Wenders, Kore-eda y Entedi, tres míticas miradas en San Sebastián

Wim Wenders, Alicia Vikander y Celyn Jones en San Sebastián. Foto: Gari Garaialde

Wim Wenders, Alicia Vikander y Celyn Jones en San Sebastián. Foto: Gari Garaialde

Wim Wenders, Alicia Vikander y Celyn Jones en San Sebastián. Foto: Gari Garaialde

Wim Wenders, Alicia Vikander y Celyn Jones en San Sebastián. Foto: Gari Garaialde.

La película ganadora del último Oso de Oro en Berlín; las últimas entregas del mítico Wim Wenders y del japonés Hirokazu Kore-eda, ganador ya dos veces del Premio del Público en San Sebastián. La oferta del Zinemaldia es variada, de calidad y casi siempre interesante. ‘En cuerpo y alma’, ‘Inmersión’ y ‘El tercer asesinato’ son los tres títulos seleccionados por Luis Roca para esta nueva crónica desde la capital donostiarra. 

En cuerpo y alma. Ildiko Entedi. Hungría. Perlas.

La ganadora del último Oso de Oro del festival de Berlín cuenta la insólita relación de amor entre el tullido director económico de un matadero y la nueva encargada del departamento de Calidad, una mujer fría hasta la frigidez y maniática hasta el paroxismo del bloqueo físico y mental en la relación con los otros. Ocurre además que ambos solitarios descubren por casualidad que cada noche sueñan lo mismo, como ciervo y cierva acompañándose en un bosque nevado, y eso los lanza a buscarse en el más acá.

En cuerpo y alma no esconde nada especialmente relevante. Eso sí, contiene chispazos de humor y erotismo, y su fotografía, encuadres y actores son solventes. Pero también contiene algunos planos gratuitos, como el de la palpitante cabeza recién cercenada de una vaca, y otros huecos o insensatos que provocan estupor, hilaridad o asco en el espectador.

Nos quedamos sin saber de dónde arrastran los protagonistas esas ausencias. ¿Nos toca a nosotros rellenarlo como espectadores inteligentes? Tal vez todo quiera ser la descripción de un estado existencial depresivo que afecta a la sociedad actual en general o a la húngara en particular. A la directora Entedi o al jurado berlinés deberá preguntarles quien esté interesado en saber la respuesta. O buscarlo en Google.

Yo hice una somera lectura de reseñas y leí que la pasada edición pasó por ser de las peores secciones oficiales que se recuerdan de la Berlinale y el palmarés, ampliamente contestado.

Un fotograma de 'En cuerpo y alma', ganadora del último Oso de Oro en Berlín.

Un fotograma de ‘En cuerpo y alma’, ganadora del último Oso de Oro en Berlín.

Inmersión. Wim Wenders. Alemania, Francia, España. Película inaugural. Sección Oficial, fuera de concurso.

Del cielo al infierno, de lo más avanzado a lo más primitivo, de la idea de pasado a la de futuro, la nueva película de Wim Wenders, que inauguró el pasado viernes el festival, se mueve entre esos extremos. No es el alemán un director de los que se mantienen al margen. Su cimentado prestigio de los 70, que lo ha llevado a atornillarse en la presidencia de la Academia del Cine Europeo, se fundamenta justamente en su condición de cineasta comprometido.

En San Sebastián ha estado en los últimos años defendiendo en la sección Perlas sus excelentes documentales Pina (2011) y La sal de la tierra (2014), sobre la coreógrafa Pina Bausch y el fotógrafo Sebastián Salgado, respectivamente.

En Inmersión, Wenders, tomando como base una novela de J. M. Ledgard, aborda un tema mayúsculo, el de la crisis del actual mundo en guerra actual, el terrorismo en Europa y el modo de responderlo. Y lo hace desde una historia de amor que surge entre una bio matemática (Alicia Vikander) y un agente del servicio secreto europeo (James McAvoy) durante una estancia en un hotel de lujo de Normandía.

La bajada al Hades, es decir a lo más profundo del océano, de la científica en el submarino para encontrar certezas de vida también en lo negro se narra en paralelo con el infierno al que es sometido el agente cuando es descubierto a su llegada a Somalia.

Como mucha ficción de Wenders (esta recuerda en lo futurista a Hasta el final del mundo, 1991), la película flojea cuando el alemán quiere hacer predominar el discurso sobre los elementos narrativos que lo justifican. Parece claro lo que quiere decir, que no es otra que expresar una total incertidumbre o incapacidad para resolver el dilema, pero lo pone sobre la mesa entre bellísimos paisajes de la costa norte europea de una manera demasiado articulada, como de cabeza cuadrada.

En la misma línea, a la historia de amor entre James y Danny le falta nervio, por mucho que el director haya declarado la gran complicidad entre los actores durante el rodaje.

Fotograma de 'El tercer asesinato' de Hirokazu Kore-eda.

Fotograma de ‘El tercer asesinato’, de Hirokazu Kore-eda.

El tercer asesinato. Hirokazu Kore-eda. Japón. Perlas.

De forma precisa como siempre, pero más cadenciosamente que de costumbre, plomiza para jugar yo a ser el preciso (quizás contribuyeran también las dos horas de película en una sesión que empezó a las 12 de la noche), el japonés Hirokazu Kore-eda dedica esta película a tratar el caso del dilema moral de un abogado que debe defender a un asesino reincidente que, como tal, se enfrenta a una más que probable pena de muerte, al final de sus días sobre este páramo.

Ni el espectador ni el abogado saben al final de la película dónde se esconde la verdad de un caso que incluye además abusos sexuales de un padre a su hija, un pasado sin resolver y una empresa de alimentación que adultera sus etiquetas. En El tercer asesinato, un personaje se inmola delante de nuestros ojos para salvar la intimidad de una joven gravemente herida.

Una película con más preguntas y respuestas es una película inteligente, aunque el japonés Kore-eda no necesita credenciales. El director es especialmente querido en San Sebastián, donde ganó en dos ocasiones el Premio del Público. En anteriores ediciones había presentado aquí las poderosas Kiseki (Milagro, 2011) y De tal padre tal hijo (2013).

«Un tribunal de justicia es el lugar menos indicado para conocer la verdad, allí se dirimen otras cosas», dice el director que le explicó un abogado preparando la película. Y ha añadido a la prensa donostiarra: «Es inútil obsesionarse con buscar la verdad, más que nada porque las cosas no son de una sola manera. Pero eso equivaldría a reconocer nuestros límites, nuestras incapacidades, y eso no es fácil».

CRÓNICAS ANTERIORES

Deja tu comentario

¿Qué hacemos con tus datos?

En elasombrario.com le pedimos su nombre y correo electrónico (no publicamos el correo electrónico) para identificarlo entre el resto de las personas que comentan en el blog.

Comentarios

  • Álex Mene

    Por Álex Mene, el 26 septiembre 2017

    Grandes cineastas.

Te pedimos tu nombre y email para poder enviarte nuestro newsletter o boletín de noticias y novedades de manera personalizada.

Solo usamos tu email para enviarte el newsletter y lo hacemos mediante MailChimp.