APGallery, un espacio para el arte con prado en un pueblo de 10 habitantes
Llegamos a la entrega 100 de esta ‘Ventana Verde’. Gracias a todos los que estáis ahí, al otro lado de la pantalla, leales a una forma de entender la vida y el mundo de otra manera, más allá del unívoco discurso dominante capitalista-omnívoro-despilfarrador. Y gracias por acompañarme hoy a un pequeño paraíso, una galería de arte distinta que acaba de abrir en un pueblito segoviano, Martín Muñoz de Ayllón: APGallery, con un lujo de prado como sala de exposiciones.
Queda a 80 minutos de Madrid, en una pedanía de Riaza, en un privilegiado paraje natural al que este templado otoño ha dado aún más prestancia y colorido: Martín Muñoz de Ayllón, un recogido pueblo de casas de piedra y pizarra, con una decena de habitantes permanentes.
Ahí llegaron en 1996 Enrique Herrada y Marta Maíz, matrimonio de arquitectos, con sus tres hijos y la idea de verles crecer los fines de semana en un ambiente distinto a la gran ciudad. En contacto con la naturaleza.
Comenzaban a cumplir un sueño al que le venían dando vueltas desde que en 1985, recién terminados sus estudios de Arquitectura, estuvieron un año trabajando con el escultor vasco Jorge de Oteiza y descubrieron la ligazón a la tierra como sentido primordial para sus trabajos y sus vidas. «Es un poso que siempre nos quedó ahí’, nos cuenta ahora Marta Maíz. «En el estudio hemos intentado aplicar los criterios de sostenibilidad en nuestros proyectos, sobre todo en el ahorro energético, y a partir de lo más básico, que es la sabiduría popular aplicada en las construcciones tradicionales». Y viajaron mucho para descubrir y aprender de experiencias que combinan arte y naturaleza, en Reino Unido, en Noruega… Para ir dando forma en su cabeza a su sueño. Para ir avanzando en su plasmación práctica.
Y, por fin, en el otoño de 2014 el sueño/poso toma forma. Hace unas semanas han abierto APGallery (la A y la P se refieren a Arte y Paisaje), junto a su casita de fines de semana, con una completa exposición: Metales Translúcidos, de las diversas etapas artísticas de Amadeo Gabino (Valencia, 1922 – Madrid, 2004), de grabados a aguafuertes a collages a pinturas a esculturas.
En la maravillosa aventura de APGallery les acompañan su hija Andrea, formada en Bellas Artes en el Reino Unido, y David, que trabaja con ellos en su estudio madrileño de arquitectura; los cuatro reciben orgullosos a un pequeño grupo de periodistas en una soleada mañana de la semana pasada, para explicarnos el proyecto de APGallery y la muestra inaugural con Amadeo Gabino, en la que ha colaborado muy activamente la viuda del artista, Elke Stelling, y que podrá visitarse hasta pasadas las Navidades.
El sol le saca brillo a las hojas pardas de los robles y amarillas de los chopos, y a las esculturas de acero que se esparcen por un prado de jugoso verde. El lugar, el silencio, la impresionante vista de la sierra de Ayllón y el horizonte limpio invitan a quedarse.
Las obras de Amadeo Gabino son juegos de pieles y vacíos. «Tanto con papel como con metal, el artista trabaja sus mismas obsesiones de reparto espacial y absorción del entorno», explica Enrique Serrada.
La galería -una construcción de líneas racionales que mezcla la arquitectura tradicional de piedra y pizarra de la zona con el hormigón, el acero corten y unos grandes ventanales abiertos al prado- ha surgido de unas ruinas «y como respuesta a un lugar, como conclusión a una experiencia tras 15 años de conocer el lugar, esta tierra», explica Enrique, que añade una frase de Paul Klee que lleva muy adentro: «El valor del arte no radica en su posibilidad de representar lo visible, sino en su capacidad de hacer visible lo invisible». Aquí, dice Herrada, el arte opera como buscador en el paisaje, como buscador de lo que está presente y aún no hemos descubierto.
APGallery puede sumarse a los destinos que mezclan arte y naturaleza, que en España no abundan (citar sobre todo la Fundación Montenmedio de Arte Contemporáneo, en Cádiz, y Chillida Leku, el caserío de Chillida en Hernani, Guipúzcoa, ahora vergonzosamente cerrado por falta de acuerdo entre familia e instituciones públicas) y que fueron recogidos en otro artículo de El Asombrario.
Según explican sus responsables, «APGallery es un espacio de creación y galería de arte dedicada a la difusión de los lenguajes artísticos, así como su relación con la naturaleza y el paisaje cultural, mediante exposiciones, talleres de formación e intervenciones sobre el paisaje». De ahí las residencias de varias semanas para artistas que anuncia Enrique, y que aún no están muy articuladas pero quieren poner en marcha en 2015. «Que se pongan en contacto con nosotros y nos hagan propuestas». El espacio habilitado en la parte superior de la galería para acoger a esos artistas es realmente tentador, con unas inspiradoras vistas a ese prado que es la gloria, que lo mismo se llena de ovejas que de esculturas contemporáneas.
Y de ahí las «Hibridaciones», diálogos interdisciplinares entre la música, el cine, la literatura, la pintura, la escultura…, que se programarán los fines de semana en concordancia con la exposición en curso.
Para 2015 ya está previsto que expongan en APGallery el artista canario Ildefonso Aguilar (www.ildefonsoaguilar.com), que colaboró con César Manrique y que trabaja con arenas y soledades; María Aranguren y Rubén Martín de Lucas.
Leo la liturgia artística en el dossier de prensa que nos pasan: «Cuando las pieles de la obra de Amadeo Gabino se utilizan como envolturas de cajas o prismas arquetípicos para conformar murales, cubos, estelas, columnas, totems, atrapan un vacío que queda delimitado por la propia obra y presente a través de la propia piel». «El artista encuentra un campo de investigación abierto en el que reflexiona sobre la cohesión de los elementos a través de múltiples técnicas, recogiendo así la idea del pensamiento transversal que relaciona conceptos identificando nuevas situaciones o fenómenos, que a su vez permiten nuevas asociaciones y mestizajes»…
Aparto los papeles; prefiero mirar -aprendo más- la brillante escultura de acero de Gabino que se recorta, armónica, sobre los robles, la montaña y un cielo que comienza a llenarse de nubes grises… Eso es APGallery…
APGallery. Abierta los fines de semana y festivos. Entre semana, previa cita. Exposición de Amadeo Gabino hasta pasadas las fiestas navideñas.
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