Las mejores fotos de naturaleza y vida salvaje a vista de dron
Al igual que se premian los mejores disparos de fotoperiodismo o de foto de calle o de naturaleza, también las fotos aéreas que consiguen enfoques y visiones imposibles cuentan con su certamen anual. El de 2024 se fallará el próximo septiembre. Los Drone Photo Awards premian la excelencia en el uso de estos artefactos en varias categorías: Urbano, deportes, naturaleza, animales, personas, abstracto y…, sí, bodas. Nosotros, que somos una revista volcada en la cultura y la defensa del medio ambiente, nos hemos decantado para nuestra serie de fotógrafos en ‘El Asombrario Recicla’, por presentar los últimos ganadores en las categorías de Naturaleza, Animales y Urbano.
Los drones últimamente, en tiempos de guerras y conflictos, no gozan de muy buena prensa. Es otro de esos inventos del ser humano que ha terminado utilizándose con fines destructivos, pese a su potencial positivo. En ‘El Asombrario’ somos de mirar siempre el vaso medio lleno, así que hemos decidido detenernos en uno de los usos más creativos y, al mismo tiempo, de denuncia social que pueden tener estos aparatos voladores no tripulados, generalmente impulsados por energía eléctrica, y capaces de transportar cargas de peso determinado como una cámara fotográfica.
Dentro del festival de fotografía que se realiza anualmente en Siena, Italia, uno de sus certámenes premia las mejores fotografías realizadas con drones. Dentro de los Siena Photo Awards se encuentran los premios de fotografía creativa, de fotografía con drones y el premio internacional de fotografía.
Los drones permiten realizar impresionantes fotografías cenitales, pero no solo eso, el jurado también premia la oportunidad y la creatividad de los encuadres imposibles que han de preverse a vista de pájaro.
En 2023, el arquitecto y fotógrafo aficionado canadiense Thomas Vijayan ganó el primer premio en la categoría de naturaleza. Con su dron fotografió la pared helada de Austfonna, un campo de hielo situado al sur de la isla de Nordaustlandet, en Noruega. “Había visitado este lugar varias veces antes, pero el año pasado (2022) fue desalentador presenciar el derretimiento del hielo marino en junio”, cuenta el fotógrafo. Vijayan asegura que para él la fotografía es una combinación de su amor por la naturaleza, los viajes, la práctica, la paciencia, la pasión y el cuidado, aparte de los amigos y el equipo.
El gigante durmiente fue el título de la fotografía ganadora en la categoría de vida salvaje y animales. Se trata de una toma cenital de un elefante durmiendo lo que parece ser una apacible siesta. Su autor es el fotógrafo de 23 años Dhanu Paran, especializado en fotografía de animales salvajes y originario de la ciudad india de Pollachi. Así describe su fotografía: “El elefante descansa de costado y su enorme cuerpo ocupa una parte importante de la imagen. Su piel gris y arrugada parece armonizar sin esfuerzo con el follaje que lo circunda, dando la impresión de que es un elemento inherente del paisaje“. “Mi fascinación por congelar los momentos de la vida de los animales surge de mi apetito voraz por observar la vida silvestre. Esta curiosidad me ha llevado a capturar hasta el más mínimo detalle sobre ellos en mi trabajo“, concluye el fotógrafo.
Sebastian Piórek, de Polonia, es el fotógrafo que firma la imagen ganadora en la sección urbana. Se titula Patio, y en ella Piórek quiere enfatizar la belleza de las líneas de un espacio que sirve para el divertimento en su vista cenital. Se trata de convertir un terreno dedicado al deporte y el esparcimiento, en un conjunto de siluetas y formas abstractas que dialogan a la perfección las unas con las otras, formando un paisaje geométrico de un minimalismo contagioso.
Otras grandes imágenes
Dentro de las distintas categorías proponemos una galería de otras imágenes no premiadas, pero que nos han llamado la atención:
Naturaleza
La palmera y la buena vida, de Lucas Hammerer. “Esta palmera ha crecido hacia el mar, aparentemente para estar más cerca de sus compañeros peces. Es fascinante cómo no podemos elegir dónde comenzar en la vida, pero podemos seguir nuestro propio camino y hacerlo único”.
El humeante volcán Popocatépetl, de María Paula Martínez Jáuregui Lorda. Popocatépetl es el segundo volcán más alto de México con 5.500 metros sobre el nivel del mar. Ha estado activo desde 1991. “Esta fotografía se tomó un día en que el volcán comenzó a humear, momento perfecto para echar a volar mi dron y tomar esta imagen”.
Cisnes de invierno, de Terje Kolaas. Este grupo de cisnes fue fotografiado por un DJI Mavic 2 Pro en Levanger, Noruega. Los árboles cubiertos de nieve por una reciente nevada convierten la escena en fantasmal.
Vida salvaje
Amigos, de Joseph Cheires. En Baja California Sur, en México, un grupo de ballenas grises se acercó a interactuar con personas en una barca como si fueran amigos; “la experiencia de compartir los dos mundos desde una barca resultó increíble e inolvidable”.
Grandes pájaros. Avestruz (Struthio camelus), de Thomas Dressler. “Vagando por una llanura desértica arenosa, la fotografía fue tomada con las últimas luces de la tarde con un dron Mavic 2 Pro. Damaraland, región de Kunene, noroeste de Namibia”.
Allanando el camino, de Joanna Steid. Vista aérea de un tiburón deslizándose con gracia a través de un denso banco de peces lacha. “Fue un privilegio extraordinario presenciar esta cautivadora interacción entre estas dos especies”. La foto fue capturada frente a la costa de Southampton, Nueva York, en el verano de 2022.
Urbano
Monumento al amor eterno. El Taj Mahal, de Michele Falzone. “El Taj Mahal, visto desde la orilla del río Yamuna, ha sido uno de los mayores logros de mi carrera fotográfica. Esta mañana, al amanecer, una capa de nubes y niebla cubría el río dando un aspecto flotante e increíblemente surrealista al mausoleo atemporal”.
En el lugar correcto y el momento correcto, de Alexander Ivanov. “Un día ordinario en la ciudad. Un juego de sombras, simetrías y tamaños en una sola foto. Es impresionante lo pequeños que parecen vehículos enormes cuando los comparas con otro tipo de transportes como un barco”.
Espacios verdes decrecientes, de Asker Ibner Firoz. “En una zona densamente poblada de Dhaka, la capital de Bangladesh, las consecuencias perjudiciales de la urbanización son evidentes. Uno de los impactos más significativos es la desaparición paulatina de los espacios verdes. En los últimos años, varias zonas de la ciudad han sido testigos de la desaparición de las zonas verdes, efecto secundario de la urbanización no planificada”.
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