Buenos ejemplos de instalación de plantas solares y eólicas (falta nos hacen)
La instalación de energías renovables, que no su uso, ha abierto un gran debate en numerosos territorios españoles. Todos exigen que no haya un descontrol y que realmente su beneficio sea también para los habitantes del mundo rural y no solo para las grandes compañías. Por ello, recientemente la Fundación Ecodes ha presentado su informe ‘Análisis de los aspectos claves de protección de la biodiversidad y socioeconómicos para garantizar la armonía entre los proyectos de energías renovables y el territorio’. Este pretende ser el espejo de las buenas prácticas llevadas a cabo en las instalaciones de renovables ya culminadas o en fase de proyecto.
Para Mario Rodríguez, director asociado de Transición Justa y Alianzas Globales de Ecodes, este informe era necesario porque “se necesita un espacio de diálogo, ya que el camino por donde vamos a tener que transitar va a ser largo. Se pueden hacer bien las cosas, ahí están los ejemplos de ciertos ayuntamientos. La buena planificación del territorio es fundamental”.
Durante la presentación se puso el foco en hablar de lo positivo. Eloy Sanz, profesor titular de la Universidad Rey Juan Carlos y coordinador del informe, explicó casos reales que “aunque ninguno tal vez sea perfecto, puedan servir de guía para futuros promotores, ecologistas y administraciones”.
Las energías renovables deben ser un elemento de progreso y no generar una pérdida de valor en las actividades económicas como la agricultura, la ganadería, la gestión forestal o el turismo. Ante la posible avalancha de proyectos, el informe tiene como objetivo final la elaboración de un catálogo de buenas prácticas. Además de buscar alternativas factibles mediante el diálogo con la población local y procesos de mediación.
A nivel mundial, estas energías representan el 26%; un 47% en España, donde la energía eólica fue líder de generación. A nivel regional, se puede apreciar que la eólica solo fue líder en cinco comunidades autónomas, mientras que la fotovoltaica no lo es, de momento, en ninguna. Pero nadie duda que estos porcentajes irán en aumento.
Ejemplos de buenas prácticas
Eloy Sanz detalló varios proyectos fotovoltaicos y eólicos que han destacado por presentar características innovadoras y relevantes en el plano medioambiental y/o social y dar a conocer sus buenas prácticas, como ejemplo de lo que sería deseable y necesario en este sector industrial.
La potencia instalada en la solar varía de uno a otro, los ejemplos elegidos van desde los 300 MWp en Tarayuela (Cáceres) hasta el más pequeño de 2 MWp en Herrada del Manco (Murcia). También varían en la extensión, y por tanto de su impacto, que van desde las 820 a las 4 hectáreas.
Resalta el informe aquellos que han tenido una mínima afección al territorio como es el de Belorado I (Burgos) o el de Cordovilla (Navarra).
También los que han desarrollado iniciativas pioneras para convivir con la ganadería extensiva y medidas de conservación. Las Corchas y Los Naranjos (Sevilla) ha apostado por la apicultura y el cultivo ecológico de aromáticas en el interior de la planta. Minglanilla (Cuenca), por el uso del suelo compartido con el cultivo de azafrán y el pastoreo. Otro punto a tener en cuenta ha sido el cuidado de la biodiversidad de la zona; así, en Cordovilla se han tomado medidas de conservación del quebrantahuesos y en Extremadura I, II, III (Badajoz), la creación de reservas de aves esteparias y de flora protegida.
Todos ellos tienen entre sus planes la dinamización de empleo local y fijación de población, además del reparto de los beneficios socioeconómicos en la zona.
Sara Pizzinato, responsable de la campaña de Energías Renovables de Greenpeace, opina: “El factor justicia tiene que ser esencial cuando se habla de buenas prácticas. No es igual esta transición energética a otras que se han dado. La sociedad demanda luchar contra el cambio climático, pero esta no debe ser puramente tecnológica, tiene que tener en cuenta a la sociedad para evitar el conflicto. La personas que se quejan generalmente están a favor de ellas”.
Otro elemento que destacó Pizzinato es el de sus emplazamientos: “Hay que hablar dónde sí y dónde no poner plantas de grandes dimensiones. Es un problema urgente, ya que hay muchas zonas que no están protegidas, pero de alto valor ecológico”.
Esta especialista echa en falta la necesaria planificación, que califica de tema pendiente en España. “Necesitamos transparencia en los datos. Un buen mapa de los proyectos y cuáles son sus criterios ambientales y sociales. Deberían contar con cuotas para los proyectos sociales y cuotas destinadas a comunidades energéticas. La participación ciudadana no se debe percibir como un peso, hay que escuchar a la gente que conoce el territorio. Las tramitaciones exprés no ayudan, solo fomentan la judicialización”.
