FLORA 22: La metamorfosis del planeta en cinco patios
Metamorfosis. La edición 2022 de FLORA, el Festival Internacional de las Flores que se celebra cada otoño en Córdoba desde 2017, tiene la metamorfosis como eje. Y aunque estos recursos temáticos suelen ser un poco abstractos y servir de cajón de sastre, las dos instalaciones vegetales ganadoras entre las cinco presentadas este año en otros tantos espectaculares patios de la ciudad andaluza realmente nos hacen reflexionar sobre pasado y futuro, de dónde venimos y adónde vamos, tradición e investigación, esparto y micelio. Espacios con un tono de apocalipsis, de transformación, de monstruos en mutación. Este año ha sido el triunfo del esparto y los hongos. FLORA se abrió el día 17 y concluye este jueves. Fuimos a Córdoba el fin de semana y os lo contamos.
La instalación de figuras de esparto, titulada Ovidio –por lo de la metamorfosis– y ubicada en el Palacio de Orive –el patio talento, de convocatoria abierta, y que recibió este año más de 70 propuestas–, ha sido la ganadora de FLORA 22, a pesar de su ausencia de flores. Más espartana que floral. Seca de color aunque con paneles de policarbonato que crean un patio dentro del patio y provocan iridiscencias. Concebida por la arquitecta María Eugenia Diego, que firma como Kokon, esta instalación nos presenta unas extrañas criaturas en reposo pero en mutación –entre lo vegetal, lo animal y lo antropomórfico– que desprenden (por el esparto hervido) un fuerte olor a establo. La autora, de Zamora, nos contaba que había querido crear “algo inmersivo”, con olor –“el sentido más evocador”–, colores, ambientación sonora –no falta el canto de la chicharra–, “una presencia, más que una instalación”, que nos traslade a un espacio incierto, en lo rural, en el pasado y en el futuro, en transformación, mutante, con seres que crean cierta desazón, con un guiño contundente a través del esparto, tan presente en las persianas andaluzas, a la tradición y lo manual. Su creadora reconoció –emocionada al recoger el premio– que, en parte, es una instalación autobiográfica, pues también refleja su complicada transformación, reinvención, de los últimos años.
Si Ovidio obtuvo el primer premio –25.000 euros–, el segundo –10.000 euros– fue para El camino a través del camino, de Cordero Atelier, con un impactante despliegue de volúmenes con líquenes y hongos en el patio final de esa sucesión de evocadoras estancias del Palacio de Viana, que también, como las criaturas de esparto, nos transmiten algo inquietante, una especie de escenario post-industrial, de apocalipsis, de planeta futuro habitado por musgos, líquenes y hongos. En este caso, y como nos explicó a los periodistas Sara Uriarte, la mujer de formación farmacéutica que está detrás de Cordero Atelier –firma enfocada ahora a eventos, interiorismo y moda–, esta instalación vegetal es un guiño al micelio, a la importancia de la sociedad frente al individuo y a la capacidad de transformación, al indestructible ciclo de la vida. Por eso ha construido un paisaje poblado por hongos; “ellos seguirán cuando nosotros nos hayamos extinguido”.
De la tradición de los trabajos con esparto al paisaje futurista de los hongos. Pura mutación.
En medio de estas dos instalaciones: El trabajo zen del japonés Yuji Kobayashi en la fuente del Patio de los Naranjos de la Mezquita-catedral de Córdoba, pura paz buscando la armoniosa verticalidad de la torre campanario y las palmeras a partir de ruscus, aloe vera y farolillos chinos; una mirada a la tranquilidad, la estabilidad y el equilibrio frente a tanto cambio. El poder de lo masivo, a través de la replicación del mismo motivo, quizá como guiño a la expansiva Humanidad, de la instalación Liminar –liminares son esos espacios inciertos que nos hacen dudar sobre dónde nos encontramos: la adolescencia, las fronteras, una enfermedad…–, de la británica Emma Weaver en el patio de la Diputación de Córdoba, a partir de cientos de lilium reflejados en espejos. Y la instalación drag queen, Una perspectiva de color, de Maurice Harris, de Los Ángeles, una locura expansiva y carismática –como él– de boas de color hechas con esparragueras teñidas de los colores del arcoíris, que parten de un fondo negro y terminan en un cubo plateado que recuerda a las bolas de espejos de las discotecas y que, en esa mutación del negro al multicolor, reivindica, como afroamericano y gay que es Maurice, la diversidad en todos los planos.
