Estas son las mejores modelos-aves del Año
‘Un dormidero histórico’ con golondrinas, de Carlos Pérez Naval, ganadora de FotoAves 2024.
Todo un clásico en ‘El Asombrario’: arrancar el Nuevo Año con lo mejor de las imágenes de aves captadas por profesionales y personas aficionadas a la fotografía. Es lo que refleja la ganadora del concurso ‘FotoAves 2024’, organizado por la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), pero también las galardonas con un accésit y algunas finalistas. Otros años hemos puesto el foco en la dinámica del concurso, en las personas que tomaron las fotos, en las técnicas, en los lugares… Esta vez pasamos el testigo a las principales protagonistas de todo esto: las aves. ¿Sabéis que entre las finalistas hay un ave que ha sido objeto de un bulo que tuvo que desmentir Maldita.es y otra que estuvo en España pero se extinguió? ¿Y que entre los accésit hay una especie única de la península Ibérica, con el pariente más próximo a más de 10.000 kilómetros, en Pekín.
Las aves vuelan, saltan, corren, exhiben plumajes variados, se bañan, bailan, se pelean, cazan… Y todo eso, muchas veces delante de nuestras narices. Son los vertebrados que más fácil nos lo ponen a la hora de observar sus comportamientos, cosa que resulta más complicado de apreciar entre mamíferos salvajes, reptiles, anfibios o peces. También en la gran mayoría de las ocasiones estas escenas –auténticos documentales en vivo y en directo– pasan desapercibidas para personas que van más pendientes de pantallas y de llegar rápido de un sitio a otro o pasean ensimismadas en sus pensamientos. Afortunadamente, hay otras personas que captan esa belleza alada.
Las golondrinas de palacio
Un ejemplo paradigmático lo tenemos con la imagen ganadora de FotoAves 2024 y una especie muy cercana a nuestras vidas y hogares: la golondrina común. Carlos Pérez titula su obra Un dormidero histórico, porque capta a “un gran grupo que frecuentaba el palacio de un amigo mío como dormidero, creando un escenario ideal cada atardecer”. En cuanto la vi, me vino a la memoria el pórtico de entrada al monumental Pazo de Oca, en A Estrada, Pontevedra. Decenas de golondrinas se posan y hacen sus nidos allí, enriqueciendo con su presencia el marco histórico del pazo.
Las golondrinas comunes están ahora en África, excepto un pequeño reducto que se queda todo el año en el Bajo Guadalquivir. Volverán en marzo a España, cada vez más pronto por culpa del cambio climático, y últimamente en menor número, por el abandono que sufre el medio rural y la intensificación agraria. Pero volverán a ser compañeras habituales en pueblos, ciudades y campos. Quien dejó hace tiempo de ser nuestro compañero, bien es cierto que menos ubicuo y más esquivo, es el gallo lira.
Garza en ‘Inmersa en el otoño’, foto de Héctor Cordero que se ha llevado un accésit en FotoAves 2024.
Gallos, grullas, milanos, frailecillos y alcaravanes invernales
El gallo lira común es el protagonista de una de las imágenes finalistas, tomada por Miguel Ángel Artús. Como un lienzo invernal que recoge la esencia de la estación más fría, un macho se encarama en lo más alto de un árbol sin hojas, con sus ramas nevadas, al igual que el entorno. La imagen no pertenece a España, donde se le considera extinto. Según muestra el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) en la ficha de la especie de su banco de datos sobre biodiversidad: “Las últimas citas corresponden a zonas del Pirineo oriental (Girona) entre mediados y finales del siglo XIX. Existen abundantes restos fósiles del Pleistoceno y Holoceno entre el País Vasco y toda la zona Pirenaica. El proceso de regresión de su área de distribución es desconocido”.
Como en la imagen del gallo lira, y acorde con la estación actual, el frío, la nieve y el hielo dominan otras fotos de los accésit y finalistas seleccionados por SEO/BirdLife. Ahí están los milanos reales de Cometas en la niebla, la fotografía de Alfredo López galardonada con un accésit; las grullas comunes de La danza, de David Pineda; Alcaravanes sobre el hielo, de Francisco Contreras; y el frailecillo de En la tormenta, de Antonio Liébana. Las tres últimas son finalistas, como una que me tiene especialmente enganchado, la de un liviano carbonero palustre –titulada así, con el nombre del ave, por el autor de la imagen: Jorge Ruiz del Olmo– casi suspendido entre el escuálido ramaje invernal de lo que parece un avellano.
Milanos reales en ‘Cometas en la niebla’, de Alfredo López Hernangómez, accésit en FotoAves 2024.
El bulo del carbonero palustre y el pájaro abeja
Once gramos en once centímetros, así de liviano es el carbonero palustre, pero no tanto como nos hicieron creer en un bulo lanzado hace cuatro años. “Se está difundiendo mucho una imagen de un pájaro muy pequeño afirmando que se trata del más pequeño del mundo”, afirmaba Maldita.es entonces, y proseguía: ”Se asegura que se trata del zunzuncito y que es el pájaro abeja o el pájaro mosca. Es un bulo, se trata de una miniatura de un carbonero palustre elaborado por la artista Malinik”. Un amigo experto en lides ornitológicas, Virgilio Beltrán, informó y asesoró a Maldita.es para desmentir este bulo.
