Seamos positivos: 10 buenas eco-noticias de los últimos 10 años

Tras 20 años de debates, por fin en 2023 Naciones Unidas alcanzó un acuerdo para un Tratado Global de los Océanos, que recientemente ha ratificado España. Foto: Pixabay.
Durante la última y convulsa década, los habitantes del planeta Tierra no sólo hemos superado una pandemia global en un tiempo récord, sino que se han logrado importantes avances para la preservación de una vida que precisa de un entorno sano para ser posible. Aunque el diagnóstico científico de la situación no es halagüeño, no se pueden obviar las buenas noticias de los últimos 10 años, tanto en protección de espacios naturales y especies, como en una mayor conciencia de los límites planetarios y la expansión de la economía circular. Además, la instalación de energías renovables, si bien con fallos y problemas en su implantación, es imparable desde el Acuerdo de París de 2015, que impulsó la disminución de las emisiones de combustibles fósiles que están cambiando el clima global.
En esta búsqueda de lo positivo, tan necesaria en un momento de incertidumbre geopolítica, hemos seleccionado 10 logros que nos animan a creer que “otro mundo es posible”, como defiende la filósofa Susan George. Sin que el orden sea prioridad, porque todas son importantes, cinco son del ámbito internacional y otras cinco se refieren a España.
AVANCES INTERNACIONALES
LA CARRERA POR LAS ENERGIAS LIMPIAS. Si algo caracteriza la última década, es el impulso a la carrera por la expansión de las energías renovables. En 2023, según el Informe Global de Electricidad , el 30% de la energía eléctrica mundial provino del agua, el viento o el sol; porcentaje que asciende hasta un 44% en el caso de la Unión Europea. En España, los dos últimos años, más de la mitad se logró a través de estas fuentes. Desde el acuerdo climático de 2015, en el que se instó a no alcanzar los 1,5ºC de aumento global de las temperaturas, todo indica que la transición está en marcha y difícilmente la era Trump podrá detenerla. Esta buena noticia, no obstante, es el prolegómeno de un gran reto: lograr electrificar la economía a gran escala, incluido el transporte y la gran industria, además de rebajar el consumo para que sea eficaz. Son transformaciones en las que no habrá que olvidar la justicia social y, a la vez, habrá que evitar daños en el mundo rural, los paisajes, los horizontes, la biodiversidad.
LOS OCÉANOS, MÁS PROTEGIDOS. Al igual que se impulsó el camino hacia una atmósfera más limpia, otro logro fundamental de la década pasada ha sido que, por fin, la Humanidad ha mirado a los océanos, que ocupan tres cuartas partes del planeta, y ha decidido protegerlos. Tras 20 años de debates, por fin en 2023 Naciones Unidas alcanzó un acuerdo para un Tratado Global de los Océanos, que recientemente ha ratificado España. Con 150 millones de toneladas de plásticos, la amenaza de la minería submarina, la sobrepesca y vertidos de todo tipo, este tratado es un gran paso para detener una pérdida de biodiversidad que es fundamental, además, para la alimentación mundial. También ha sido la década en la que hemos sabido de su importancia como gran captador de dióxido de carbono.
PRESERVAR UN TERCIO DEL PLANETA. La extensión de espacios naturales protegidos ha aumentado a nivel global desde 2015. En 2021, se estimó que ya había un 42% más de territorio protegido que en 2010. Al año siguiente, en 2022, los líderes mundiales acordaron un gran reto: que esa protección alcanzara al 30% de la tierra y otro tanto del océano para 2030. En la actualidad, se ronda el 17% de la primera y un escaso 8% del segundo, pero está claro que la Humanidad ha entendido que necesitamos de la naturaleza y que, sin preservar espacios de gran riqueza de especies, la vida se complica. La mayor zona protegida del planeta se encuentra en Groenlandia y, por países, figuran a la cabeza Seychelles, Nueva Caledonia y Venezuela.

