Amazonias: una lección de cómo convivir con la naturaleza, no explotarla

Daiara Tukano, Ohpeko Pati, mundo de las aguas sagradas de la gran madre del universo. Cortesía del CCCB. Autor: Martí Berenguer
La Amazonia, conocida como el pulmón del planeta, es una región vital cuya preservación resulta esencial para el equilibrio ecológico global. La exposición ‘Amazonias. El futuro ancestral’, en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), invita a reflexionar sobre la riqueza –ecológica, cultural y espiritual– de un territorio vital para el planeta. A través del arte, el pensamiento y el activismo, aborda problemáticas específicas del área que abordan –con la voz de sus habitantes y de expertos– desde el cambio climático, la deforestación y el control de los recursos naturales a la urgencia de un futuro sostenible.
Hasta el próximo 4 de mayo, el CCCB presenta esta extensa exposición comisariada por Claudi Carreras, que ofrece una ventana a la Amazonia mediante las voces de artistas e intelectuales de la región. La muestra brinda a los visitantes una aproximación a la inmensa diversidad de la selva tropical más extensa del planeta, que se extiende por nueve países y alberga a más de 30 millones de personas. Aunque existe cierta conciencia sobre la fragilidad y la riqueza de esta zona amenazada por la deforestación, la explotación de recursos y el cambio climático, poco se conoce sobre las comunidades locales que la habitan, sus mitos y sus ancestros.
Un mosaico de vida y cultura
La exposición resalta la diversidad biológica y cultural de la Amazonia, dando a conocer la conexión intrínseca entre los pueblos indígenas y su entorno natural. Desmonta, a su vez, los estereotipos coloniales popularizados en literatura, en cómic o en obras como Fitzcarraldo (1982) o Aguirre, la Cólera de Dios (1972), de Werner Herzog. La salas se convierten en el megáfono de sus habitantes: son ellos desde su diversidad los que narran su historia, los que ofrecen datos sobre su cultura, sus mitos, los que, en definitiva, cuentan su lucha por la supervivencia en un contexto hostil. Tal como explicaba Eduardo Viveiros de Castro, antropólogo experto en culturas amazónicas, en Metafísicas caníbales: Elementos para una antropología postestructural (2010), estos pueblos mantienen una relación de profundo respeto con la naturaleza, basada en un modelo de convivencia y no de explotación.
Uno de los aspectos más sobresalientes de la exposición es la revelación de que la selva, tal como la conocemos en la actualidad, es el resultado de la interacción milenaria entre los pueblos indígenas y la tierra. La idea de «selva virgen» se desmorona a lo largo del recorrido: la Amazonia es un «producto social» modelado por procesos biofísicos y acciones humanas que se vieron drásticamente alterados desde la llegada de los colonizadores europeos.
Formas de vida, pero también de resistencia
Uno de los pilares de la exposición son las referencias culturales y artísticas creadas in situ para la muestra, en las que se intenta reflejar la diversidad de las formas de vida, pero también las de la resistencia. Se mezclan visiones tradicionales con sistemas digitales de representación utilizados por nuevos creadores que reflexionan sobre nuevos modos de vida y resistencia.
Integra entre otros, murales del colectivo MAHKU (Movimento dos Artistas Huni Kuin), Rember Yuharcani o de Daiara Tukano. Esta última ofrece una representación de la Amazonia como Gran Abuela del Universo, representación femenina del conocimiento y respeto por el entorno como eje de la vida y la supervivencia. Andrés Cardona, por su parte, muestra en sus fotografías y montajes visuales la evolución y diversidad de un espacio en el que habitan 30 millones de personas, 400 pueblos indígenas, y en el que se conservan aproximadamente 300 lenguas, en la que se combina y “choca la cultura de la selva y la cultura occidental”.

Andrés Cardona. Vista aérea de Belem do Parà, 2023. Cortesía de Andrés Cardona y Vist Projects.
Los visitantes pueden escuchar los sonidos y la música de la selva, e incluso aproximarse al territorio a través de sus olores. También se ofrece la posibilidad de adentrarse en una maloca, espacio comunal sagrado construido en una sala y que sirve de elemento de conocimiento y conexión con las actividades de cuidado de personas y medioambiente.
La amenaza constante
El CCCB no solo presenta la Amazonia como un tesoro natural, sino también como un territorio en peligro. Las cifras de deforestación y la expansión de actividades mineras y petroleras evidencian la urgencia de actuar para preservar este ecosistema. Investigaciones recientes como la de Marina Silva y el ecólogo Thomas Lovejoy advierten que se acerca a un «punto de no retorno», donde la degradación del ecosistema podría volverse irreversible (Lovejoy & Nobre, 2018).
A lo largo de la exposición, un variado conjunto de recursos y de entrevistas con expertos revelan cómo la destrucción de la selva, generada desde Occidente desde el siglo XVI a través de diversos sistemas de extractivismo, afecta directamente a las comunidades locales. Eliane Brum, autora de La Amazonia: viaje al centro del mundo (2024), apunta directamente cómo la destrucción humana y medioambiental recae en la actualidad en una minoría poderosa.
Más allá de la contemplación, Amazonias busca generar conciencia y movilizar al público. La muestra se complementa con un amplio programa de talleres, debates y proyecciones que invitan a los visitantes a sumarse a entender y defender la complejidad de este territorio vital para el planeta. En este sentido, la exposición se convierte en un espacio de aprendizaje y diálogo para reaprender y establecer modos de vida más sostenibles.
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