Los Huertos Urbanos son los Verdaderos Refugios Climáticos
Para mí son los auténticos Refugios Climáticos. Plantas y árboles –huertos urbanos– reducen en varios grados la presión de la temperatura extrema. Así que no entiendo cómo Ayuntamientos, entidades públicas y privadas no apuestan por ellos, no los fomentan, no ayudan a que cada vez haya más espacios verdes, vecinales, de este tipo tan necesarios en las ciudades. En Barcelona, los huertos urbanos son vida, pero el Ayuntamiento les está dando la espalda. Tienen sed. Todo el agua para el turismo. Menos mal que existen organizaciones como Aigua és Vida.
Sigo por las redes la evolución de uno de mis huertos y jardines urbanos preferidos. Es el espacio de Green Guerrilla Satalia, en Barcelona. Me gusta porque crece silvestre en unas escaleras que nos acercan desde la ciudad a la montaña de Montjuïc, me gusta porque son vecinos y vecinas empoderados los que lo cuidan, me gusta porque han transformado un espacio lleno de plásticos, jeringas y residuos urbanos en una vida que crece y palpita en forma de flores y plantas comestibles.
En verano, para mí estos son los auténticos Refugios Climáticos, allí donde un árbol reduce en varios grados la presión de la temperatura extrema en tiempos de calor, allí donde el frescor de las plantas me acaricia el rostro y donde pasa una brizna de aire a través de la cual puedo respirar. Y entonces no entiendo cómo Ayuntamientos, entidades públicas y también privadas no los fomentan, no ayudan a que cada vez haya más espacios de este tipo tan necesarios en las ciudades.
Hace unos meses, coincidiendo con el Día de la Tierra, el informe Copernicus alertaba de un aumento del 30% de la mortalidad en Europa debido al calor, registrado en los últimos 20 años. El calor extremo ya es ahora la principal causa de mortalidad. Las 30 olas de calor más graves de las que se tienen noticia se han producido desde principios de siglo, y cinco de ellas en los últimos tres años.
Ya el año pasado el informe sobre el estado del clima se señalaba que el Viejo Continente se encuentra entre 2,48º y 2,58º por encima de los niveles preindustriales, un calentamiento que casi duplica el del conjunto del planeta.
Y para aquellos que podrían poner soluciones los huertos urbanos siguen sin importar. En un contexto de sequía extrema, como todavía se vive en Catalunya, sorprende que la Ley de Emergencia por Sequía decidiera restringir al 0% el agua de los huertos urbanos y, en cambio, diera barra libre al agua que se gestiona para el turismo. El portavoz de la entidad Aigua és Vida y de Ecologistas en Acción Dídac Navarro alertaba que el agua que se gasta en un hotel de 5 estrellas de la ciudad es 5 veces mayor que la que gasta la ciudadanía en su casa. La población ha hecho los deberes ante la restricción, algo que no se puede aplicar a otros sectores. Alertan que no solo se trata de sequía, sino también de escasez, que nace de un proyecto de gestión del agua caduco y que no tiene en cuenta las dimensiones reales y la posibilidad de abastecimiento de nuestros ríos. Explican cómo restringir totalmente el agua de riego de los huertos traslada la horticultura urbana a la condición de actividad puramente recreativa, cuando sus beneficios en la salud física y mental están totalmente demostrados a nivel científico.
En Barcelona, solo el 11% de la superficie de la ciudad dispone de verde para la ciudadanía, una cifra muy lejana al 30% mínimo establecido por la Organización Mundial de la Salud.
En plena sequía, el Manifiesto escrito por la Coordinadora de Huertos Urbanos de la ciudad hizo algo de efecto, necesitaban regar, reclamaban regar, aunque el problema de agua, como habéis comprobado, ya es endémico y no se soluciona con un acuerdo temporal.
En pocos días, la Copa América de Vela (la Louis Vuitton 37th America’s Cup) llenará Barcelona de competidores de mar llegados de todos los puntos del planeta. ¿Serán ellos conscientes de la arriesgada situación climática y de agua en la que vivimos en este lado de mundo? Una fiesta, dicen organizaciones ecologistas, solo para unos cuantos, que colapsará todo un barrio, el de la Barceloneta, prohibiendo la entrada a externos. Sorprendió cuando el Ayuntamiento anunció dar una especie de visado a los vecinos para que pudieran acceder a sus casas. Por eso las organizaciones que se han agrupado bajo el lema Aigua és Vida (Agua es Vida) alertan recordando que no es sequía, es saqueo. Para ellos, cultivar se está convirtiendo en un acto casi político, de soberanía, de aprendizaje.
La salud de una sociedad no se puede medir por el número de pantallas digitales que tenemos en casa, por el número de eventos multitudinarios que podemos organizar en una ciudad en la que viven un montón de seres humanos. Necesitamos espacios donde encontrarnos generaciones diversas, intercambiar conversaciones bajo los árboles, que las personas podamos hablar. Por eso un huerto urbano es un lugar extraordinario y es el verdadero Refugio Climático.
COMPROMETIDA CON EL MEDIO AMBIENTE, HACE SOSTENIBLE ‘EL ASOMBRARIO’.
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