De Beyoncé a Nico: Crónicas musicales que las reivindican a ellas
Puedes seguir al autor, Rubén Caravaca Fernández, en Twitter, aquí: @rubencaravaca
En esta época, cuando los festivales musicales disminuyen, tenemos tiempo para ponernos al día sobre artistas y temas relacionados, momento de recorrer publicaciones que aporten valor a gustos y aficiones, explorando otras poco reflejadas. Queda mucho para lograr una igualdad real sobre relatos musicales tradicionalmente contados por ellos, así que resulta necesario comentar aquellos en los que ellas son protagonistas, por lo tratado y por la autoría. Nos detenemos en cuatro volúmenes que reivindican la importancia musical y social de ellas, desde Nico a Beyoncé.
Hay ciertas características que casi siempre aparecen cuando se escribe sobre música popular. La primera, mostrar el rock como algo comprometido, implícito, mientras el pop es tachado de banal y/o mainstream, obviando que las grandes rock&roll stars lo son desde hace décadas. Se asimila el rock con música masculina, calificando el pop como femenina, asociando la disco a la comunidad LGTBI. Al escribir sobre artistas, géneros…, ellos suelen centrarse en datos, cifras, estadísticas, records…, mientras que ellas profundizan en vivencias, situaciones, emociones, sentimientos… De manera análoga, al hablar de artistas masculinos prima lo individual, y lo común y colectivo se ve más presente al hacerlo sobre ellas. Malo es generalizar, pero si analizamos con atención la mayoría de los escritos musicales, podremos contrastar lo dicho.
‘Música maestra’. VV. AA. (2022)
Edición coordinada por Sinéad Gleeson, escritora y periodista musical, y Kim Gordon, artista visual, ensayista, actriz, cofundadora de Sonic Youth. Acompañan a sus propios textos otros 14, más el prólogo de Heather Leigh, mostrando diversidad de propuestas y artistas ignoradas por buena parte de los medios.
Obviadas, silenciadas, despreciadas o, en el mejor de los casos, consideradas exclusivamente como intérpretes o musas, dignas de ser conocidas y valoradas. Desde el fanoseo, de fan, a canciones de exilio procurando el retorno. Artistas conocidas como Laurie Anderson o Lucinda Williams, que durante décadas buscó hueco en una industria mayoritariamente masculina y blanca. Linda Sharrock. La japonesa Yoshimi. La banda femenina también nipona 00100. La acordeonista y cantante Agnes Sis Cunnigham, compañera musical de Woody Guthrie y Pete Seeger. Lhasa de Sela. Wendy Carlos, autora de bandas sonoras como El Resplandor. Wanda Jackson. Noor Jehan o Iqbal Bano. Algunos nombres de artistas transgresoras, activistas… incluidas
Lectura imprescindible, diversa, plural. Artistas y escritoras contrarrestando estudios hegemónicos sobre música popular. Variedad de géneros y procedencias, con cierta perspectiva fan sin huir de la rigurosidad.
‘Beyoncé en la intersección. Pop, raza, género y clase’. Elena Herrera Quintana (https://dosbigotes.es 2022)
Es una de las artistas más mediáticas y controvertidas. La doctora en Sociología Elena Herrera Quintana nos acerca a su trayectoria de manera transversal. Manifiesta las limitaciones de la prensa musical al referirse a ella, profundizando en temas que van más allá de los marcados por la industria. Pondera el trato discriminatorio que reciben las artistas afrodescendientes. La escasa valoración, más allá de lo musical, que se hace de álbumes como Lemonade y Renaissance. La autoría, gestación, control, desarrollo, implicación. El efecto de las letras, la memoria, el baile y las imágenes, ya sea sampleando –en la Gala de la MTV– a la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi, divulgando la cultura afroamericana u homenajeando a los Panteras Negras. Comenta el boicot a sus conciertos promovido por la policía. La relevancia de poner ante las cámaras –tras el paso del Katrina por Nueva Orleans– asambleas de mujeres negras en los porches delanteros de las casas, prohibido durante años. Escenas de baile protagonizadas por parejas de distintas razas, hetero y homosexuales, incluyendo su participación en eventos mediáticos masivos reservados casi en exclusiva para artistas blancos, desconociendo la trascendencia simbólica de todo ello. Se desecha el capital político de sus manifestaciones artísticas. La banalización con la que suele ser tratada por la prensa musical, sin comprender la transcendencia de la pista de baile como espacio de acción política.
Una publicación que va más allá de lo musical. Los prejuicios que supone para la izquierda la cultura pop, que no el rock. El trato de cierto feminismo centrándose en el cuerpo y su carga sexual, obviando la raza y la clase –Beyoncé nunca asistió a la universidad–, que no se refleja al referirse a artistas blancas –nadie crítica la desnudez ni los comportamientos sexuales de Lena Dunham– sin comprender la identificación que las jóvenes afrodescendientes tienen con ella.
‘You Are Beautiful and You Are Alone. La biografia de Nico’. Jennifer Otter Bickerdike (https://editorialcontra.com 2022)
La escritora e historiadora cultural, especializada en rock, Jennifer Otter Bickerdike, tras cuatro años de investigación y más de cien entrevistas, ha dado a luz este trabajo sobre una de las personalidades artísticas más controvertidas del siglo XX. Nacida en Alemania en 1938, Nico tuvo que convivir durante toda su vida con la memoria del horror nazi y por la supuesta, no documentada, violación sufrida con apenas 13 años por parte de un sargento estadounidense. Modelo cotizada, imagen muy popular entre nosotros al protagonizar las campañas del coñac Centenario para las Bodegas Terry. Actriz en películas como La Dolce Vita (1962) de Federico Fellini. Integrante de The Factory de Andy Warhol, participó en uno de los discos más relevantes de la historia del rock, The Velvet Underground & Nico, con su famoso plátano de portada. Cuando el grupo, del que formaban parte Lou Reed y John Cale, entró en el Rock and Roll Hall of Fame de Estados Unidas, no fue incluida, ni invitada; no fue la única vez en ser obviada, una constante en su vida. Muchas de sus referencias suelen apuntar a las relaciones sentimentales que mantuvo o por su adición a la heroína.
