Arranca la VI Conferencia Estatal de la Cultura, la gran marginada en el debate político
Puedes seguir al autor, Rubén Caravaca Fernández, en Twitter, aquí @rubencaravaca
Cuando hablamos de arte y cultura, solemos hacerlo sobre creadores, artistas, obras. En pocas ocasiones mencionamos a los que trabajan para que sean visibles. A las personas dedicadas a ello se las conoce con denominaciones diversas; la más habitual, gestores culturales. Desde hoy, miércoles 1 de febrero, hasta el viernes, se celebra en Valencia la VI Conferencia Estatal de la Cultura, organizada por la Federación Estatal de Asociaciones de Profesionales de la Gestión Cultural (FEAGC). Sobre los retos que han de afrontar estos profesionales conversamos con Ana Velasco, presidenta de la Federación y directora del Museo de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF); nos acompaña Juana Escudero, responsable de Cultura de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).
Juana Escudero (JE): ¿Cuáles son las principales preocupaciones de los y las gestores culturales?
Como colectivo, la falta de reconocimiento profesional. El intrusismo en una profesión con varias décadas de existencia, que aún no está definida con claridad, unido al intervencionismo, que en muchos casos llevan a cabo los políticos, dificulta una adecuada gestión de los profesionales. Planteamos poner en valor el papel que juega la gestión cultural y sus trabajadores en el entorno sociocultural. Ofrecer una cultura de calidad, contribuyendo al desarrollo social con políticas que lo garanticen. Combatir que la cultura es un gasto, en ocasiones se considera un derroche, en lugar de una inversión con una muy alta contribución al PIB y a la creación de empleo.
Rubén Caravaca (RC): Trabajo complejo en y con las instituciones, ¿cómo se lleva convivir con ellas cuando en ocasiones los trabajadores deben autocensurarse para evitar choques y conflictos?
A veces es difícil conjugar los intereses de las entidades e instituciones con los objetivos de los proyectos. Más evidente en el sector público que en el ámbito privado. Debemos generar habilidades para convencer en lo que creemos, con criterio profesional, sin perder en ningún momento el espíritu crítico. Lo social en el centro de la acción. Convencer de ello, sin autocensurarnos, abiertos al diálogo. Analizar otros puntos de vista y otras propuestas. La escucha es fundamental.
JE: ¿Qué caracteriza hoy el trabajo de los y las gestores? ¿Su papel? ¿Sus retos?
Hoy hay gestores culturales más cualificados, versátiles, capaces de adaptarse a los cambios. En el ámbito privado, trabajar para conseguir la sostenibilidad y viabilidad de la actividad y del proyecto que la sustenta, minimizar costes, maximizando beneficios, no solo económicos, teniendo en cuenta muchos intangibles, intentando siempre conseguir la satisfacción general. En lo público, trabajar con la dirección política, seguir procedimientos que garanticen transparencia, buen uso de los recursos, promover la participación, la accesibilidad, la plena inclusión y la diversidad, siendo interlocutores de los ciudadanos y de los agentes privados.
En ambos casos, entender la cultura como un bien público, que aporta beneficios a la ciudadanía, a la sociedad en general, que debe ser participativa. Tener claro que es imprescindible apostar por el desarrollo cultural, entendiendo que es la propia comunidad y su bienestar la que justifica dicha apuesta. La apropiación social de la cultura y sus diferentes manifestaciones situará siempre a la ciudadanía y a la sociedad en el centro de interés, protagonista de la gestión común de la cultura, por encima del criterio económico y mercantilista. Visión que debe ser asumida por gestores del ámbito gubernamental y del privado, han de trabajar juntos. Esas dos esferas no deben impedir el entendimiento, la configuración de estrategias compartidas. Incentivar el compromiso de los agentes privados en la dimensión pública de la cultura, la aceptación de la gestión privada por el gestor público como cooperador necesario, facilitar la colaboración.
RC: Colectivo formado mayoritariamente por trabajadores autónomos con mucho trabajo temporal, ¿están incluidos en el recién aprobado Estatuto del artista?
El estatuto se adapta mejor a la realidad del sector con aspectos mejorables. Ofrece una nueva prestación por desempleo sujeta a menos requisitos. Tiene en cuenta la intermitencia del sector. Mejora la protección social de los artistas con bajos ingresos integrados en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). Estableces una base de cotización más reducida para autónomos con ingresos inferiores a 3.000 € anuales. Abre la posibilidad, a solicitud del interesado, de que el plazo de ingreso de las cuotas sea trimestral, en lugar de mensual.
