Cinco cambios en el consumo que nos dejará el confinamiento
Durante el confinamiento, del que ya hemos rebasado los 50 días, quién nos lo iba a decir, hemos optado de forma mayoritaria por cuidarnos. Cuidados que han ido en dos sentidos: ‘men sana in corpore sano’. Muchos hemos decidido cuidar nuestra alimentación, cuidar nuestra forma física y cuidar nuestra mente. Esperemos que cuando salgamos a las calles y a la naturaleza, sigamos cuidándonos y cuidando el entorno, como hemos hecho con nosotros mismos, porque en la salud del medioambiente va la nuestra también. Aquí van cinco ‘secuelas positivas’ que nos dejará –o debería dejarnos– una experiencia tan radical como es el largo encierro en casa: desde ciudades más sostenibles a consumos más responsables.
Las compras por Internet durante el confinamiento en Estados Unidos muestran un claro y forzado cambio de hábitos, según un informe de la plataforma de ventas online Stackline. El producto que más ha aumentado sus ventas ha sido, como parece obvio, el de los guantes desechables, con un 670 % más de ventas frente al año pasado, pero en segundo lugar, por delante de mascarillas o cualquier otro producto, se sitúan las máquinas de hacer pan en casa, que han aumentado sus ventas un 652%, lo que indica un cambio de hábitos. Los 10 productos que más se venden ahora por Internet en EE UU son medicamentos para resfriados, sopas, arroz, comida envasada, frutas envasadas, pesas para hacer ejercicio, leche, lavavajillas y papel higiénico (un 275% más que hace un año). Le siguen pasta, verduras y harina.
Estos cambios en los hábitos de compra indican expresamente una intención de cuidarnos más. Los programas de cocina y de deportes a través de redes sociales son de los más vistos estos días; parece que hemos decidido recuperar buenos hábitos de alimentación y volver a guisar, a cocinar platos de toda la vida y no sólo llenar el estómago.
Alimentos de temporada y de cercanía
Por eso es el momento de pensar cómo nos estamos alimentando y qué productos elegimos a la hora de llenar nuestra cesta, porque eso supone decisiones ambientales que conllevan un impacto en la naturaleza. Elegir productos de temporada y de cercanía implica respetar los ciclos naturales, que los cultivos estén adaptados al clima y a la estación, y contribuir a la lucha contra el cambio climático, ya que no tenemos por qué transportar miles de kilómetros alimentos que tenemos cerca y además de especies adaptadas a cada terreno. Para hacer unas lentejas como las hacían nuestras abuelas no hay que traer legumbres desde miles de kilómetros; tenemos legumbres cultivadas al lado de casa. Gestos de consumo local ayudan a cuidar la biodiversidad y combaten el cambio climático, además de fomentar el empleo rural.
A ver si después de este confinamiento no nos olvidamos de las buenas costumbres recuperadas y que teníamos un poco abandonadas, como cocinar, es decir, no sólo preparar cualquier cosa rápida para meter en un túper y llevar a la oficina al día siguiente. Se trata de cocinar de verdad. De elegir platos, buscar ingredientes, mirar su procedencia, probar nuevos sabores y recuperar los platos tradicionales. Dedicarle tiempo a comer bien y preparar con cariño lo que nos va a alimentar, para disfrutar en la boca. Así que basta de ensaladas de pasta y metamos en el túper alimentos de temporada y de cercanía.
Ciudades sin contaminación
Otro de los cuidados que hemos recuperado estos días es el bienestar físico y, ya que no podíamos practicar deporte fuera, lo hemos metido en casa. Además de las pesas, cuyas ventas se incrementaron un 307% en EE UU en marzo, los equipos de gimnasia han visto aumentadas sus ventas en un 170%, los de yoga un 154% y las mesas de ping pong un 89%.
Ahora que volvemos a practicar deporte al aire libre, podemos respirar un aire más limpio, al menos los primeros días, ya que según un estudio de la Agencia Europea del Medio Ambiente , las restricciones por el coronavirus y por consiguiente la disminución del tráfico en las ciudades han frenado de forma drástica la contaminación. Así, en Madrid el NO2 (dióxido de nitrógeno) se ha reducido un 41% frente al mismo periodo de 2019, y en Barcelona un 55%.
