‘misswinter’: el buen tiempo de los días nublados y lluviosos
Cuando la crisis climática nos está rodeando, hoy nos escapamos a los paisajes de frío, verde, lluvia, agua, humedad. Con ella. Se llama Elena Ortega, nació en Castellón hace 49 años y tiene un gusto innegable no solo para la fotografía, también para ver la belleza donde otros solo ven frío. Ni el cambio climático, ni temperaturas más propias del verano en el mes de abril, ni el aumento de las noches tropicales anuales en España ni la sequía cada vez más profunda son capaces de cambiarnos el chip. Tenemos que aprender que el buen tiempo, a principio de los 20 del siglo XXI, se compone de nubes, de sombra, de brisa y, por supuesto, de lluvia. Tal vez por eso ella, Elena, fue una visionaria y decidió adoptar en ocasiones el pseudónimo de ‘misswinter’ (señora invierno), como carta de presentación de su preciosa forma de mirar. Ahora ya la siguen más 467.000 personas en Instagram.
“Misswinter empezó como un proyecto personal para desarrollar mi creatividad coincidiendo con el nacimiento de Instagram”, explica. “Nunca me había considerado una persona con habilidades artísticas, pero un poco antes de 2011 surgió mi curiosidad por la fotografía e hice un par de cursos de nivel principiante. En abril de 2011 me compré mi primer móvil con cámara y me enteré de que se había lanzado una aplicación para móviles que te permitía hacer fotos y subirlas al instante (Instagram)”.
Muchos recordamos aquellos principios de Instagram, cuando era casi exclusivamente una red social de fotografía, creativa y amable. Sí, enseguida llegaron el postureo, los crush y la vanidad. Probablemente era inevitable. Pero todavía hay personas como Elena, como misswinter, que conservan gran parte del espíritu de aquel principio en el que muchos dimos rienda suelta a nuestra creatividad por el simple placer de hacerlo y compartirlo.
“Entonces me comprometí conmigo misma a impulsar mi creatividad haciendo una foto distinta cada día (recordarás que antiguamente Instagram era verdaderamente Insta y solo se podían colgar las fotos que hacías en el momento) y la subiría a Instagram para tener una especie de diario visual y además poder ver mi propia evolución fotográfica; todo con el objetivo de destruir esa creencia que me había ido persiguiendo de que yo no era creativa”, confiesa Ortega.
Y finalmente lo que más pudo fue el paisaje y la naturaleza. Esos fueron los motivos principales que le llevaron a llamar poderosamente la atención del público y de la propia red social: “Me apasiona la naturaleza, porque me hace sentir parte de algo más grande, es como desconectar de mis propias preocupaciones y reflexiones para poner mi vida en perspectiva con el mundo. Siempre busqué con mi fotografía transmitir paz y calma, y creo que, para eso, la naturaleza es el modelo idóneo”.
Es cierto lo que dice Elena: ninguno de los que empezamos en Instagram entonces sabíamos dónde podía llegar aquella herramienta ni qué repercusión podía tener después. Pero ¿cuál fue el punto de inflexión, en qué momento descubrió que la cosa se ponía seria?: “Al año aproximadamente de estar subiendo casi una foto diaria, recibí un correo de Instagram diciéndome que por la calidad de mis fotografías y por cómo me relacionaba con la comunidad, me hacían ‘usuario sugerido’. Eso suponía que cuando alguien se descargaba la aplicación por primera vez, Instagram le iba a recomendar a un número pequeño de usuarios, y entre ellos estaba yo. Y a partir de ahí surgieron las marcas, salir en prensa…”.
Aquello tenía aquella red social. Era un caldo de cultivo perfecto para personas dispuestas a aprender y a investigar: “Recuerdo por aquella época dedicar mucho tiempo a ver fotografía de gente a la que admiraba, tanto en Instagram como en otras plataformas, con el objetivo de aprender y hacer mejores fotos”, explica Elena. Nunca tuvo el objetivo de dejar su trabajo y dedicarse por completo a la fotografía, esto es más bien un hobby, pero un hobby que se ha convertido en algo mucho más grande puesto que la revista Forbes España la consideró en 2019 una de las influencers de viajes en nuestro país.
Sus fotos tienen algo delicado, puro. En algunas ocasiones parecen fotogramas sacados de alguna película de Wes Anderson. Destilan tranquilidad y cierto silencio. Cuentan pequeñas historias sin querer ellas solas. Merecen ser miradas.
Elena se dedica a acompañar a líderes, equipos y organizaciones en procesos de transformación, ayudándolos a llevar con éxito cambios significativos que mejoren sus resultados, sus relaciones personales y su bienestar. “Me encuentro especialmente comprometida con mujeres directivas y emprendedoras con equipos, a quienes acompaño para que desarrollen su propio estilo de liderazgo con valentía y corazón.
Cuento con más de 20 años de experiencia como coach ontológico y estoy certificada como High Performance Coach”. Además, es experta en cultura corporativa y lidera proyectos de transformación cultural en clientes de España y Latinoamérica. Está licenciada en Derecho por la Universidad de Valencia e hizo el Máster en Asesoría Jurídica Empresarial por el Instituto de Empresa (Madrid).
Por el momento no tiene ningún proyecto desde el punto de vista fotográfico especializado en reciclaje. “Pero sí estoy comprometida como ciudadana”, dice. “Como ciudadana tengo la responsabilidad de cuidar del medio ambiente en mi día a día”.
Y para terminar, una confesión: “Mucha gente me pregunta si el nombre de misswinter es porque me gustan los paisajes de invierno, fríos o por la tonalidad de mis fotos… pero la realidad es que el nombre de misswinter (me gusta escribirlo todo junto y en minúscula) lo tomé de una canción de un grupo de Castellón de finales de los 90 que se llamaba Malconsejo, donde tocaba mi marido. El título de la canción era miss invierno y para Instagram se me ocurrió ponerlo en inglés”.
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