Cómo montar una escultura con lámparas de Ikea en el jardín de tu casa
TRES ARQUITECTOS PORTUGUESES SE PROPUSIERON DEMOSTRAR QUE UN OBJETO BANAL COMO PUEDE SER UNA BOMBILLA CON IMAGINACIÓN Y SENSIBILIDAD PUEDE CONVERTIRSE EN UNA OBRA DE ARTE. Y, DE PASO, LANZAR UN MESAJE A FAVOR DE LA SOSTENIBILIDAD
MANUEL CUÉLLAR, Madrid
Un estudio de arquitectos de Oporto que presume de experimental, provocativo e innovador se propuso realizar una instalación que tuviera a la luz como elemento protagonista del espacio y el paisaje. Diego Aguiar, Jesús João y Otto Teresa recogieron el encargo de la multinacional de la decoración famosa por sus nombres imposibles y sus muebles puzzle para intentar demostrar que las bombillas sostenibles pueden ser un elemento algo más que brillante en la vida diaria.
Para inspirarse en su idea es necesario contar con un pequeño presupuesto y un jardín de unas dimensiones considerables, eso es cierto. Aunque, con imaginación, se les puede copiar la propuesta a menor escala con resultados óptimos. Ellos bautizaron su instalación con el nombre de LEDscape y la ubicaron en el Centro Cultural de Belém en Lisboa. El Asombrario & Co. se puso en contacto con ellos: «La instalación pretende introducir al usuario en el uso diario de las bombillas LEDARE y desmitificar las ideas preconcebidas de la tecnología LED haciendo hincapié en la importancia de este descubrimiento para la sostenibilidad del futuro».
Likearchitects, así es como se llama el estudio, hizo las cosas a lo grande con un camino de 1.200 puntos de luz por el que pasear. «Invita a la introspección y a la apropiación individual de la instalación», aseguran desde Oporto. Pero sobre todo lo que quieren demostrar es que con un poco de imaginación y sin un desembolso muy grande de dinero, se puede extraer cierta poesía de un objeto tan banal como estas lámparas. Ellos lo llaman discurso crítico, pero podríamos resumirlo en simple decoración con criterio.
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