La belleza de ser ‘criaturas frágiles y vulnerables’

Michael Wang. ‘El jardín del contagio’. 2022. Exposición ‘Criaturas vulnerables’ en La Casa Encendida.

La Casa Encendida de la Fundación Montemadrid ha preparado para este verano una exposición que no nos deja indiferentes. Y no, no se planteó a raíz de la pandemia ‘Covid19’, sino que sus comisarios, Andrea Bagnato e Iván L. Munuera, venían preparándola desde bastantes años atrás. El asunto que aborda a través de una selección multinacional de artistas: Pone en cuestión los conceptos dominantes sobre la infección, la enfermedad y la salud, y reivindica la potencia y la belleza de lo frágil y vulnerable. Somos ‘Criaturas Vulnerables’. Si aún tienes dudas del concepto, visita esta expo (muy conceptual, por cierto). Hasta el 18 de septiembre.

Criaturas vulnerables es fruto de las investigaciones realizadas por los comisarios a largo plazo en torno a la obsesión de la modernidad por evitar la contaminación y el contagio. Iván L. Munuera lo explicaba así el día de la presentación en La Casa Encendida, a finales de mayo: “Cuando comenzamos a plantear esta exposición en 2018, en las puertas a las que llamamos para obtener apoyo no encontramos mucha receptividad, nos decían que el tema de las pandemias era algo del pasado. Las instituciones no veían el proyecto… Y ya veis después lo que vino… Con la Covid19 hemos sido más conscientes de la vulnerabilidad de los cuerpos, de los humanos, de los hábitats, de los ecosistemas. Pero si algo buscábamos Andrea y yo era no presentarlo como algo negativo, sino como una oportunidad para desarrollar nuevas formas de cuidados, en nuestras relaciones y en la comunidad. No queríamos algo…, cómo decirlo…, algo fúnebre, sino acercarnos al tema con ironía, con humor, con alternativas…”.

Con las perspectivas de la creatividad desde los más diversos enfoques. Son nueve los creadores que firman las distintas obras de la muestra.

Andrea Bagnato quiso añadir: “La noción de contacto es el punto de partida y el hilo conductor de estos nueve artistas; además, no queríamos que fueran artistas que hubieran trabajado este tema a raíz de la Covid19, sino que vinieran ya desde atrás planteándoselo”.

Los artistas de Criaturas Vulnerables reivindican la vulnerabilidad y el contacto como condiciones no solo necesarias, sino deseables.

Hacemos el recorrido.

Instalación de All (zone) en la exposición ‘Criaturas vulnerables’, en La Casa Encendida,

Monica Bonvicini nos plantea: “Cualquier cosa que se haya definido históricamente como desviada, o como manifestación de algún tipo de enfermedad, es digna de confianza”. ¿Y cómo lo hace? Su obra, que se expuso por primera vez en el escaparate de una sex shop de Róterdam, consiste en un dildo con correa de tamaño real, fabricado con cristal de Murano. “Su fragilidad intrínseca contrasta con su supuesto uso, ridiculizando cualquier impulso de control y pretensión de poder”, según los comisarios. “Si es verdad, como dijo una vez Bonvicini, que ‘el primer lugar del crimen es la cama’, esta escultura es una poderosa reacción a cómo se construyen y estetizan las identidades sexuales”.

En el Torreón de la azotea de La Casa Encendida, Michael Wang presenta la obra El jardín del contagio, en torno a la belleza y los virus a través de una instalación con cientos de tulipanes, ya que uno de los primeros virus identificados por la ciencia moderna no infectaba a los seres humanos, sino a las flores: el virus del mosaico del tulipán (TBV), observado por primera vez en 1928. Antes de su descubrimiento, los bulbos infectados se valoraban por los coloridos efectos del virus, que dibuja llamaradas y franjas de distintos colores en los pétalos. 

C+arquitectas (Nerea Calvillo con Manuel Alba Montes) reflexionan sobre el aire que compartimos en la intimidad y el espacio doméstico. Social (Airy) Distances parte de las investigaciones que Nerea Calvillo viene realizando desde hace tiempo sobre el aire como espacio lleno de materia, política y percepciones. “Calvillo ya había estudiado previamente el polen y los contaminantes del aire a través de instalaciones experimentales que hacen visibles las infraestructuras científicas y las negociaciones políticas”, según la nota de los comisarios. “En esta nueva obra, el aire se solidifica mediante una espuma efímera bombeada dos veces al día a través de una columna semitransparente”.

