Aire Libre Invierno: ‘citroturismo’ y huellas en el barro
¿Citroturismo? ¿Por qué no, si la RAE ya ha aceptado enoturismo (turismo entre viñedos y bodegas) y cada vez se extiende más el oleoturismo (entre olivares y almazaras)? En la Comunidad Valenciana y en la isla de Mallorca lo tienen claro y llevan años apostando por este turismo en plena fructificación de naranjas, mandarinas y limones, que alcanza su plenitud entre los meses de enero y marzo, justo los que nos ocupan este Aire Libre, sección que este año pasa a publicarse con cada estación y para preparar nuestras salidas de Semana Santa y puentes diversos de diciembre. También es buena estación, con la tierra húmeda y el barro, para reconocer las huellas de mamíferos fáciles de ver (jabalí, corzo o ciervo) y otros que se dejan ver menos (oso, tejón o lince). Y son, igualmente, buenos meses para otras propuestas que van desde paseos con raquetas de nieve hasta muy variadas fiestas del almendro en flor.
Comienzo con un recuerdo, el de mi estancia en el Valle de Ricote (Región de Murcia) y más concretamente en la casa rural Las Golondrinas del pueblo de Blanca. Aunque es zona principalmente de melocotoneros, nos encontramos rodeados de huertos con naranjos y limoneros. Y lo mejor: el regalo de bienvenida de la casa rural consistía en una bolsa con dos kilos de naranjas. Cómo no salir inmediatamente a respirar el olor de estos frutales y el ir y venir de carboneros, currucas y petirrojos entre ellos. Es posible ahondar en este tipo de experiencias viajeras a través de las propuestas de citroturismo que existen y que, como siempre insisto, permiten que personas del territorio nos guíen y expliquen sobre los cultivos y formas de vida que les permiten seguir poblándolo.
La cuna y la catedral de la naranja
Un punto clave para comenzar este viaje entre naranjas es Carcaixent. Esta localidad valenciana está considerada la “cuna de la naranja”, ya que hay constancia de que el párroco Vicente Monzó Vidal plantó aquí el primer huerto de naranjas de España en 1781. Hoy en día, el Ayuntamiento organiza la Ruta de la Naranja , que recala en puntos históricos de la comercialización de este cítrico, incluida la “catedral de la naranja” –almacén de principios del siglo XX– y en huertos donde se cultiva. Es un buen momento para conocer las diferentes variedades de naranjas y mandarinas y cuál es la mejor época para su recogida. Entre enero y marzo se recolectan al menos cinco variedades de la primera y cuatro de mandarinas.
Talleres de mermelada de naranja y jabones con lana fieltrada
No salimos de Carcaixent y su comarca, la Ribera Alta, porque desde Naranjas Ribera nos invitan a otra experiencia de citroturismo entre los naranjales donde el párroco Monzó plantó la primera semilla. Con reserva previa, como piden también desde el Ayuntamiento de Carcaixent, organizan un programa con un paseo por la finca que incluye una casa modernista de 1870 y jardines románticos, explicación del cultivo de diferentes variedades, participación en la recolección y degustación de naranjas, zumos, mermeladas y mieles. A petición del viajero queda la posibilidad de hacer talleres y, como nos dicen desde Naranjas Ribera, “atención a las fechas de las Fallas (de comienzos a mediados de marzo), porque organizaremos eventos exclusivos en torno a mosaicos, yoga, pintura o fotografía”.
Fuera de Carcaixent, el Grupo Resertours invita a una inmersión cítrica similar en Almassora (Castellón), en concreto en el Más dels Doblons, huerto y masía tradicional donde además se accede a la que, comentan, es “la colección botánica visitable más importante de la provincia de Castellón”. Y fuera de la Comunidad Valenciana, invitan incluso a hacer tu propia mermelada de naranja. En este caso estamos en Mallorca con Leonor Amengual, que desde que creó Mallorca Native no ha parado de crear productos turísticos que ponen en valor la tradición agrícola y culinaria de la isla. Aparte de disfrutar de momentos como “tomar un zumo de naranjas recién exprimidas con un pa amb oli mientras charlas con los agricultores acerca de la historia del huerto y su familia”, hay la posibilidad de asistir a un taller de mermelada de naranja. “Bueno, y muchas cosas más” apunta Amengual, “como visitar una casa rural muy antigua, del siglo XVI; participar en un taller de jabón con lana fieltrada, con jabón artesanal y lana de oveja mallorquina, eh; o en otro de encordar sillas realizando dibujos tradicionales…”.
¿Pero quién ha escrito esto en el barro con sus patas?