La agricultura orgánica, un campo de experimentación entre los agricultores europeos. Foto: Thomas Alföldi / Fibl.
LA COMIDA ECOLÓGICA, EN ALZA. Tras la llamada revolución verde en la que los fertilizantes hechos con gas natural, los pesticidas y las semillas patentadas fueron el eje del aumento de la productividad alimentaria global, la vuelta a lo natural no deja de crecer, una vez comprobados los daños ambientales de esos métodos productivistas. En 2023, la superficie mundial con cultivos ecológicos ya ocupaba 96 millones de hectáreas (10 años antes eran 43 millones), implicando ya a 4,5 millones de agricultores, según el anuario más reciente de The World of Organic Agriculture. Hoy en 188 países se practica ese tipo de cultivos. En España, según Ecovalia, es agricultura ecológica un 12,5% del total. Aún falta superar el hándicap de los precios, pero hoy su presencia en los comercios ha dejado de ser anecdótica, como lo era en 2015, para ser una oferta real disponible para los consumidores.
EL DELITO DE ‘ECOCIDIO’, MÁS CERCA. El reconocimiento del ecocidio como delito, entendido como los daños graves e irreversibles causados al ecosistema, se ha convertido en esta década en una realidad en Bélgica, Chile y Francia, y está en proceso de ser legislado en Brasil, Italia, México y Perú. En la Unión Europea, en abril de 2024 se aprobó una directiva que reconoce este tipo de delito ambiental, dando dos años a los países para adaptar su legislación. Como tantos otros cambios, éste ha sido impulsado por la plataforma internacional Stop Ecocidio, que busca que sea reconocido en la Corte Penal Internacional. En esta década, la CPI si ha incluido como delito el destrozo ambiental en caso de guerra (2020).
AVANCES NACIONALES
RECUPERACIÓN DE ESPECIES EN EXTINCIÓN. En España, uno de los grandes avances de la década ha sido la recuperación de especies de mamíferos en alto riesgo de extinción. El caso más claro es el del lince ibérico. A principios de siglo quedaban menos de 100 ejemplares en la península. Gracias a un costoso y efectivo programa de reintroducción, hoy campean más de 2.000 linces y sigue su expansión. Lo mismo cabe decir del oso pardo. Acorralados por trampas, venenos y cazadores, llegaron a quedar solo 80. En 2015, en la cordillera Cantábrica eran algo más de 100, pero ahora se calcula que son hasta 360, a los que hay que sumar otras decenas en los Pirineos. Todo ello, gracias a medidas para su conservación y a importantes sanciones para quienes propiciaran su muerte. Además, desde 2021 está protegido el lobo ibérico, cuya población ha aumentado, pero mucho menos, porque sigue siendo objeto de persecución ilegal, foco de un debate político ajeno a su situación biológica real.

El lince ibérico es el caso más claro de especie recuperada y salvada del peligro de extinción.
UN ESPACIO NATURAL, ‘PERSONA JURÍDICA’. Tuvo que llegar a sufrir una situación de contaminación extrema, pero finalmente se logró. Gracias a un gran apoyo popular (más de 600.000 firmas), el gran espacio natural del Mar Menor vio reconocida por ley su personalidad jurídica en 2021, dotándolo de un Comité de Representantes, una Comisión de Seguimiento y un Comité Científico que actúan como los tutores de derechos de este valioso ecosistema y, como tal, lo defienden ante los tribunales. Esta capacidad jurídica fue aprobada por una ley que en 2024 avaló el Tribunal Constitucional y sienta un precedente de cara a otros casos. Solo hace unos días, por fin, la Comunidad de Murcia aprobó el Real Decreto que regula estos órganos.
LA RESTAURACIÓN DE LA NATURALEZA, UN GRAN PASO. Numerosos estudios científicos, incluidos los del Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU (IPCC), venían señalando la necesidad de restaurar los ecosistemas dañados por la acción humana y esta década se ha dado un gran paso: la UE aprobó en 2024 un reglamento que obliga a restaurar un 20% de las zonas terrestres y marinas para 2030 y el 100% en 2050. España ya cuenta con algunos ejemplos emblemáticos en ríos y humedales renaturalizados y de bosques en recuperación, si bien falta dar el salto para su generalización en todos los municipios con zonas degradadas.
EL RECICLAJE, UN ACTO COTIDIANO. La economía circular también se ha hecho fuerte. Hoy, la sociedad española ha asumido el reciclaje como un hábito consolidado y las cifras de recogida de residuos de forma separada no deja de crecer. En envases, se recogen 1,6 millones de toneladas al año, de las que la mayoría son plásticos. En vidrio, se ha alcanzado el millón de toneladas, se estima que más del 70% del total (cifras de Ecovidrio); de ellas, más del 90% proceden de la separación selectiva a través del contenedor verde. También ha aumentado exponencialmente la recogida de ropa y calzado: solo en Madrid, con 1.600 contenedores, multiplicó en un año su recogida por 14: de 188 a 2.718 toneladas entre 2022 y 2023. Además, se han introducido medidas de ecodiseño (como unir tapones a las botellas y briks) y se han extendido nuevos usos de materiales.
MÁS ÁREAS PROTEGIDAS EN ESPAÑA. Arrancamos la década con una nueva Ley de Parques Nacionales (2014) que permitía la caza comercial en estos espacios; pero desde entonces la situación ha ido a mejor y en 2021 se prohibió esa actividad, aunque alguna comunidad autónoma, como Extremadura, la permite con el argumento del control de poblaciones. En estos 10 años, además, ha aumentado el número de parques nacionales a 16, con el nuevo Parque Nacional Sierra de las Nieves (Málaga), y se prepara el primero marino: el Mar de las Calmas, en la isla canaria de El Hierro. Además, España ha superado los 2.000 espacios protegidos dentro de la Red Natura 2000 (lo que supone un 21% de superficie marina y casi un 30% en terrestre a preservar). De hecho, es el país que más superficie aporta a esta red europea de áreas para la conservación de la biodiversidad.
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