Así, el poder sanador de las plantas (como se refería Ana Esteban a FLORA 2021 en esta revista) se ha transformado este año en el poder evocador de lo mutante, el cambio permanente, la metamorfosis. Esparto y micelio. De un ambiente rural con olor a establo al paisaje apocalíptico de líquenes y hongos.
El Festival FLORA, puesto en marcha por Zizai Cultura, tiene como patrocinador principal al Ayuntamiento de Córdoba. María Van den Eynde es la directora general y Emilio Ruiz Mateo, el director artístico. El jurado de este año ha estado compuesto por Ángela Molina, crítica de arte y cultura en El País; Álvaro Perdices, artista y comisario de exposiciones, y Julius Vaernes Iversen, florista y creador del colectivo danés Tableau, ganador de la pasada edición de FLORA.
Final con guerrilla floral
Hoy y mañana aún pueden visitarse las instalaciones en los cinco patios; el jueves llega uno de los días que más disfruta María, la directora, porque el festival se integra completamente con la ciudadanía. A través de Flor Motion, un colectivo de creadores que promueven la cultura de la flor “y trabajamos por humanizar la ciudad”, el Festival FLORA concluye con lo que llaman “guerrilla floral”. Las instalaciones vegetales son desmontadas para que con ese material varios equipos integrados por gente de asociaciones de barriadas cordobesas que trabajan con personas en peligro de exclusión preparen esa tarde otras instalaciones populares y muy efímeras –apenas duran un par de horas– en el Quiosco Joven, en el Paseo de la Victoria. La jornada termina con el reparto del material vegetal sobrante entre los ciudadanos y ciudadanas que han acudido para llevarse algún detalle/recuerdo/regalo de FLORA. “Así”, concluye María Van den Eynde, “damos tres vidas a las instalaciones florales y damos sentido pleno a nuestro compromiso con la sostenibilidad”.
‘Futuros Abundantes en Tiempos Convulsos’
Y ya que estamos en Córdoba, hablando de metamorfosis, de la encrucijada en que nos encontramos, de nuestras complejas y diversas miradas hacia el futuro, no quiero dejar pasar la interesantísima exposición montada por la fundación TBA21 en el C3A (Centro de Creación Contemporánea de Andalucía) (ya, ya; parece un algoritmo, pero se llaman así), tras el acuerdo de tres años alcanzado entre la Junta de Andalucía y la fundación de Francesca Thyssen-Bornemisza para ir mostrando su colección de arte con motivo del 20 aniversario de ésta.
La exposición actual, inaugurada en octubre, Futuros Abundantes en Tiempos Convulsos, puede visitarse de forma gratuita hasta el 5 de marzo. Una espectacular instalación, llena de sorprendentes salas para adaptar decenas de piezas de la colección a los complicados espacios creados por los arquitectos Nieto y Sobejano. Muy recomendable. Con obras realmente magnéticas de artistas como Pipilotti Rist, Olafur Eliasson, Ai Weiwei, Abraham Cruzvillegas, Miler Lagos, Daniel Steegmann Mangrané y Mathilde ter Heijne.
Comentarios
Por El festival FLORA se enfoca a la sorprendente inteligencia vegetal, el 26 octubre 2023
[…] la ganadora de la edición del año pasado, también ofreció una masterclass en la que compartió con el público su proceso creativo, y […]