Así que otra de las lecciones que nos está dando esta pandemia es la oportunidad de poder empezar a construir ciudades menos contaminadas, más sostenibles, humanas, saludables, verdes; sólo hay que cambiar el modelo de movilidad, incentivando el transporte público y los vehículos no contaminantes (bicicleta, coche eléctrico, patinetes).
Consumir con cabeza
Durante estos días, no hemos tenido la necesidad de comprar sin pensar ropa que no necesitamos. De consumir con fervor. Todo lo contrario, nos hemos dado cuenta de todo lo que tenemos almacenado en nuestros armarios y hemos podido incluso sacar el costurero y coser, tejer, remendar, bordar o zurcir. Hemos recuperado algo que la sociedad de usar y tirar tenía mal visto: reparar. Incluso el modisto Adolfo Domínguez ha elegido un eslogan revolucionario para su nueva campaña: “Compra ropa que dure más que las modas”.
Cuando abran las tiendas y volvamos a consumir, esperemos que esta vez sí nos fijemos en las etiquetas y valoremos si realmente necesitamos esa prenda, el coste ambiental que tiene producirla y quién ha trabajado para fabricarla y en qué condiciones. Los tejidos proceden también de la naturaleza y, si para cultivar algodón hay que devastar espacios de alto valor en biodiversidad, estaremos contribuyendo a arruinar aún más el planeta. Un alto precio en la huella ambiental. Consumir de forma responsable ambiental y socialmente es otra de las consecuencias que nos tiene que dejar esta pandemia.
‘Green Deal’
Diez países de la UE, entre ellos España, han pedido que en la recuperación de la crisis económica que ha provocado la pandemia del coronavirus se tenga en cuenta el medioambiente y la lucha contra el cambio climático. Y en esa recuperación verde que reclaman proponen ampliar inversiones en movilidad sostenible, energías renovables, rehabilitación de edificios, investigación e innovación, recuperación de la biodiversidad y economía circular.
Austria, Dinamarca, Finlandia, Italia, Letonia, Luxemburgo, Holanda, España, Portugal y Suecia han firmado una carta en la que hacen un llamamiento a la Comisión Europea para que utilice el Pacto Verde (European Green Deal) como la gran palanca para la recuperación económica de Europa, así como en la lucha contra el cambio climático. Ojalá sea así, sólo hace falta convencer a los otros 17.
Cuidar nuestra mente
Cuando hablaba al principio de cuidar nuestra mente, durante las dos primeras semanas de estar recluidos en casa, no parábamos de recibir mensajes con todo tipo de ofertas culturales, desde conciertos de música, recorridos por exposiciones y museos virtuales, conferencias o bibliotecas que daban libre acceso a sus libros. La curiosidad humana no debería tener límites y de ahí nuestra ansia por saber y mantener nuestro cerebro despierto. Bienvenido sea ese conocimiento en abierto.
En estos días de confinamiento también hemos ganado tiempo para jugar con nuestros hijos, algunos habrán descubierto que tienen padres, y algunos padres que tienen hijos, y se habrán conocido mejor. Deberes y teletrabajo aparte, dedicar tiempo a los demás es otra de las enseñanzas que podemos extraer de la pandemia. Los niños se echan tanto de menos como los adultos, y ha sido una experiencia fascinante ver cómo hacían videollamadas, incluso los pequeños de 5 años, para verse y contarse las manualidades que estaban haciendo y los libros que estaban leyendo. Durante estas “vacaciones raras”, como muchos de ellos las llaman, los niños han extrañado las relaciones sociales, a sus amigos y a sus abuelos, y eso es un buen síntoma de que seguimos siendo seres sociales, y poco a poco iremos acortando distancias hasta el abrazo final.
Comentarios
Por Nadal, el 08 mayo 2020
«hemos optado de forma mayoritaria por cuidarnos». Estas muy equivocada. La mayoría no hemos hecho nada más que ver netflix y comer comida basura. Lo que pasa es que no lo publicamos en intagram.
Por roader, el 08 mayo 2020
Me temo que tienes bastante razón…