Es momento de salir del citroturismo y comenzar la búsqueda de huellas de animales. ¿Por qué ahora? En general la tierra está más húmeda o embarrada, y no hay que pasar por alto pequeños o grandes charcos, ampliable a orillas de humedales y ríos, donde sobre todo aves bajan a beber o bañarse y dejan el molde de su paso. Es fácil distinguir, por ejemplo, las dos marcas de las uñas de la pezuña en paralelo que dejan jabalíes, corzos, cabras monteses o ciervos de las plantas del pie con dedos marcados alrededor de una almohadilla central de nutrias, lobos o tejones. Las huellas de las aves son más livianas, menos marcadas y duran menos. Casi siempre se distinguen los tres dedos abiertos y uno oponible (gallineta, garzas y cigüeña; diminutas en el caso de gorriones, petirrojos y mirlos) y en ocasiones la membrana interdigital que los une (gaviotas, ánades y ánsares).
Pero basta ya de charla mía cuando tenéis la oportunidad de apuntaros, del 3 al 5 de febrero, a un curso de iniciación de rastreo de fauna de la mano de una de las personas que más saben de este tipo de rastros y de otros que dejan los animales: José María Galán. “Las huellas son un lenguaje, e incluso tienen un ritmo, una composición, que nos dice si el animal se para, anda, trota o galopa. Y, cuidado, que aún con el suelo mojado, si lo está mucho o en zona granítica y tierra muy disgregada, nos lo pueden poner muy difícil, pero siempre se leen cosas, incluso si sobre una huella de tejón hay encima las de un rebaño de ovejas más recientes”. Lástima que se nos quede corto este Aire Libre para todo lo que contaría este experto en rastros, en CyberTracker –aplicación software para la recogida de rastros y muestreos de fauna–, en tráfico de animales salvajes o como presidente de la Asociación Guías de Doñana. Ya sabéis, nos espera el primer fin de semana de febrero en el Aula de Emprendimiento Ambiental de Ecotono en Peguerinos (Ávila).
Raquetas de nieve y ferias del almendro en flor
Estas huellas también se pueden seguir sobre la nieve, aunque ahora lo que toca es pasearse por ella con raquetas calzadas en otros pies, los nuestros. Empezamos en el centro de esquí nórdico Larra-Belagua (Navarra), donde ofrecen desde el alquiler de bastones y raquetas a una ruta guiada. Rutas guiadas son las que proponen desde Lurra Adventure con varios puntos de caminatas entre la nieve por si esta escasea en alguno de ellos por culpa de este cambio climático que la hace cada vez más escasa y menos duradera. También tienen como escenario los valles de Belagua, Zuriza y Linza (Navarra), pero igualmente los parques naturales de Urkiola (Vizcaya) y Gorbea (Vizcaya y Álava), y Portillo de Lunada (entre Burgos y Cantabria). En León, Guheko propone rutas con raquetas de nieve que “se desarrollan en diferentes zonas de montaña de la provincia según las condiciones de la nieve y el estado de las carreteras: Vegarada, San Isidro, Las Señales, Remelende, etcétera”.
Actividades gratuitas en Guadarrama
¿Que buscáis un senderismo más convencional? También el invierno viene cargado de posibilidades. Aparte de los paseos que nos marquemos de forma particular, recomiendo el programa de actividades gratuitas que organiza el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama en su vertiente norte (Segovia) todos los sábados y domingos hasta el 19 marzo. La naturaleza, pero también la historia y las tradiciones serán protagonistas en actividades con nombre propio, como El Salto del Olvido, Vereda de la Canaleja, Sendero del Acueducto, Cañadas y Cordeles y el Batán de Vargas-Fuente de Los Mosquitos, entre otros.
Fiestas del almendro en flor
Por último, si nos queremos empapar de tradición rural y cultivos milenarios, nada mejor que acudir a algunas de las numerosas fiestas del almendro en flor que se celebran en España. El año pasado recogíamos en Aire Libre la de Mula, en Murcia, que suele abarcar desde finales de enero a mediados de febrero, pero hay más: la de Garrovillas de Alconétar, en Cáceres (mediados de febrero); Puntagorda, en la isla de La Palma (principios de febrero); Valdealgorfa, en Teruel (principios de marzo); Son Servera, en la isla de Mallorca (principios de febrero); y Tejeda, en la isla de Gran Canaria (4 y 5 de febrero).
Incluso, si se tercia, recomiendo una escapada a la vecina Portugal, no muy lejos de las Arribes del Duero, para disfrutar con la Festa das Amendoeiras em Flor en Vila Flor (del 17 de febrero al 5 de marzo).
Comentarios
Por Leonor Amengual, el 15 enero 2023
Javier, realizas una gran labor.
Enhorabuena
Por Javier Rico, el 19 enero 2023
Muchas gracias Leonor. No podríamos realizar buena parte de esa labor sin personas, ideas y proyectos que ponen en valor lo mejor de nuestro patrimonio rural y natural.