Como me ocurre con el resto de imágenes de FotoAves, la del carbonero palustre me traslada a momentos y lugares en los que he disfrutado con su presencia, como en la sierra de la Demanda burgalesa o los collados pirenaicos navarros. Sin salir de los paisajes invernales, los milanos me llevan a infinidad de momentos, los últimos a la sierra de Béjar (Salamanca); las grullas a la Siberia de Badajoz; los alcaravanes al lado portugués de la desembocadura del Guadiana; y los frailecillos atlánticos a los acantilados de Moher en Irlanda. Sobre esta vistosa ave, con su prominente pico multicolor, y otras aves marinas, SEO/BirdLife anima a participar en el reporte de ejemplares orillados y casi siempre muertos por causa de los temporales que azotan sus áreas de invernada.
‘Despliegue alar’ de un rabilargo ibérico, foto de José-Elías Rodríguez, accésit en FotoAves 2024.
De garzas azuladas de América a lavanderas del barrio
Que no las haya visto en su medio a las aves no quita que admire igualmente las fotografías. Es el caso del gallo lira, pero también de las garzas azuladas de uno de los accésit, Inmersa en el otoño, de Héctor Cordero, y de uno de los finalistas, Cosquillas, de Daniel Valverde. La primera está inmersa en una composición otoñal, y en la segunda, lo de cosquillas es en sentido figurado, porque seguro que eso es lo que menos siente el pequeño roedor (gofer de bolsillo de Botta) entre el pico de la garza, a punto de ser devorado por ella. Esta zancuda, muy parecida a la garza real, se distribuye a lo largo del año por diferentes puntos del continente americano.
De vuelta a España, hay dos accésit más con protagonistas habituales de la fauna ibérica. A ambas las acabo de ver. A la lavandera blanca, tan común y pizpireta, entre parques y jardines de la ciudad de Madrid, y al rabilargo ibérico entre castaños y robles, de nuevo, de la sierra de Béjar. La fotografía de esta última, titulada Crossroads, es de Mario Suárez y de una riqueza en texturas brutal. Lo explica el propio autor: “La imagen muestra una pensativa lavandera blanca fotografiada durante la marea baja en una playa del norte de España, donde hay días en los que aún afloran los restos del carbón de un viejo carguero que naufragó frente a esta costa hace ya muchos años, lo que me ofreció un escenario mágico para esta pequeña y delicada ave”.
Una lavandera blanca en ‘Crossroads’, de Mario Suárez Porras, accésit en FotoAves 2024.
Rabilargo ibérico con parientes en China
El rabilargo ibérico protagoniza la fotografía Despliegue alar, de José Elías Rodríguez. “El despliegue de las alas y la cola traslucieron a través de las plumas la preciosa luz del amanecer ante un fondo oscuro”, comenta el autor. Cuando se observa a un rabilargo ibérico, aparte de estar ante una especie exclusiva de la península Ibérica, llama la atención que su pariente más cercano está a 10.000 kilómetros de aquí. Hasta hace poco, se pensaba que el rabilargo ibérico era una subespecie del asiático, distribuido entre el extremo oriental de China y Rusia y otros países como Japón, Mongolia, Corea del Norete y Corea del Sur. Una curiosidad más a añadir a esta “urraca azul”.
SEO/BirdLife ha elegido cinco finalistas más en representación de las que compitieron por llevarse el galardón de FotoAves 2024: Fuego emplumado, de Daniel López Velasco, con el gallito de las rocas peruano; Llegando al objetivo, de Rubén Cebrián, con una pareja de búhos reales; Escenas de primavera, de Carolina Aparicio, con un críalo europeo; y Oscuro, de Cristian Morera Merino, con un morito común. Sí, falta uno, El lienzo del chorlitejo, de José Luis Rivero. Recuerdo haberlo visto especialmente entre las lagunas de la Mata y Torrevieja, pero me quedo con una noticia reciente relacionada con su protección y conservación.
‘La danza’ de grullas comunes, foto de David Pineda Cortés, ha sido una de las finalistas en FotoAves 2024.
Mayor respeto por el chorlitejo patinegro
Debido a su progresiva disminución, en 2019 fue declarada Ave del Año a través de la votación popular organizada por SEO/BirdLife, que además sirvió para impulsar la campaña Red de Playas por el Chorlitejo Patinegro. Y en esta tarea se afanan otras asociaciones. Es el caso del Grup d’Estudi i Protecció dels Rapinyaires-Ecologistes en Acció (GER-EA) en las playas de Rajadell, en Nules (Castellón), que como recoge elperiodic.com su labor se ha vuelto a ver truncada en diciembre por el vandalismo: “Apenas una semana después del robo de las primeras talanqueras instaladas por el grupo naturalista y los alumnos del instituto de Nules, se ha registrado un nuevo hurto de más de 50 metros de cuerda y más de diez postes del cercado de protección del chorlitejo patinegro”.
Es duro, pero hay que seguir apostando por la protección y conservación de las aves. En el caso del grupo GER-EA, hace un llamamiento para identificar a los responsables e insisten en la importancia de la vigilancia por personal autorizado y el apoyo de los vecinos para evitar que estos actos se repitan. “Los chorlitejos son una joya no repetible que debemos proteger entre todos”, añaden. Joyas que, año a año, pasan por FotoAves y que muestran uno de los numerosos beneficios que nos aportan: el placer de observarlas. Convirtamos también su conservación en un placer cómplice.
Las imágenes más destacadas ilustran el calendario FotoAves 2025 (a la venta online), de SEO/BirdLife, que celebra la belleza de las aves y el talento de aquellas personas detrás de la cámara.
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