Marea: 25 años y la reedición de su primer disco, ‘La patera’
Marea, el quinteto de Berriozar, con su rock urbano de alto octanaje y su lirismo poético y abigarrado, ha cumplido un cuarto de siglo y pasa por ser la última gran banda del género capaz de llenar cosos multitudinarios. Tras una reciente gira, que le sirvió para celebrar la efeméride, reedita ahora, en formato-de-lux, su primer disco, ‘La patera (99)’, descatalogado hace años y que acaba de llegar a Nº 1 en ventas. Conversamos al respecto con ese trasunto de patriarca gitano y bucanero pirata que es su cantante, el singular Kutxi Romero.
Reeditáis en formato físico vuestro debut, en preciosa box-set y en vinilo, aunque sin ningún extra musical. Con todo, se ha montado un cierto revuelo, la venta va como un tiro y muchos medios, que en su momento os ningunearon, ahora os reclaman… ¿Qué explicación le encuentras? ¿Mantenerse en el tiempo? ¿Ser los últimos hard-rockers patrios que seguís convocando multitudes?
Sí, sí, con no morirse es suficiente. Lo del talento es discutible, pero es que estamos vivos, sí, eso es tangible y empírico. En fin, no me deja de sorprender este mundo de la prensa, se ha montado un follón de la hostia. Pero hacemos muy pocas cositas, había una buena ristra, la tele y no sé qué… Pero dije: para los caballos, hacemos estas pocas y a todos los demás se les dice que muchísimas gracias por estos 25 años, ja, ja, ja. Tampoco vamos aquí a vender la burra vieja.
Retrotrayéndonos al origen del disco, en verdad una maqueta bien grabada que BMG quiso publicar tal cual, el único ajuste fue intercambiar el nombre original del grupo, La Patera, que ya estaba registrado, por el título del disco, Marea.
Pero eso no supuso ningún tipo de conflicto, ni de nada. Fue así, lo hablamos y en diez segundos decidimos el cambio y para adelante. Bueno, eso ha sido una constante en nuestra vida, nada de gabinetes de crisis para absolutamente nada, ni grave ni nimio, o sea, soluciones y, a lo que no tenga solución, pues regalarle la espalda y seguir caminando.
Vuestro fichaje llegó en cierta medida por el boom de Extremoduro y coincidió con el de Estopa. Vosotros durasteis poco; por el contrario, el proyecto de los hermanos Muñoz funcionó de órdago.
Exacto. La gente me pregunta, ¿qué pasó con BMG? Y yo les digo, pues no pasó nada, que salió nuestro disco y a la vez sacaron el de Estopa… Lo demás, la historia ya lo ha puesto en su sitio.
¿Con Estopa habéis tenido trato? Ellos tuvieron un éxito masivo desde el primer día y lo vuestro ha sido sucediendo a cámara lenta, por fases.
No hemos coincidido nunca, jamás, en ningún sitio. Pero, bueno, supongo que alguna vez coincidiremos y se lo contaré. No nos ha ido mal, pero vete a saber cómo nos hubiera ido. De todas formas, creo que debemos estar agradecidos los dos, nos vino bien a ambos, a ellos su fichaje y a nosotros la expulsión, ja, ja, ja.
Antes de esa rescisión, aún os fuisteis de gira abriendo para Reincidentes, que estaban por entonces en la misma discográfica. Lo cual fue vuestro bautismo de fuego en la carretera, la primera vez que salíais a tocar fuera de casa.
No habíamos salido de Navarra ni a tocar, ni a nada. Y no voy a contar ahora mis anécdotas con los metros y los aviones… Creo que habíamos ido una vez a Vitoria, la única que habíamos tocado fuera y, de pronto, se nos propone hacer una gira con Reincidentes, en el que ha sido hasta el día de hoy su año más glorioso, por decirlo así, pues habían llegado a Disco de Oro con Algazara y estaban haciendo una gira de pabellones, en sitios grandes, con mucho público. Para nosotros esa docena de conciertos fue maravillosa, por todo, no solo porque la gente nos viera, sino por aprender cómo era la vida en la carretera, cómo se actuaba en unos camerinos… Tuvimos la suerte grandísima de estar con los Reincidentes, porque podíamos haber caído con unos gilipollas y habernos creído que lo que hacen los gilipollas es como se hacen las cosas, pero pillamos con Reincidentes, que son grandísimos, como seres humanos, y vimos cómo se hacían las cosas desde la humildad y el currelo, verdaderos obreros del rock and roll. Y les estaremos agradecidos siempre, se lo hemos dicho y demostrado cientos de veces, pero siempre son pocas para darles las gracias por aquellos meses entre septiembre y navidad que estuvimos con ellos.
