Divagaciones bíblicas de Andrés Calamaro: “Judas era el único capaz de todo”
Andrés Calamaro regresa a la actualidad musical con material nuevo, ‘Cargar la suerte’. El influyente mito bonaerense presenta un disco de rock de guitarras que aúna oficio y espontaneidad a partes iguales, lo que se traduce en un disco audaz y locuaz, fresco en su sabiduría, con canciones que entran por sí solas y ganan profundidad con las escuchas y muestran a un Calamaro en brillante dispersión lírica y desafiante empaque eléctrico.
Cargar la suerte es el decimoquinto trabajo en estudio en solitario del ex líder de Los Rodríguez. Lo ha compuesto, entre mate y hash, en apenas unos meses y lo ha grabado en cuatro días a la antigua usanza, con los músicos en directo y sin claqueta, un plantel de curtidos connossieurs angelinos que suman a la banda de rock base saxos, violines y trompas.
El título, una declaración de intenciones vitales que proviene de la expresión taurina que se refiere a entrar al toro adelantando la pierna y poniéndose a tiro de pitón, acoge una docena de temas de briosa elegancia y pericia instrumental, que se reparten entre el rock sin ambages –Adán rechaza, Siete vidas o Falso LV-, los medio tiempos emocionales y crepusculares –Tránsito lento, Cuarteles de invierno, Voy a volver o Mi ranchera- y ejercicios de autor que juegan con el pop, el funk o el hip-hop, como la mordaz y exuberante verborrea exhibida en Las rimas .
Hablamos con el autor de Alta suciedad y Honestidad brutal, trabajos icónicos ante los que esta nueva entrega no se achica.
Se te suponía armando un disco de duetos y de pronto este disco «de guitarras», ¿quemaban las canciones en el pecho?
Tal cual… Hace más de dos años nos embarcamos en la interesante producción del disco de “participaciones extraordinarias”. Hace un año, apenas, no teníamos ninguna de estas canciones que ahora relucen. Encontramos un método en mi deseo de escribir, el voluptuoso instinto musical de Germán Wiedemayer… Y llegamos a tener suficientes maquetas buenas para mostrar a Gustavo Borner y grabar.
Suena recio y vibrante. Eléctrico y épico. Grabado en los estudios Sphere de Burbank (California). ¿Tenía que sonar así?
Tenía que sonar así. La grabación en Los Ángeles es especial, L.A. es más que “el cementerio de elefantes” de músicos como Lemmy o Glenn Huges. Llegar a la “crema californiana” para grabar con estos talentos eficaces fue una gran cosa. Grabamos casi todo en cuatro días… Todos juntos, con cantante, en una formidable sala apta para grabar hasta a once músicos juntos, eso incluyendo las cuerdas o los bronces. Aaron Sterling toca la batería, los slide son de Rich Hinman, el saxo es Brandon Fields…
El disco por muchos momentos brinda un homenaje a la Amistad. A los amigos como hermanos. A pedir perdón. ¿Hay más amigos que (des)amores en este disco?
No hay casi episodios sentimentales, afortunadamente. Reconozco variopintas intervenciones no musicales en estos contenidos; detalles poéticos, divagues bíblicos, mitología apócrifa… ¡Protesta!… Hubiera querido escribir más sobre la meta anfetamina en la segunda Guerra Mundial… Las estadísticas son alucinantes.
‘Cuarteles de invierno’ tiene unos arreglos de cuerda beatlemanos, ¿Todo buen stoniano ha de ser beatlemaniaco?
El Beatle que reconcilia el universo Beatles con el resto del rock es John Lennon… Es difícil imaginarse a Rotten, a Bowie o a Cobain sin Lennon cantando primero. “Todo buen stoniano ha de ser beatlemaníaco”. ¡Qué buena frase! Parece de Silvio & Sacramento… Me recuerda al documental de Lemmy, que empieza con él comprando una caja de los Beatles en la tienda de discos Amoeba. El estribillo instrumental de Mi Ranchera nos suena Beatle; pero hay orquestas en otra música anterior, claro que los Beatles con George Martin colmaron nuestra imaginación instrumental.
Referencias al Nazareno, a Adán y Eva. ¿Biblia como juego poético? ¿Inspira Dylan o la fe?
Son mis divagues bíblicos. Parece que Borges escribió teorías que se anticipan a mi “lectura de Judas como cuadro político leal”, el único capaz de todo… De salvar las vidas del público de JC, de facilitar la existencia de un mártir en la cruz y de ofrecer su vida, y su honor, por la causa.
Jaime Urrutia nos contó que estaba echándote una mano con un libro de fotografía de los toros. Parece que tarde o temprano los toros desaparecerán, es el signo de los tiempos. ¿Crees que te lo tomarás muy a mal?
Más tarde que temprano… No creo que vivamos para ser testigos de la desaparición de la tauromaquia. Aunque los cambios de paradigmas culturales y, por ende, comunicacionales, ocurren a toda prisa. Me temo que una teórica prohibición total de las corridas de toros nos pondría a todos de acuerdo… A favor de la existencia de la tauromaquia. A toro pasado.
Buscando artículos recientes tuyos aparece el ‘affaire’ del largo orgasmo. A veces da la impresión de que la prensa está esperando la declaración extra musical, el chascarrillo… Tampoco parece importarte mucho seguir ese juego.
Sí. Me temo que la prensa está intentando sacarme del eje para provocar titulares más atractivos que solamente hablando del disco. Tampoco entiendo las reacciones polémicas, sinceramente leí que una amante indiscreta había declarado un polvo de nueve horas, en una época en la que nueve horas era un vuelo… Celebrábamos días de 72 horas como mínimo, en aquellas condiciones pasarse nueve horas follando tampoco era imposible. Es más, hay una muchacha que sostiene haber follado conmigo, y satisfecha, por… nueve horas. No es algo que me invento para presumir…
Tu web no anuncia conciertos desde la gira de 2017… ¿Qué nos espera? La última banda de guitarras que tuviste era un cañón…
Lo estoy pensando. Voy a terminar ensayando y girando. Pero ya no tengo vanidad, no tanta como para subirme a un escenario y exhibir lo que los años hicieron conmigo.
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