JE: Cada vez es más evidente que determinadas políticas culturales tienen un papel determinante en la gentrificación de las ciudades, ¿gestoras y gestores deberían tomar partido contra las mismas?
Debe ser la ciudadanía, no solo los gestores culturales, la que tenga un espíritu crítico con la ciudad. No siempre somos críticos ni respetamos los valores culturales de un territorio, barrio, área, apostando por otros nuevos creados de manera artificial, con una proyección determinada, perdiendo la identidad que tenían. Lo que pretendemos es que la sociedad se implique en los nuevos proyectos.
Se trata de un fenómeno verificable en zonas urbanas en las que se ha desarrollado o se ha incentivado la instalación de una clase creativa (artistas, músicos, diseñadores…) de alto poder adquisitivo. En Madrid, por ejemplo, Lavapiés, Chueca, Malasaña, incluso Carabanchel, desplazando a los vecinos con menor poder adquisitivo de su barrio y entorno. Se busca fomentar una imagen bohemia y cultural, para atraer a esta clase creativa que, de manera progresiva, acaba desplazando a la población local. Habría que recuperar calles y barrios apostando por un modelo mucho más sostenible, por el desarrollo comunitario y la participación ciudadana para crear modelos diferentes de ciudad.
JE: Profundizar en la memoria local contribuirá a aminorar esas políticas globales…
Es fundamental mantener la memoria viva, nos hace aprender y crecer. El reconocimiento hacia esos profesionales es sustancial. No olvidemos que los primeros surgen con la creación de los ayuntamientos democráticos, ellos hicieron posible que hoy, entre otras cosas, tengamos estos debates…
RC: En ese sentido, se echa de menos estudios culturales desde la propia gestión, tiramos mucho de la academia, poco del día a día…
La Federación ha creado el Observatorio Profesional de la Gestión Cultural y las Buenas Prácticas con ese objetivo. Evaluamos situaciones, retos y propuestas en materia de gestión cultural con el objetivo de contribuir eficiente y eficazmente al desarrollo de la cultura en su conjunto; constituyen un marco de referencia sobre el sector, sus profesionales y las actividades y proyectos que estos llevan a cabo. Prueba de todo ello son algunos de los documentos generados en los últimos años: Documento de Descripción de los puestos de trabajo, Libro Blanco de Buenas Prácticas…
JE: Labores muchas veces con escasa visibilidad…
Debemos trabajar para aumentar el compromiso de los medios de comunicación con los contenidos culturales, mayor implicación y colaboración con los profesionales de la gestión. No solo para sacar noticias, sino para aportar más a la consecución de una cultura integradora, participativa, inclusiva y sostenible, gestionada de forma transparente.
RC: Otro reto a abordar es la necesidad de ejecutar la gestión desde un marco ético.
La ética debería orientar la actividad humana como un valor incuestionable, actuar haciendo lo correcto, respetando la ley, los derechos de los demás. La cultura no es ajena a esta premisa, debemos entenderla como un compromiso con los retos de la sociedad, la tolerancia, la convivencia, la paz, la calidad de vida y los derechos humanos…
JE: Profundizar en la identidad propia, incluyendo el respeto al medio ambiente, uno de los ejes de la conferencia
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) integran aspiraciones universales de progreso humano, económico, social y ambiental. Aunque no hay uno específico cultural, está presente en los relacionados con la educación, ciudades sostenibles, seguridad alimentaria, protección del medio ambiente, crecimiento económico, consumo, producciones sostenibles y la promoción de sociedades inclusivas. La cultura ni puede ni debe estar al margen del respeto al medio ambiente.
RC: Para acabar, ¿la cultura está en el eje del debate político o tiene un papel secundario?
Tiene un papel periférico en la agenda social, política y mediática, siempre damnificada en las crisis. En campañas y debates electorales, es la gran ausente, apenas se dedican unos segundos al tema, a pesar de que los partidos intentan mencionar la cultura con más o menos acierto en los programas electorales, que pocos ciudadanos leen.
Comentarios
Por Virginia, el 02 febrero 2023
Felicidades