Vuestro debut, ‘La patera’, cumple un cuarto de siglo, desde entonces habéis grabado otros siete discos en estudio; sin embargo, muchas veces se te ha oído decir que en el fondo siempre grabáis el mismo disco, ¿no crees que dicha afirmación es un poco injusta con el legado de la banda y su discografía posterior?
No, qué va. Hombre, lo hemos ido peinando y lo hemos dejado muy bonito. Pero nuestra carrera es una reinterpretación constante de este primer disco. Entonces, si alguien nos descubre ahora, con el último, y quiere ir a la raíz, pues se dará cuenta que nuestro primer disco es el último, pero recién levantado de la cama. No deja de ser eso, el resto han sido reinterpretaciones de este primer disco. Y menos sugerentes, desde luego, porque el primer disco, no el nuestro, sino el de todos, tiene cosas que nunca más vas a tener: La juventud, la fuerza, el coraje, la inconsciencia, el hacer las cosas sin saber si vas a volver a hacer otro disco en tu puta vida, la frescura, ese tópico mil veces dicho. Es que es verdad, la frescura: Si hoy te compras una sardina recién pescada, está fresca, y nunca más lo va a estar. Y mañana o pasado puedes hacer muchas cosas con ella, ponerla en salmuera, freírla, congelarla, pero fresca solo está cuando se pesca. Y yo, ahora que he estado escuchando el disco, porque me ha tocado, ya que uno, evidentemente, no se pone sus discos, me he dicho: Joder, qué bueno es, si está de puta madre, ¿cómo lo hacíamos tan bien?
Yéndonos a la actualidad, ¿en qué andáis ahora mismo cada uno de los miembros de Marea?
Pues César, que es como un poco el administrador de todos los asuntos de Marea, poniendo todo en marcha, porque hemos empezado a ensayar hace poco; Alén sale en breve con Ciclonautas, están terminando el nuevo disco, y el Kolibrí y el Piñas sacan el suyo con Malaputa, ahora en diciembre, y la idea es que ambas bandas salgan juntas de gira al principio del año. Yo estoy quitándome un montón de compromisos, de colaboraciones y otros cristos, que he ido acumulando, para empezar el año limpio, y también en atender a la gente que se ha interesado por esta reedición. Bueno, estamos con bastante meneo, sí, pero está bien, nos sentimos vivos, estamos guay y encima ahora tenemos un montón de excusas para juntarnos a comer, que es lo que nos gusta.
Hace casi un año finalizabais ‘Sin riendas’, la última gira hasta que tengáis nuevo disco, y fue la más exitosa de vuestra carrera, ¿habéis reflexionado el porqué de ese enorme buen momento de Marea?
Pues te lo digo claro, clarísimo. Voy a ser conciso y sincero en lo que pienso, a las leyendas del rock urbano, díganse los mil veces nombrados Rosendo, Extremoduro, Platero y Tú, Los Suaves, Barricada, yo te digo, sinceramente, que no les llegamos ni a la suela del zapato, a ninguno de ellos, a nivel talento, en lo musical. Lo digo sinceramente, ni al talón, pero somos más honestos con nosotros mismos que todas las bandas que han existido en este país. Lo defiendo delante de cualquiera, no hay ninguna banda más honesta que nosotros; entonces, eso, de alguna manera, yo creo que se nota. Quiero decir que nadie va a ir a un concierto nuestro pensando: Estos hacen una gira por dinero. Ya hemos demostrado que podemos estar años sin tocar, porque no teníamos ni la gana, ni la fuerza, ni el empuje para hacerlo. O que no vamos a hacer un disco como excusa para salir de gira, la gente lo sabe porque lo hemos demostrado un montón de veces.
Solo nos debemos a nosotros mismos y a nuestras ganas de hacer canciones, eso es lo que nos ha llevado hasta aquí, la honestidad y el que la música, en nuestro caso, no sea una finalidad, sino una consecuencia de nuestros actos como humanos. De las mejores virtudes que pueda tener un humano, la honestidad, el respeto, todas esas palabras las hemos practicado en su mejor acepción, y eso es lo que nos ha traído hasta aquí, eso y nada más que eso. El tiempo dirá que todos los que antes he mentado, con certeza, dejarán un legado muchísimo más importante, pero de nosotros dirán que fuimos la banda en la que estuvimos juntos los mismos desde el primer ensayo hasta el día de la separación, y que hicimos las cosas con honestidad y dejamos media docena de canciones bastante guapas, eso es lo que dirán.
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