Albert Pla pasa de asustar políticos a asustar niños
Albert Pla asustando niños en su último espectáculo. Foto: Nora Lezano.
Albert Pla asustando niños en su último espectáculo. Foto: Nora Lezano.
En 2019 cumplirá 53 años este polifacético creador de Sabadell, y 27 años de la publicación de ‘No solo de rumba vive el hombre’, aquel disco que sentó cátedra y que amplió ostensiblemente el significado de la palabra cantautor en este país. Artista disidente, comunicador nato, Albert Pla sigue causando expectación con cada uno de sus lanzamientos, con cada una de las propuestas artísticas que nos expone. Hablamos con él, parco en palabras, a propósito del lanzamiento de su nuevo trabajo, ‘Miedo’, un disco firmado junto a Raúl Refree que llega tras haber rodado el inquietante espectáculo de mismo título durante el último año.
Su carrera comenzó a ser efectiva cuando con 22 años ganó el Concurso Nacional de Cantautores: mejor artista y mejor canción, dos premios cantando en catalán en Jaén. A partir de ahí pensó que había alternativa a su vida en la fábrica textil de su ciudad natal. Los dos años siguientes publicó sus dos primeros discos, íntegros en catalán, para dar luego paso a su periodo en la multinacional discográfica que nunca comprendió quién era Albert Pla. Con esa discográfica sacó seis discazos; ya el resto de sus trabajos hasta la fecha los ha publicado desde la independencia.
Su vida profesional ha sido fraguada desde el underground, un camino lento pero seguro que le ha llevado desde las diminutas salas alternativas de las ciudades a los principales teatros de las capitales. Tachado de irreverente y casi criminal por muchos sectores retrógrados de la vida política y cultural nacional, Albert siempre logra demostrar, con su pausada, aniñada y sincera palabra, que él está muy tranquilo y que es muy feliz con lo que hace.
Ahora con el lanzamiento del disco Miedo retomará el espectáculo de mismo título con el que ha rodado por España y Argentina con notable éxito de crítica y público; un intenso show multimedia en directo donde se junta el propio arte de Albert Pla con un novedoso sistema de proyecciones.
‘Miedo’. Primero el espectáculo teatral y ahora el disco.
Funciono así desde hace años, y en estos tiempos no pensaba en sacar un disco… Hubiese preferido otra forma de publicar estas canciones, pero a quienes los venden les pareció esta la mejor idea. Desde hace ya tiempo que hago el espectáculo y hacemos la gira y, llegado el momento, publicamos el disco con esas canciones registradas en un estudio de grabación.
El concepto parte de unas actuaciones que hiciste hace ya tiempo con el payaso Totell Poltrona, ¿Cómo llegaste hasta este espectáculo multimedia?
Más o menos viene de por ahí. En realidad, yo solo quería hacer canciones para niños…
No, solo para niños. Yo hago muchas canciones para niños, es algo que hago continuamente. Me salen muchas en catalán, y lo intenté en castellano, pero entonces me salían canciones de miedo, canciones para asustar a los niños, y ahí está el punto de partida, esa equivocación, ese error de composición.
Yo llevé a los míos al teatro, y, en efecto, se asustaron muchísimo…
(Risas). ¿Sí?, mal rollito.
Te gusta juntarte con colaboradores y en este caso, para el disco, has contado con Raúl Refree.
Si todo cuadra lo hago, uno se mueve por admiración. Este espectáculo de Miedo ha sido muy movido por la admiración que tengo por Judith Farrés, por la admiración que tengo por Raúl Refree, por la admiración que tengo por Los Nueve Ojos, que han sido los del montaje de vídeo, también por la amistad surgida con Los Mondongo, que son los pintores argentinos que han decorado todo. Por la admiración que siento hacia todos he podido ir gestando esto que, al final, lo miras y dices: joder, qué suerte tengo.
También está Pepe Miravete, alguien que te acompaña muy a menudo en tus proyectos teatrales.
Pepe siempre va bien cuando hacemos cosas más teatrales, tiene ese pulso teatral necesario. Cuando te pones a trabajar en algo así es bueno contar con una visión exterior, que esté fuera del escenario para poder engrasar todas las quince mil ideas que tienes y que no sabes realmente cómo poder meterlas y ordenarlas.
Hay una parte argentina en este proyecto, antes los has nombrado, Los Mondongo, que son Juliana Laffete y Manu Mendanha. ¿Cómo habéis llegado a juntaros?
Los conocí de vacaciones, con los niños, enseguida se hicieron amigos y luego ya, pues nos dijimos: ¡si vosotros pintáis! Y ¡si tú eres Albert Pla, ese que canta! Bueno, ellos allí, en Argentina, son bastante famosos, tienen mucho prestigio allí. Un centro cultural de allí nos propuso hacer algo y así empezó nuestra colaboración.
¿Cuánto tiempo lleva poder sacar esto a los escenarios?
Una cosa como esta relativamente poco. Son cuatro meses de trabajo, relajados, luego un año de renders. Tú piensas, por ejemplo, en unas caras que salen desde la pared, pero hasta que el render no consigue hacerlo, pues pueden pasar tres meses hasta que sale la puta cara de la pared. Llegaba el momento del estreno y ya les dijimos: parad, parad ya, porque la cosa es infinita. Mucho render, mogollón, pepinos de ordenadores para cada espectáculo.
¿Sigue habiendo ayuntamientos por aquí que tengan problemas o miedos contigo?
A ver, a nosotros y me imagino que a ti también, hace ya muchos años que no nos contrata ningún ayuntamiento para tocar en sus fiestas. Los ayuntamientos, los teatros no nos contratan, no somos personas bien recibidas, a veces, hasta alquilando, te vienen a tocar los cojones. Desde hace 20 años para acá, prácticamente desde que el Partido Popular ganó todos los ayuntamientos, comunidades o diputaciones o como lo quieran llamar, se ve que sus cortijos se les quedaron pequeños y quisieron también quedarse con los teatros, hacer suyos los teatros y no dejarlos utilizar ni a nosotros ni a los dueños de esos teatros, que son las gentes de esas ciudades. Pues no, ahora esos teatros también son suyos, y a veces no te dejan alquilarlos, no te dejan usarlos. Afortunadamente venimos del rock…, así que nos vamos buscando la vida.
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