Regreso al horror del campo de Gurs… donde hubo un ángel 

Sacadas de sus casas, destino… Gurs. Uno de los dibujos en la exposición ‘La vida entre alambradas’. Fondos de la Fundación Elsbeth Kasser.

El proyecto expositivo ‘La vida entre alambradas’ en torno al campo de internamiento de Gurs, en Francia, nos hace memoria sobre algunos de los episodios más crudos de la historia de Europa en el siglo XX, desde la Guerra Civil española al holocausto nazi, memoria sobre la persecución de los pueblos por parte de ‘iluminados’ que toman el poder; ‘iluminados’ que ahora nos resultan muy cercanos y nos hacen revivir historias donde parece no caber el sentido de lo humano. Memoria donde, a pesar de tanto horror, también tienen cabida el arte y la cultura, la empatía y heroicidad de personas concretas. ‘La vida entre alambradas’ puede verse en Navarra de la mano de la antropóloga Pilar Rodrigo, especializada en Memoria histórica, y el diseñador gráfico Erre Gálvez. Os contamos la escalofriante historia de Gurs a partir de testimonios de quienes por allí pasaron y sufrieron. 

Eva Lewinski nació en Alemania en 1910, hizo campaña contra los nazis durante varios años, primero en Alemania, luego en París, donde vivió exiliada entre 1933 y 1940, huyendo de Alemania por sus actividades antinazis y sus orígenes judíos. En 1940 escribió: “Nunca en mi vida, durante ninguna noche, he oído la lluvia como en mi duro saco de paja. Implacable las gotas de lluvia golpeaban el techo del barracón, incesantemente, a lo largo de la noche. A veces sentía como si estuvieran martillando directamente en mi cerebro. Durante horas, el deseo de ser aniquilada por esta lluvia, de ser barrida, para siempre. ¿Cómo seguirá la vida? Sin posibilidad de participar en el curso de las cosas. Ahora ya todo está bien. Todavía quiero leer, luego por la noche caminar por la calle entre los barracones, tratando de ver las montañas de los Pirineos más allá del alambre de púas y regocijándome en su vista”.

Es uno de los testimonios que recoge La vida entre alambradas, que, tras su paso por Pamplona, por el Palacio del Condestable, de la mano del Instituto Navarro de la Memoria  , recala a partir de mañana, 29 de mayo, en la Casa de la Cultura de Zizur Mayor, en el área metropolitana de Pamplona, hasta el 10 de junio. El proyecto se ha montado a partir del contacto de Pilar Rodrigo con Emile Vallés, de la asociación L’Amicale du Camp de Gurs y cuyo padre permaneció en ese campo entre 1939 y 1945.

Pilar me cuenta en breves dosis la terrible historia de Gurs, que simboliza bien la triste historia de Europa en la primera mitad del siglo XX, y que sería bueno no olvidar. Cómo pasó de campo de acogida a los republicanos españoles a campo de concentración nazi.

En pocas líneas: En febrero de 1939, con la caída de Barcelona en la Guerra Civil, más de 400.000 personas cruzan la frontera con Francia en menos de un mes. Se van creando campos provisionales para acoger a los refugiados en las playas del sur de Francia. Huyen también de Navarra y del País Vasco. Más de 20 campos. Uno de ellos fue Gurs, cerca de la frontera con Navarra, para los refugiados vascos y navarros, entre otros, como los brigadistas. Abrió el 5 de abril de 1939, con unas 6.500 personas acogidas en barracones provisionales de madera.

En noviembre de 1939 estalla la Segunda Guerra Mundial. En mayo de 1940, Francia cae en manos de los nazis con el Gobierno colaboracionista de Pétain. Entonces, el que era campo para los refugiados españoles republicanos se transforma en campo para “los indeseables”: llegan desde comunistas franceses hasta otros republicanos españoles que estaban viviendo en Francia y, sobre todo, judíos. Cuando Hitler ve inviable el Plan Madagascar para deportar a todos los judíos europeos a esa isla africana y opta por la “solución final” de exterminio en masa, Gurs se convierte en centro de agrupamiento para enviar judíos a Auschwitz; se calcula que pasan por ahí con destino a la solución final entre 6.000 y 7.000 personas.

En octubre de 1940, comienza el periodo antisemita.

En octubre de 1940, comienza el periodo antisemita. Fondos de la Fundación Elsbeth Kasser.

Gurs siguió abierto hasta 1945; en los últimos meses, con el régimen nazi ya eliminado, se convirtió en el aun más absurdo campo de reclusión donde convivían soldados nazis con luchadores antifascistas. En total, se calcula que por Gurs pasaron unas 60.000 personas, 25.000 de las cuales fueron españoles.

Una vez cerrado, Francia quiso pasar página y olvidar, destruyó los infames barracones (382, con capacidad para 60 personas cada uno) y plantó un bosque. Hasta que en 1979 se creó la L’Amicale du Camp du Gurs, y al menos han reconstruido un barracón y levantado un memorial para que no se olvide lo que allí sucedió.

Cuando Pilar se familiarizó con Gurs, planteó la recuperación de su historia, pero dándole una vuelta. Esa vuelta consistía en buscar la humanidad entre la deshumanización; el arte y la esperanza, la luz, entre tanto dolor y violencia. Y halló la senda perfecta: Elsbeth Kasser, una enfermera suiza que con 20 años se vino a España a luchar con los republicanos y que luego acudió de voluntaria a trabajar en Gurs, donde permaneció cuatro años, paliando el dolor y desesperación de los allí recluidos.

