduardo Chillida, en San Sebastián. Esa obra refleja la fusión de la naturaleza con el arte, que es el eje de mi proyecto Ecoarte.
Comentarios
Por Isabel Miranda, el 28 abril 2022
Enhorabuena por la interesante entrevista a la Dra. Novo.
Es un referente para varias generaciones de maestros, a los que formó en Educación Ambiental a través del Máster que puso en marcha y dirigió durante bastantes años.
Gracias por aportar temas y personas tan interesantes.
Por Ana, el 29 abril 2022
Destacaría tres mensajes: 1) “un cambio de vida orientado hacia la sobriedad y la sencillez”; 2) el amor en todas sus formas como lo más necesario; 3) una acción decidida de los gobiernos para impulsar estos cambios.
Ojalá lleguen a todos los rincones y penetren en todas las conciencias. Ojalá este tipo de artículos se multipliquen en los medios.
Por María Novo: “El reto de nuestra sociedad es viajar a la sencillez”, el 21 febrero 2024
[…] de pertenencia y contribuye a crear comunidad”. Son frases del último libro de la coruñesa María Novo, toda una pionera en España en educación eco-social, escritora, conferenciante, catedrática […]