Aunque lo anterior es real, su vida fue una gran montaña rusa, con subidas y bajadas vertiginosas. Propuestas musicales inauditas, siniestras, perturbadoras, “no hay una canción mía mala, aunque la intentara”. Conciertos con banda o en solitario, acompañada únicamente de su armonio. En el Canet Rock de 1978 fue expulsada a botellazos del escenario por un grupo de asistentes que reclamaban “más marcha”. Considerada la Marlene Dietrich Punk se negó a hacer un disco con temas de Kurt Weill, no tuvo inconveniente en urdir su propia versión “gótica” del himno nacional alemán, por odio, lo vivido en la infancia, o simplemente burla.
Bickerdike da cuenta de todos los clichés vertidos sobre ella, construyendo un relato brillante y enriquecedor, más allá de relaciones y adicciones. La artista que entre 1982 y 1988 protagonizó más de 1.200 conciertos falleció en Ibiza el 18 de julio de 1988, tras un accidente en bicicleta y negarse varios hospitales a atenderla: “Para Nico, Ibiza representaba la liberación, la liberación del mundo y, en última instancia, la liberación de sí misma”. Lo que no logró el abuso de drogas por vía intravenosa lo arrancó la falta de una atención médica adecuada, paradojas de la vida. Ninguna de las figuras que la habían rodeado en Nueva York acudió al funeral, presidido por una copia a mano del poema El tigre, de William Blake; solo asistieron conocidos de Manchester, ciudad en la que decidió refugiarse, “el auténtico motivo de mi estancia en Manchester es Karl Marx y su amigo Friedrich Engels”.
Quería abandonar la música. “Hasta mis Músicos y mi Representante han intentado destruir mi Música, ya sea tocando mal o sacando Producciones baratas a partir de cintas en Directo”. Uno de los que más sufrió la ausencia fue su hijo Ari, fruto de una relación con Alain Delon, nunca reconocida por el francés. En una entrevista comentaba: “Solo tengo buenos recuerdos de mi madre. Era un personaje muy divertido, con gran sentido del humor. Me quería mucho, teníamos una relación especial. Era única, casi como de marido y mujer, aunque nada incestuosa, a pesar de que la gente pensaba que estábamos casados”.
Los concejales de Colonia, ciudad en la que nació, negaron denominar una plaza como Christa-Päffgen, su nombre real; el motivo: “la trayectoria de drogas” de Nico.
‘La venganza de las punks. Una historia feminista de la música. De Pilu Styrebe a Pussy Riot’. Vivien Goldman (https://editorialcontra.com 2020)
Vivien Goldman (@PunkProfessor) ha publicado en prensa musical, NME, Melody Maker…, y generalista, como The Guardian, entre otros muchos medios. Trabajado en la industria musical, en compañías transnacionales o con artistas como Bob Marley. Desarrollando propuestas con The Flying Lizards, Chantage o personales con su propio nombre. Profesora en la Universidad de Nueva York. Documentalista y escritora de ensayos, la convierten en una investigadora de referencia de la música popular.
El título indica los contenidos que encontramos en cerca de 250 páginas, con sus listas de canciones correspondientes. Solidez y activismo reflejado en la Obertura improvisada, incluyendo un texto publicado en la revista Sounds el 11 de diciembre de 1976: “Cuando las mujeres dan un concierto profesional de rock sin caer en los estereotipos femeninos, son automáticamente una amenaza. Son una amenaza para los hombres, porque cuestionan la supremacía masculina en una fortaleza que nunca antes había sido atacada, y amenazan a las mujeres que, quizás, nunca se atrevieron a admitir que ELLAS querían estar sobre el escenario dándolo todo en vez de mirar con admiración pasiva, como hacen los novios”.
Más allá de los nombres conocidos, Goldman muestra artistas poco visibles, de manera transversal y poscolonial. Jóvenes punks indonesias encarceladas, después de ver afeitadas sus crestas. Integrantes de la banda india Pragaash, amenazadas de muerte por una fatua promulgada por la máxima autoridad musulmana de la región, el Gran Muftí Muhamad Bashirudím. Colombianas como Fértil Miseria gritando su rabia desde la última década del siglo XX. Skinny Girl Diet británicas, que a ritmo de electro punk arremeten contra los privilegios de clase. O Jayne Cortez, activista norteamericana que desmantela con ironía la opresión social. Son algunos de los nombres incluidos. No faltan artistas francesas, chinas, jamaicanas, nigerianas, checas, españolas o rusas.
Visibilidad ninguneada por una industria y medios marcados por el patriarcado. Ruptura con el binarismo, protesta, identidad, sentimientos, emociones y el valor del dinero en una publicación que cuestiona muestras musicales imperantes, recordándonos Girls Invented Punk Rock Not England / Las chicas inventaron el punk, no Inglaterra, que Kim Gordon grabara en su mítica camiseta.
Comentarios
Por José Ramón da Cruz, el 20 noviembre 2022
Mucho más que interesante!
Por Rubén, el 21 noviembre 2022
Muchas gracias.