Mighty Earth contra la deforestación, del cacao a la soja y la madera
Recientemente se reunieron en Madrid los representantes de una decena de países que forman parte del llamado Partenariado de la Declaración de Amsterdam (PDA). Se trata de un grupo de ocho países comunitarios, entre ellos España, más Noruega y Reino Unido, que en 2015 firmaron una declaración, al albur del Acuerdo de París contra el cambio climático, para promover leyes que eviten la importación a Europa de materias primas o bienes cuya producción implica talas de bosques. Al evento acudió Julian Oram, responsable de políticas internacionales de Migthy Earth, una organización creada por el norteamericano Glenn Hurowitz en 2016 que no deja de aumentar en influencia. Entre sus objetivos, el primero es proteger los bosques tropicales del avance de la agroindustria, pero también trabajan en la descarbonización industrial o la minería. Hablamos con él.
La normativa europea contra la llamada “deforestación importada” sigue siendo uno de los hitos de la pasada legislatura europea. Aprobada a finales de 2022, y en vigor desde hace justo un año, en realidad no será efectiva hasta enero de 2025, tras un periodo de transición, pero empresas, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil en medio mundo ya están activos para lograr que los bosques primarios del planeta dejen de desaparecer a marchas forzadas por el consumo de algunos productos, como los siete que se incluyen en esta directiva (madera, aceite de palma, cacao, café, caucho, ganado, soja y derivados de éstos, como carne, cuero, etcétera).
Aprovechando la visita a Madrid del representante de Mighty Earth, El Asombrario habló con Hurowitz, que triunfó en su enfrentamiento con un gigante coreano-indonesio del aceite de palma y logró también que la cadena Carrefour dejara de comprar carne brasileña que proviene de zonas deforestadas.
Cuéntenos de esta Declaración, muy desconocida para la sociedad española.
Se creó para sentar las bases para una política contra la deforestación por la importación de materias primas. Desde que se acordó, su logro más importante ha sido conseguir que los países de la UE tuvieran una regulación, que fue aprobada en 2022. En el Reino Unido, dentro de su ley medioambiental, saldrá también una normativa contra la deforestación, pero en este caso se prohibirá la importación de productos procedentes de deforestación ilegal. La comunitaria es mucho mejor, porque incluye productos que implican talas legales o no legales en el país de origen. En la UE, todo lo que haya implicado que haya territorio deforestado desde diciembre de 2020 no podrá importarse. Desde luego, los sectores afectados están haciendo lobby para que se retrase su entrada en vigor en 2025, pero no hay que caer en ese retroceso. Por ello era importante esta reunión en Madrid. El Partenariado es un buen foro, porque reúne a gobiernos, empresas y ONGs para debatir sobre cómo aplicarlo y para plantear nuevas legislaciones con más restricciones para el futuro. Además, acudieron también representantes de China, Estados Unidos… y de empresas tan grandes como Ikea.
¿Hubo algún resultado en esta reunión?
Lo más importante es que vemos que hay un ataque muy importante por parte de la extrema derecha a todo lo que son las políticas ambientales y se teme que haya un retroceso. No podemos permitir que se rebaje la normativa.
¿Qué percepción tienen los países exportadores de madera respecto a esta legislación europea?
Ya cuando se negociaba la ley, la UE consultó a muchos de esos países, como Malasia, Indonesia, Brasil, Argentina, Canadá, China, Estados Unidos… Recogió sus preocupaciones y se les explicó qué es lo que se iba a hacer. Es verdad que en algunos países, especialmente en África, donde hay muchos pequeños productores, es más complicado situar exactamente dónde están los cultivos, contar con una georreferenciación que no conocían. En el foro en Madrid, algunos de ellos han explicado los problemas que tienen, pero son muchos los que sí están ya preparados para aplicar la regulación el próximo enero. Es evidente que estos países requieren apoyo técnico y financiero, y la UE ha trabajado en ese sentido, apoyándoles para que puedan ofrecer la información que se le va a pedir. El representante de Reino Unido, que será el próximo presidente de la PDA , también ha dejado claro que estas normas son el final del principio y no el principio del final, porque hay que hacer muchas cosas más para avanzar contra la deforestación.
En los últimos 10 años, ¿se detecta que en algún lugar se está frenando la tala?
Realmente, no. Solo en el caso de Indonesia, con el aceite de palma, el trabajo de la sociedad civil, al denunciar cómo se deforestaba masivamente, logró que las empresas importadoras cambiaran su forma de trabajar con los proveedores y se redujera de forma importante; pero en otros muchos lugares no es así. Sigue habiendo bosques deforestados por el cacao en el oeste de África o por la soja y el ganado en Sudamérica. No hemos conseguido que las empresas, en general, cambien su forma de operar. Por eso es importante la legislación europea. No olvidemos que en este momento de crisis climática global, talar bosques tiene un peso muy importante en cuanto a las emisiones contaminantes. Sí que algunas compañías hacen un buen trabajo, pero para muchas otras no es una prioridad, el cambio lo dejan siempre para otro año.
Esas empresas exportadoras que no consideran una prioridad no deforestar, ¿podrían buscar mercados ajenos al europeo para seguir haciéndolo sin trabas?
Puede ocurrir, pero al final la demanda europea es tan alta de algunas de estas materias primas que tendrán que entrar en la UE. De ahí la importancia del reglamento y de que los 10 países del partenariado lideren que otros gobiernos de la misma Unión Europea o de fuera de ella tomen medidas de este tipo, como son China o Estados Unidos, ya sea a corto o a medio plazo. Nos encantaría que el partenariado de estos 10 países se abriera a territorios fuera del continente europeo, donde se legislara de forma similar. Sería la solución al problema. De hecho, 16 organizaciones les hemos entregado una carta para que sigan en esa línea.
¿Cuáles serían los siguientes pasos a dar?
La hoja de ruta que va a seguir el PDA no la sabemos. En Estados Unidos, nuestros representantes de Mighty Earth están hablando con los legisladores para que pongan en marcha una normativa similar a la comunitaria. La tarea importante es ahora que los países europeos sean un ejemplo a seguir, que se pruebe que el reglamento contra la deforestación importada funciona a partir de 2025 y que es un modelo exportable al otro lado del Atlántico o a China, dos de los grandes importadores.
¿Dónde está hoy la deforestación más descontrolada?
Sigue estando en Brasil. Es verdad que llegan noticias de que con Lula da Silva ha bajado algo en los bosque lluviosos amazónicos, pero eso es selva tropical y hay otros ecosistemas fundamentales en ese inmenso país, como es el Cerrado, donde se está produciendo mucha soja y donde se está duplicando la deforestación. Lo mismo pasa en la Catinga brasileña. Y luego también comprobamos que está aumentando en África Occidental, en el Congo, en Indonesia.
¿Y qué pasa con las reforestaciones de millones de árboles que se anuncian por empresas y gobiernos?
No es una solución, es falso que funcionen estas medidas. Un bosque no es una colección de árboles, eso sería una plantación, que es otra cosa. En un bosque viven comunidades indígenas, animales, peces, insectos, mamíferos… Hay una gran biodiversidad biológica y también de culturas. Replantar no crea un bosque como los que están desapareciendo.
COMPROMETIDA CON EL MEDIO AMBIENTE, HACE SOSTENIBLE ‘EL ASOMBRARIO’.
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