Objetivos propuestos por algunos parques eólicos
Algunos parques eólicos, motivo también de conflicto, fueron puestos como ejemplos de buenas prácticas por Eloy Sanz. Estos van desde 432,77 MV a los 30 MV. El mayor es el de Muras (Lugo), con 20 parques eólicos, a 1 de El Cabrito (Cádiz), que tiene entre sus prioridades la vigilancia ambiental para evitar colisiones de las aves residentes y migrantes, y la revegetación de varias zonas con plantas autóctonas. También comparte este objetivo el de Barásoain (Navarra).
Otros ejemplos fueron el de Higueruela (Albacete), Fuendetodos
(Zaragoza) y Falces (Navarra), que han apostado por la difícil integración paisajista con una subestación eléctrica construida con arreglo a la arquitectura local. Todos ellos han puesto como prioridad el impulso de medidas sociales en el municipio, fijación de la población y creación de aulas ambientales para informar sobre energía y medioambiente.
Revertir las malas prácticas
Si hay una zona donde se ha intentado revertir las malas prácticas llevadas a cabo con el despliegue de la eólica es el Consello de Muras. Para su alcalde, Manuel Requeijo, “en un principio fue como el Viejo Oeste”. Los primeros molinos se instalaron hace 25 años; ahora, con más de 20 proyectos de energía renovable, era necesario cambiar los comienzos, que resultaron muy problemáticos, al no centrarse en el impacto y solo tener en cuenta las posibles primas. “Los promotores ofrecían su precio y, si no se aceptaba, amenazaban con la expropiación, salvo en montes comunales, con los que se llegó a un acuerdo por cada molino instalado. Al privatizar un bien común, se vivió con preocupación”.
Este Concello realizó un estudio en el que se comprobó que mientras ellos ganaban 70 y 80 millones, la población recibía 900 euros al año. “También se instalaron a 200 metros de viviendas habitadas. Se nos vendía como un revulsivo contra la despoblación, pero los resultados no fueron así”, comenta Requeijo. “Por ello decidimos revertir esta situación mediante la circularidad de los beneficios y que la gente recibiese compensaciones. Había que fomentar la justicia social mediante bonificaciones en la luz, mejoras en las infraestructuras, solucionar problemas de agua o ayudas para la natalidad para fijar población. Todo ello mediante unos nuevos contratos más justos con la población”.
El papel más ingrato en esta reunión de expertos de distintos ámbitos fue para Benjamín Llaneza, CEO de Aurinka, promotores de Belorado Solar (Burgos), quien comentó que los más interesados en que todo funcione bien son ellos, ya que estas instalaciones deben estar activas durante 25 o 30 años a la intemperie. “Apostamos por la calidad y la sensibilidad con el territorio. Los promotores siempre tienen mucha prisa, pero esto ha cambiado. Hay que llegar con todos los contratos firmados para empezar las obras. La expropiación no se permite. Sí hay expropiación de tierra si no hay acuerdo para el vuelo de las líneas. Lo ideal es llegar también con acuerdos con otros promotores para un buen diseño de las líneas de alta tensión”.
Para Llaneza, muchos promotores quieren que la riqueza se quede en la región e incentivar la formación profesional. “Los parques deben ser mantenidos”.
La educación y la información son otras de las necesidades para que las buenas prácticas se den en el ámbito eólico y solar. La periodista ambiental Rosa Tristán opinó en este encuentro organizado por Ecodes que, a pesar de los muchos años que se lleva hablando de estos temas y su posible problemática o bondades, a menudo las informaciones han caído en saco roto. “Es necesario seguir transmitiendo los impactos del cambio climático y los impactos de la nueva transición energética. Muchos conflictos que están aflorando nos llegan a los periodistas, otros no. No es fácil informar de todas las derivas. Unas denuncias se centran más en la naturaleza y la biodiversidad; otras están relacionadas con el cambio climático. La comunicación puede ser difícil, pero hay que intentar poner en valor dónde se está haciendo bien, dónde hay buenas prácticas. De estas curiosamente nos llegan menos informaciones”.
Según Ecodes, las buenas prácticas empiezan con la selección del emplazamiento y el contacto con las poblaciones afectadas para escuchar opiniones y sugerencias. Tener en cuenta todas las fases: construcción, generación eléctrica, distribución. Es necesario diseñar bien el tendido eléctrico, dimensionándolo de manera que puedan evacuar también la electricidad generada por instalaciones futuras, en caso de estar ya previstas. El fomento de la educación ambiental y la formación energética, junto con la integración socioeconómica, son temas de gran relevancia para consolidar un sentimiento positivo de la población local hacia los proyectos de energías renovables.
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