Ballester y su nuevo proyecto de ‘obras de arte’ (o arte de obras)
Un año antes de que estallara la pandemia, en 2019, José Manuel Ballester, premio nacional de Fotografía 2010, fue invitado a viajar alrededor del mundo visitando los proyectos más importantes que en ese momento estaba ejecutando la multinacional española de la construcción Ferrovial. Un año de trabajo para fotografiar medio centenar de proyectos, recorriendo más de 30.000 kilómetros en Australia, Polonia, Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Colombia, Perú, Chile y España. El espectacular resultado de tan titánico esfuerzo colectivo, atrapado por un solo individuo, por un alma de artista, puede verse en la exposición ‘Creación en Movimiento’, en Fundación Telefónica en Madrid.
“Ya sabía por una experiencia anterior [en 2011, Ferrovial le hizo un encargo similar] que iba a vivir un año muy intenso y que pasaría momentos muy especiales en un viaje que, cuando lo comencé, parecía interminable”, nos cuenta Ballester. “He tenido ocasión de adentrarme en mundos muy diversos. Todos ellos, desde su tremenda variedad, al final se alimentaban del mismo principio: el de un afán de superación y en busca de ofrecer mejoras al ciudadano”.
En el libro realizado sobre este trabajo de titanes y editado por La Fábrica, Ballester escribe: “Como artista, he sentido la necesidad de entender el mundo y nuestros modelos sociales, por lo que me siento comprometido en mostrarlo lo más rigurosamente posible. Con mi segunda selección de imágenes, completo un mapamundi muy diverso que ofrece una gran información sobre cómo es nuestra civilización”. “Para mí es una gran oportunidad porque me ha permitido entender el mundo de otra manera. Cuando voy por una autopista o cuando abro el grifo, ahora sé que detrás hay todo un despliegue tecnológico y un esfuerzo al servicio del ciudadano. Yo creo que esto no se conoce lo suficiente. Con mi trabajo intento también explicar eso, valorar el esfuerzo. Por ejemplo, el proyecto de saneamiento a través de todo el trazado del Támesis es una obra descomunal. Yo creo que es una de las obras más complejas que he visto en mi vida. O el aeropuerto de Heathrow, que es uno de los aeropuertos con mayor tránsito del mundo. Me parece que son esfuerzos titánicos. Y me llama mucho la atención, y es algo que he tratado de reflejar: la grandeza de la capacidad del ser humano cuando se organiza frente a la pequeñez del individuo”.
Y concluye con un guiño a la necesidad de que cada infraestructura y estructura humanas velen por el menor impacto posible en la naturaleza: “El futuro del ser humano dependerá en las próximas décadas de cómo se gestione nuestra relación con el medioambiente y de cómo se asuman grandes compromisos de respeto a los ciclos naturales. Un planeta cada vez más erosionado por la presencia del ser humano que se ha erigido como único propietario y que, por lo tanto, será responsable directo de su destino”.
Norman Foster, una de las estrellas de la arquitectura en los siglos XX y XXI, escribe: “José Manuel Ballester es un artista con la cámara, y yo he seguido su trabajo durante años con mucha admiración. Su ojo de fotógrafo capta el espíritu y, a veces, la dimensión heroica de las grandes empresas documentadas en este libro. Para mí, como arquitecto, su habilidad consiste en equilibrar el acto de hacer (el proceso de construir) con el producto acabado que surge al final”.
Y la escritora Elvira Lindo, otra de las invitadas a escribir en el libro sobre este trabajo, apunta: “En las impactantes fotos de José Manuel Ballester, que ilustran las obras de Ferrovial, puedo sentir esa pulsión de la creación colectiva. Retratar el espacio y el detalle a un tiempo, la perspectiva de lo inmenso y su meticuloso esqueleto, las extraordinarias trampas a las que los volúmenes someten al ojo humano, entraña una dificultad formidable, que solo una mirada experta sabe sortear”.
Volvemos con Ballester, que nos señala: “La movilidad ha sido el eje principal de mi trabajo en todos los sentidos: por la exigencia de tener que desplazarme a tantos destinos y porque la mayoría de esos destinos estaban directamente vinculados a la movilidad: Aeropuertos, autopistas, estaciones de ferrocarril, metros. Son, tal vez, la principal especialidad de Ferrovial”.
De ahí que, a propuesta nuestra, José Manuel Ballester haya seleccionado estas imágenes –todas de obras en las que Ferrovial ha intervenido o interviene en su construcción, rehabilitación, consolidación, gestión, mantenimiento– para dejar constancia, para resumir desde su propia mirada de pequeño individuo, el gigantesco esfuerzo de las obras, del recorrido para fotografiarlas y de la exposición que actualmente –hasta octubre– podemos visitar en Fundación Telefónica:
Nueva Autopista LBJ Express, en Dallas, Texas, EE UU. Ferrovial se hizo cargo de la construcción, mantenimiento y gestión de 21,2 kilómetros de la autopista Lyndon B. Johnson, que vino a reforzar una de las vías de Norteamérica con mayor tráfico. La obra se entregó en 2015, tras cinco años de construcción.
Estaciones de Metro. Interior de una estación de la Northern Line, una de las líneas más complicadas del metro de Londres, la que sale en color negro en los mapas del suburbano de la capital británica. Se abrió su primer tramo en 1890. Tiene 58 kilómetros y 50 estaciones. La usan más de 200 millones de pasajeros al año. Ballester también ha fotografiado las estaciones de los metros de Santiago (Chile) y de Bilbao, obra ésta de Norman Foster.
Nueva terminal de acceso al aeropuerto de Josep Tarradellas-El Prat, de Barcelona. Algunos veranos antes de la pandemia llegó a registrar hasta cuatro millones de pasajeros en un solo mes.
Detalle de la nueva ruta del cacao en Colombia. Una compleja carretera de 154 kilómetros, que une las ciudades de Bucaramanga, capital de la región, y Barrancabermeja, a orillas del río Magdalena. En trayecto tan corto cuenta con 4 túneles y 21 puentes y viaductos. Un corredor estratégico para el transporte en el corazón del país latinoamericano.
Estructura de uno de los puentes que atraviesa el Danubio en Bratislava, capital de Eslovaquia. En realidad, esta autopista de casi 3 kilómetros que cruza el río Danubio incluye cuatro puentes conectados entre sí; para su construcción se emplearon las últimas tecnologías de sistemas de andamios móviles.
El recién restaurado Frontón Beti-Jai, en Madrid. Inaugurado a finales del siglo XIX, sufrió décadas de abandono y deterioro a lo largo del siglo XX. Hasta que en 2011 fue declarado Bien de Interés Cultural y acometida una primera fase de consolidación y rehabilitación. Propiedad del Ayuntamiento de Madrid desde 2015.
El Palacio de Cristal del Retiro, Madrid. Construido en 1887 como invernadero para la Exposición de las Islas Filipinas, a semejanza del palacio de cristal levantado unas décadas antes en el Hyde Park de Londres. Es una de las imágenes icónicas de la ciudad de Madrid. Acoge montajes de arte contemporáneo programados por el Museo Nacional Reina Sofía. PCR Phase
‘Creación en Movimiento. Ferrovial en la mirada de José Manuel Ballester’. Comisariado de María Corral y Lorena Martínez de Corral. Espacio Fundación Telefónica. Madrid. Entrada gratuita. Hasta el 3 de octubre.
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