Un amor de juventud de la escritora y cantante francesa Marie Modiano
La protagonista de ‘Distante’ (Cabaret Voltaire), la nueva y melancólica novela de la escritora, cantante y compositora Marie Modiano (París, 1978), hija del Nobel de Literatura Patrick Modiano, evoca un amor de juventud, que se convierte en un recuerdo doloroso. ‘Distante’ es reconocer que la juventud es un nido de fracasos; también nombrar la hambruna rotunda e indescifrable que deja el primer desamor. A caballo entre una canción de Françoise Hardy y un poema de Patti Smith.
Perseguir el destino como si estuviese en los mapas que nombran las montañas. Buscar en sus pliegues de esa manera en que el enamorado busca la resolución de sus torpezas en la breve verdad que ofrece el estribillo de una canción de amor. Así, con estas coordenadas tan estrictas como efímeras Marie Modiano (París, 1978) y su protagonista rehabitan los pasos dados contradiciendo el título de este diario desde la primera línea. Y lo hace con la frescura amarga de quien sabe contar los cuerpos y los besos perdidos. Con la inevitable arrogancia de quien se ha dejado la mitad de la carne sobre los ásperos muros de algunos callejones sin salida:
“No debería haber hecho todo ese viaje para ir a verlo, justo para encontrarse así, andando silenciosamente el uno contra el otro en medio del viento y la oscuridad”.
“Ya es de noche, me duele la cabeza de estar sola”.
Distante es un infierno temprano, un tártaro chic, un cuadrilátero sostenido por un nihilismo contagioso que nos mantiene prisioneros desde que la primera frase se despliega delante de nuestros ojos. No hay golpes falsos en esta historia, ni trucos, ni impaciencia. Distante es un infierno elaborado en el que la autora impregna sus esquinas con una intimidad portentosa a pesar del áspero relato que adorna esta aventura emocional. Los estados de ánimo de la protagonista traspasan la piel de esa manera en que un tatuaje cambiará para siempre la discreta singladura de la primera carne. Cada ciudad en que la protagonista se confiesa es un ataúd, una certeza, un salida de emergencia que el demonio clausura:
“Una vez alguien me dijo que Lausana es una ciudad para morir. Estoy de acuerdo”.
“Viena me parece triste porque yo me siento sombría, pero no sé si en otro estado Viena resultaría magnífica”.
Distante es la historia de una búsqueda, de una espera de límites amorfos aunque paradójicamente férreos. Es la memoria descuartizada:
“Me pregunto entonces cuántos lugares atravesaré sola, al amanecer, con el profundo sentimiento de no venir de ningún lado para ir a ninguna parte. Procedencia y destino no existen, deambulo entre las ruinas y el silencio”.
Un entramado de emociones, de relieves duros de hollar. El abandono marcando la vida como marca el cielo el paso de las Perseidas. La imposibilidad de parar y enfrentarse al duelo. Ver el dolor, ver su poder y saber que no debes venerarlo porque no es un dolor real sino el de una biografía con algunos renglones podridos.
Marie Modiano tiene un pulso vigoroso para contar el fracaso:
“Los fantasmas también duermen, como cualquier ser humano, no podrían sobrevivir sin sus turnos de reposo”.
Posee ese cinismo hábil que enumera las tragedias con el inefable ritmo con que un niño sostiene entre su irregular dentadura cada número de las tablas de multiplicar. Conoce el poder de la ausencia y lo convoca hasta que la soledad no daña. Hasta que construye una perfecta y bicéfala biografía en la que todo adquiere un matiz de ensoñación irreductible.
Distante es una odisea emotiva y consistente. Es un homenaje al porvenir, reconocer que a los muertos se les puede nombrar sin que nos dejen una herida en la boca.
Marie Modiano ejerce como certera impostora para contar una verdad sublime y caótica como solo puede serlo el amor a los 20 años. No es fácil homenajear a un suicida cuando se ha venido al mundo para ser una buena chica y, sin embargo, la autora de este hermoso e inusual libro de viajes recorre su pasado y nos recorre a quienes la leemos de esa manera en que recorre el viento el prodigioso plumaje de los pájaros mientras ejercen como cónsules de la quietud.
Distante es una infrecuente dádiva, un susurro capaz de traspasar a un héroe, la herencia de una mujer valiente, un verso extenso y cambiante que nos mece cuando nuestras pesadillas hunden la consistencia de la almohada. Distante es reconocer que la juventud es un nido de fracasos del que nadie sale indemne, y también nombrar la hambruna rotunda e indescifrable que deja el primer desamor. A caballo entre una canción de Françoise Hardy y un poema de Patti Smith cabalga esta diatriba.
No dejen de leer este libro porque su delicadeza te envuelve con la pulcra rotundidad con que el sol envuelve a los girasoles mientras viven y su introspección es un salvoconducto en el que todos podremos escribir nuestros nombres sin que nos tiemble el pulso.
‘Distante’. Marie Modiano. Cabaret Voltaire. 186 páginas. Traducción de Lidia Vázquez Jiménez.
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