El punto de partida del nuevo proyecto de all(zone) es la incidencia desproporcionada del Covid-19 entre los trabajadores de los hospitales de Bangkok. En colaboración con la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Mahidol, el estudio aborda las condiciones de vida de estos trabajadores con el objetivo de reducir la transmisión doméstica de las enfermedades víricas. A  partir de ahí, plantean esto: “La condición urbana gira cada vez más en torno a dos polos opuestos: viviendas unipersonales muy pequeñas, por un lado; hogares masificados por el otro. Ambos completamente ineficaces a la hora de enfrentarse a una pandemia. Las personas que viven en soledad se han visto atrapadas durante meses en sus domicilios, privadas de cualquier contacto social que pudiera ayudarlas a sobrellevar el miedo y el dolor. Mientras, los hogares marcados por el hacinamiento donde es imposible aislarse, pronto fueron designados como uno de los principales espacios de transmisión de la enfermedad”. Y proponen una nueva distribución de las casas, preparada para las situaciones más complicadas de convivencia.

Pratchaya Pinthong en ‘Criaturas vulnerables’, en La Casa Encendida.

El vídeo de Pratchaya Pinthong nos acerca la enfermedad del sueño, o tripanosomiasis, una peligrosa infección del sistema nervioso causada por la mosca tsé-tsé (Glossina), que habita en el África subsahariana. Aunque la presencia de esta mosca se remonta a tiempos inmemoriales, su hábitat creció con rapidez a principios del siglo xx como consecuencia de la devastación ecológica provocada por el colonialismo europeo. 

Işıl Eğrikavuk también cuestiona los conceptos de epidemia y salud pública aplicados históricamente a los países colonizados. Este es el resumen de lo que nos cuenta su vídeo: “Durante la invasión de Irak, país etiquetado por Estados Unidos como parte del eje del mal, el médico iraquí Anmaar Abdul-Nabi fue invitado por el gobierno estadounidense para trabajar en la búsqueda de una cura para la gripe aviar en el hospital Saint Louis Memorial, en San Luis (Missouri). En el que fue uno de sus primeros trabajos artísticos, Eğrikavuk usa la historia del doctor Abdul-Nabi para reflexionar con ironía sobre las superposiciones semánticas entre epidemia, terrorismo y migración. El vídeo muestra a la periodista de San Luis Anne Marie Berger entrevistando a Abdul-Nabi y, al mismo tiempo, ensayando las respuestas con la artista”.

Himali Singh Soin ha traído a Criaturas Vulnerables una pieza de arte documental: “En 1965, la CIA abandonó en el Himalaya un dispositivo nuclear de radio-telemetría cerca del pico de Nanda Devi, en la frontera entre India y China. Este dispositivo, empleado en su momento por Estados Unidos para espiar a China, no ha dejado en ningún momento de emitir isótopos y es la causa más probable del gran número de casos de cáncer que se han detectado en las comunidades sherpas de la zona. Alegando motivos de conservación, las autoridades indias impidieron el acceso de visitantes y alpinistas a la montaña, y ya ni siquiera es posible saber si la radiactividad reside en el dispositivo en sí o ha contaminado toda la montaña. Con el paso de las décadas, se ha establecido una dependencia mutua entre ambos, difuminando la distinción entre lo contagiado y lo que contagia. En Static Range, una obra en curso que combina con fluidez la escritura, la performance y la composición sonora, Singh Soin problematiza las concepciones lineales del tiempo y el espacio, considerando todas las formas de vida al mismo tiempo: lo geológico, lo espiritual y lo humano”.

A la izquierda, obras de Pepe Espaliú en ‘Criaturas Vulnerables’.

Por último, en Eat Clean Ass Only [Come culo limpio solamente], P. Staff se sirve de una proyección holográfica para crear una imagen espectral que resalta la fragilidad de los encuentros corporales. “El poema insinúa un impulso erótico contrario a las formas normativas del contacto y la higiene. Sugieren que el contagio puede ser un acto antihegemónico”.

Como extra, un invitado muy especial: la exposición presenta una selección de obras –especialmente dibujos y máscaras (ahora tan polisémicas, a raíz del intensivo uso de la mascarilla)– de Pepe Espaliú (1955-1993), cuyo trabajo representa una de las más profundas conceptualizaciones de la vivencia del VIH/sida, epidemia con la que dialogó valientemente en el plano artístico y sobre la que produjo algunas de sus obras más importantes”. “Desde que se diagnosticó por primera vez en 1981 como un ‘cáncer gay’ y saltó a la atención pública como una enfermedad que afectaba solamente a cuatro grupos de riesgo, conocidos como “las cuatro haches” (homosexuales, heroinómanos, hemofílicos y haitianos), el VIH/sida ha puesto de manifiesto las desigualdades y los relatos dominantes de segregación que arrebatan sus derechos a las comunidades”.

Iván L. Munuera exaltó así la conmovedora obra de Espaliú: “Reflexionó como nadie sobre la vulnerabilidad, los significados del cuerpo enfermo y la importancia del cuidado”.

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