‘Another Way Film Festival’ mira modos de vida que van desapareciendo
Mujeres que luchan para defender su tierra en Brasil, líderes locales filipinos que son asesinados por oponerse a la deforestación, pueblos indígenas africanos que se enfrentan por el derecho a beber de su ganado, asesinatos políticos por denunciar una corrupción ligada a los recursos naturales, gentes de los Alpes atrapadas en el círculo de un turismo insostenible. El Another Way Film Festival, el festival de cine documental de Madrid centrado en el medio ambiente, comienza hoy, miércoles 18, con una programación que viene marcada por el impacto social que están teniendo nuestras decisiones respecto a lo que nos ofrece el planeta que habitamos.
Hasta el próximo 25 de octubre, de forma presencial u online, 43 producciones, entre documentales, películas de ficción, cortometrajes y una miniserie de tres capítulos, nos traerán una selección de filmes que nos permitirá pasearnos por el mundo y conocer lo que, a menudo, se nos esconde. “Nuestra selección se basa en la excelencia cinematográfica, no en los contenidos, pero este año vemos que hay una fuerte marca social, que aumenta el interés de los cineastas en los impactos que los daños ambientales generan en nosotros, no sólo fuera sino también en Europa”, nos explica Marta García Larriu, su directora, quien reconoce que le disminuye la ecoansiedad a medida que comprueba que cada año hay más participación en este ciclo, “porque es señal de que son temas que nos preocupan a más personas”.
En esta novena edición, dos son las producciones documentales españolas que han sido seleccionadas y ambas tienen en común el protagonismo de un mundo rural que conoce la tierra y respeta la naturaleza, pero que está desapareciendo a ojos vista. Es el mundo del abuelo hortelano de Laura García Andreu, la directora de Domingo Domingo (viernes, 20), que ella graba en un pueblo de Castellón donde se vive de las naranjas, de las patentadas, que son propiedad de grandes empresas ,y de esas variedades surgidas del conocimiento de generaciones trabajando la tierra.
“Los consumidores no sabemos lo que compramos y es terrible. Yo quería contar la historia de Domingo, un agricultor que mantiene en secreto que tiene una variedad de naranja para que no se la roben, y cómo trata de ponerla en valor patentándola, y también las dificultades que encuentra. Luego, explicar que también hay ricos en el pueblo, los que exportan porque se han quedado con las tierras de los que se van y meten máquinas y al final resulta que la Comunidad Valenciana, que era de minifundistas, está cambiando al latifundio; en definitiva, hablar del monstruo del sistema agroalimentario”, nos adelanta Laura, con esa emoción que otorga haber correteado por las huertas familiares cuando era niña.
Distinta y a la vez pareja es la producción dirigida por Pau Faus, que nos presenta una de esas ideas que surgieron al albur de la pandemia y está llena de matices, de encuentros entre mundos que parecen dispares. En Fauna (lunes, día 23) reúne a un pastor de ovejas y cabras y a científicos que buscaban una vacuna contra la COVID19, experimentando con animales, incluso de la misma especie que la pastoreada.
En realidad, nos cuenta, esta unión surgió sobre la marcha: “En la pandemia, pensé en un documental que explicara cómo se trabaja en un centro de investigación donde se hace experimentación con animales, no para abrir un debate sobre el tema, sino para ponerlo sobre la mesa; hoy sigue siendo necesario probar en ellos antes que en un ser humano”. Fue estando en el laboratorio, en un bosque, cuando pensó en buscar una historia afuera, un pastor con un rebaño. Y lo encontró. Y, además, quiso participar.
Ahora veremos cómo a medida que avanza el documental las vidas de todos ellos, con actividades humanas separadas por más de 10.000 años, se cruzan, se necesitan y se comprenden. Pau, que ya fue premiado en 2016 en el Festival de Málaga con otro documental, acaba de lograr en el DocsMX de México el de mejor dirección; él es consciente de la suerte que tuvo: “Un documental es un proceso que se crea sobre la marcha, es ir a la búsqueda de la vida para que salga una historia”.
Y al final salen historias como la de Deep rising (la película de la inauguración, hoy, día 18) sobre el oscuro negocio de la minería en el océano más profundo; la de Paradise (domingo, día 22), que nos lleva al monstruoso incendio de Siberia de 2021 en medio de una ola de calor; la de This Stolen Country Of Mine, sobre crímenes ambientales (sábado, día 21), o ese compendio de cortometrajes (también el sábado 21) en una sección que patrocina Signus y nos plantea temas muy diversos.
Pero no todo es cine en Another Way Festival. Este año se le han sumado cinco actividades paralelas que nos ayudan a reconectar con la naturaleza. Son cinco paseos por parques y jardines de Madrid que serán guiados “para conocer mejor la naturaleza que tenemos más cerca”, señala García Larriu. Sin duda, conocer esos otros habitantes no humanos de las ciudades, poniendo en valor los árboles y las aves que nos rodean, es un gran paso para su conservación en esta gran ciudad que tanto los necesita. A ello, se suma un taller de mediación cultural, un concierto de góspel gratuito (domingo 22) y un espectáculo de poesía.
Comentarios
Por Newsletter 19 de octubre: Solo no puedes, con amigos sí (hoy no son uno, sino dos regalos) - Noticias Positivas, el 15 noviembre 2023
[…] —‘Another Way Film Festival’ mira modos de vida que van desapareciendo El Asombrario […]