Elsbeth no solo ejercía como enfermera del cuerpo, sino también como enfermera del alma: montaba obras teatrales, conciertos, creó una biblioteca… Le llamaban “el ángel de Gurs”. Pintaba y motivaba a los presos y refugiados para que pintaran y dibujaran. Unas 200 obras que ella recopiló y guardó. Guardados en una caja que no abrió durante muchos años por el dolor que le producía volver a esos dibujos y escenarios. Hasta que un día pensó que tenía una deuda más con toda esa gente, que les debía dar visibilidad a esos testimonios. Creó una fundación, con sede en Zúrich, para que esa memoria no se nublara.

Elsbeth Kasser “el ángel de Gurs”

Retrato de Elsbeth Kasser, ‘el ángel de Gurs’. Fondos de la Fundación Elsbeth Kasser.

Ahora, en 2024, en otros momentos turbios en Europa, Pilar decide unir una selección de esas pinturas, unas 60, con testimonios de supervivientes del campo y de sucesores de supervivientes, grabados y recogidos por L‘Amicale, sobre la vida en Gurs.

Y eso es lo que cuenta esta emotiva exposición. Testimonios y dibujos que, entre los escalofríos, abren una rendija a cierta esperanza y confianza en la humanidad de la Humanidad. Como estos que os dejamos aquí para que sepamos el valor de no olvidar, de la memoria.

Max Dreyfus (1940-1941). Fueron a buscarle a su casa en Etlingen (Alemania) el 22 de octubre de 1940. Primero viajó en tren a Friburgo, después Mulhouse, en Alsacia, el 24 pasaron la frontera, y tras un viaje de tres días llegaron a Gurs:

¿Qué es el campo de Gurs? Cuartel formado por 14 islotes de 27 barracones cada uno. Cada barracón contiene 60 personas acurrucadas juntas. Los cuarteles están en campo abierto, construidos sobre arcilla y rodeados por un entorno montañoso. Unos 30 km más adelante, al sur, se extiende la cadena de Pirineos, con sus cumbres nevadas. Aquí está nuestro nuevo hogar, como animales arreados detrás de una cerca de alambre de púas. Los hombres en los barracones de un lado, las mujeres en otro. Solo pudimos hablar con nuestras esposas detrás del alambre de púas, vigilados por guardias, durante cinco minutos, máximo. Luego un silbido estridente, y fuimos ahuyentados sin contemplaciones. Fue nuestro adiós”.

José De Sola, 10 años (1940)

Pero llegó el gobierno de Vichy y éramos ‘indeseables’. Mi padre probó a esconderse en los bosques y al final se rindió, nos cogieron en mes de julio 1940 y de allí nos llevaron al campo de Idron, era un campo militar y estuvimos bien tratados, pero no nos quedamos en ese campo. Salimos de camino a Gurs pasando por la prefectura de Pau con las maletas y todo, la gente nos miraba desde las ventanas de las casas, desde las aceras, como si fuéramos vacas”.

Gurs donde fealdad y belleza, vida y muerte, viajan juntos.

Gurs, donde fealdad y belleza, vida y muerte, viajan juntos. Fondos de la Fundación Elsbeth Kasser.

Julio Viceña, (1939-1941). Primero pasó por los campos instalados en las playas. En abril de 1939, al ser vasco, se le ubicó en Gurs. Así nos cuenta cómo se organizaba el campo.

Al principio, los islotes estaban separados por una doble red de alambre de púas y custodiados por gendarmes en la puerta. Se imposibilitaba así cualquier comunicación entre ellos y era común encontrar padres separados de sus hijos, hermanos entre sí o amigos del mismo pueblo. Cada islote, si mi memoria es correcta, incluía cuatro filas de cinco barracas, haciendo un total de 20 barracas. Cada uno albergaba a 60 personas, y el islote a 1.000. Los barracones estaban construidos de madera, con un techo recubierto de brea. En el interior, estaban vacíos: ni una mesa, ni una silla, ni un banco. Cada uno tenía un rincón donde se ponía el colchón para dormir. Luego, con pedazos de madera que llevábamos de las cocinas, alambres de hierro, cuerdas y otros materiales improvisados, poco a poco hicimos tarimas y estantes para colocar los escasos objetos personales”.

Y uno más, referido al ángel de Gurs, alma de esta exposición, cuyo recorrido esperemos que no acabe en Zizur, sino que tenga un camino más largo.

Rolf Weinstock (en sus memorias): “Incluso hoy sigo pensando en Elsbeth Kasser con eterno agradecimiento. Ella misma fue la distribuidora de alimentos y, a pesar de su trabajo riguroso, siempre tenía una palabra amable para nosotros. La acosaban por todas partes: “Por favor, señorita Elsbeth, sí, por favor”. Ella daba consejos e información a todos, tomaba notas; todos le cogimos cariño, todo el mundo quería a Elsbeth, aunque ella no era consciente. Después de cada comida, cantábamos algunas canciones. Esto liberaba nuestros corazones, por un momento. Realmente se sacrificó a sí misma, y no es exagerado decir que salvó miles de vidas. ¡Gracias!, en su barracón, creó un oasis de bienestar”.

Deja tu comentario

¿Qué hacemos con tus datos?

En elasombrario.com le pedimos su nombre y correo electrónico (no publicamos el correo electrónico) para identificarlo entre el resto de las personas que comentan en el blog.

No hay comentarios

Te pedimos tu nombre y email para poder enviarte nuestro newsletter o boletín de noticias y novedades de manera personalizada.

Solo usamos tu email para enviarte el newsletter y lo hacemos mediante MailChimp.