El ‘barrio solar’ está a la vuelta de la esquina

Tejado con paneles solares. Foto: Piqsels

Tejado con paneles solares. Foto: Piqsels

La fundación Ecodes impulsa en Zaragoza ‘el barrio solar’, una iniciativa público-privada para que comercios y viviendas de un barrio tengan suministro energético renovable.

El ‘barrio solar’ está cerca. O podrá estarlo si triunfa en toda España la iniciativa que Ecodes va a poner en marcha en la ciudad de Zaragoza con apoyo municipal este mismo otoño. Por primera vez, decenas de vecinos y comercios podrán disfrutar en su mismo barrio de energía solar ‘de proximidad’, sin necesidad de que todo un edificio tenga que dar ‘vía libre’ al proyecto, algo que rara vez se consigue. Además, se promueve una ‘cuota’ de solidaridad con aquellos vecinos que se encuentran en situación de ‘pobreza energética’, es decir, que no pueden pagar la factura por la energía que precisan.

“Hacía tiempo que pensábamos que había que hacer algo que le facilitara las energías renovables a la ciudadanía y por fin lo tenemos. El ‘barrio solar’ es un proyecto ambiental, social, político y solidario único, no hay nada parecido. Es un primer paso, pero estamos muy satisfechos del interés que está despertando. Lo importante es ponérselo fácil a la gente si queremos que la transición ecológica triunfe”, cuenta Victor Viñuales, director ejecutivo de Ecodes.

El ‘barrio solar’ aún no tiene ubicación en Zaragoza. Los responsables municipales la están buscando, pero se sabe que su centro de emisión estará sobre una instalación pública. Tan sólo tiene que tener 600 metros cuadrados disponibles para que se coloquen encima 300 paneles fotovoltaicos. Con ellos se generarán 150.000 kilowatios por hora de energía eléctrica al año, que son el equivalente, según Ecodes, a 40.000 kilos de dióxido de carbono anuales o a 3.000 árboles.

No es la primera vez que grupos de vecinos disfrutan de energía solar limpia, pero sí es novedad un autoconsumo colectivo que se pone en marcha fruto de una colaboración público-privada y solidaria. Y se hace aprovechando el Real Decreto de abril de 2019 que permite colocar placas fotovoltaicas a 500 metros de los hogares. “La realidad es que en las ciudades no hay espacio para colocar las placas, salvo los tejados y azoteas, para lo que se requiere el total acuerdo de la comunidad de vecinos. En el ‘Barrio Solar’ se colocan sobre edificios públicos, como centros culturales o colegios, y los vecinos y comerciantes de alrededor eligen si quieren formar parte sin necesidad de hacer un gran desembolso previo para la instalación”, explica Cecilia Foronda, directora de Energía y Personas en la organización ambiental.

De hecho, Ecodes y el Ayuntamiento aragonés han firmado el acuerdo con una gran distribuidora de electricidad, EDP, que trabaja sobre todo en el norte de España y que en este proyecto se ha comprometido a hacer el desembolso inicial para las 300 placas y su instalación, unos 200.000 euros, que irá recuperando en las cuotas mensuales que cobre a los clientes. “Es importante destacar que un 10% de ellos no pagarán nada”, recuerda Viñuales. Esos hogares desfavorecidos serán elegidos con ayuda de los servicios sociales municipales, para asegurar que son los que más lo necesitan.

¿Y cómo será el pago? En realidad, la factura mensual que llegue a cada cliente cubrirá en torno al 30% del consumo total, dado que la energía no se acumula en baterías sino que se consume al momento, así que cada casa o comercio deberá mantener su suministro habitual. Sí que se irá pagando en esa factura una cuota que cubra el gasto de las placas y su mantenimiento a lo largo de 15 años. Se calcula que la vida útil estará entre los 20 y 30 años.

“Desde que lanzamos la propuesta y se firmó el convenio con el Ayuntamiento de Zaragoza, hemos recibido un buen número de llamadas de otros municipios de toda España interesados en esta propuesta de ‘barrio solar’, y eso que hasta el otoño no pondremos en marcha la primera experiencia piloto. Hemos tenido propuestas de ciudades grandes y pequeñas, tanto en el norte como en el sur. En realidad, los municipios sólo tienen que buscar y ceder espacios con cubiertas y tejados de ciertas dimensiones, sin más coste adicional. Además, aunque el máximo son 300 placas, también se puede hacer una instalación modular para espacios más pequeños”, explica Foronda.

La realidad es que la energía fotovoltaica no deja de crecer en un país donde cada año nos sobran más horas de sol. Incluso durante la pandemia, en marzo pasado, la producción creció un 29,1% respecto al mismo mes del año anterior. Y aumentan en número las grandes huertas solares, pero también las iniciativas de pequeños propietarios, que sólo durante 2019 instalaron 459 MW de paneles destinados al autoconsumo. Es el resurgir tras la oscuridad del famoso impuesto al sol, que paralizó primero y hundió después la posibilidad de que cada casa pudiera instalarse sus placas.

“Nuestro ‘barrio solar’ no sólo permitirá a los vecinos acceder a energías limpias sin un desembolso previo grande”, concluye Viñuales, “sino que va a significar un antes y un después en lo que significa el desarrollo de energía solar en nuestro país, algo fundamental para poder reducir emisiones contaminantes”.

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