¿Cómo sería Madrid si se hubieran construido los segundos premios?
Último tramo antes de las elecciones y ahora más que nunca resulta pertinente el intercambio de opiniones y experiencias sobre qué ciudades queremos. En La Sede del Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM) podemos ver una exposición que aporta material al debate. Se llama ‘Segundo Premio’ y recupera proyectos arquitectónicos perdidos, al no haberse construido nunca por haber merecido la segunda posición en los concursos.
La muestra forma parte del ciclo Paréntesis, compuesto por cuatro exposiciones comisariadas por los jóvenes arquitectos Gonzalo Pardo y Paula García-Masedo y que abarca desde el pasado noviembre hasta el próximo septiembre. Cuatro interesantes propuestas que reflexionan sobre diversas caras de la arquitectura en Madrid que no suelen ser abordadas. «Tras una época de vértigo constructivo, nos parecía interesante», dice Pardo, «detenerse un momento y reflexionar sobre diversos aspectos del Madrid construido». El Madrid que queremos y el que nos dan, el que nos imponen. «De ahí el nombre, Paréntesis, y la propia estructura del espacio expositivo, que es como un paréntesis delimitado por paneles de corcho, conocido por su condición de aislante y que nos remite así a algo más tranquilo y amortiguado, e invita a una percepción distinta dentro de los amplios espacios de La Sede del COAM«.
La primera muestra del ciclo reunía la primera obra de 98 arquitectos o estudios radicados en Madrid. «En esa primera obra, muchas veces ves o intuyes apuntes de obsesiones, tics que luego los profesionales han ido desarrollando a lo largo de sus carreras. También es interesante comprobar cómo se ha ido retrasando con el paso de las décadas el momento de acometer esa primera obra, que a menudo viene de la mano de colectivos o de encargos familiares o de amigos». En invierno, la pregunta fue: ¿Y tú, qué haces? Vimos una amplia muestra con unos 60 ejemplos de las dedicaciones paralelas de muchos profesionales de la arquitectura a partir de 2008, año oficial de comienzo de la crisis. Ahí pudimos repasar lo bien que se manejan en mundos con puntos de convergencia como el diseño gráfico y editorial, de ropa y de mobiliario, o de realización de audiovisuales.
Ahora, hasta la primera semana de junio, podemos realizar una ruta por cómo sería Madrid si se hubieran construido los segundos premios en vez de los primeros de los concursos convocados.
Para el verano, la pregunta será: ¿Quién vive ahí? Mostrará los modos de apropiarse la gente de los espacios domésticos en una gran ciudad como es Madrid, y hará hincapié en la evolución de esos ámbitos según los cambios en la tipología familiar.
Nos detenemos ahora en Segundo Premio. Nos da su visión Paula García-Masedo: «Como dice el pensador y escritor alemán Boris Groys, cada proyecto se ubica como un borrador de una particular visión del futuro. Cuando un proyecto no es elegido, por lo general se desvanece, y ese futuro posible queda perdido. Segundo Premio construye a través de este collage de proyectos la geografía de otra ciudad que hubiera podido ser. Pero, a la vez, nos permite viajar por un tiempo realizado, que corresponde con la historia de la ciudad de Madrid, cuyos debates urbanos más importantes se han producido al pie de los distintos concursos. Desde el que se convocó en 1903 para la sede del Casino de Madrid hasta el concurso del Bernabéu de 2011, la exposición despliega una cronología de programas que han sido promovidos por políticos o clientes privados. De esta manera, el visitante puede hacer un viaje por las últimas 11 décadas de la ciudad. En él, vislumbramos la importancia del eje Norte-Sur que estructura la ciudad, detectamos cómo se ha definido a lo largo del siglo pasado un Madrid monumental y metropolitano, vemos el papel de la cultura como programa político y, cómo no, aparecen también la desilusión y el fracaso en todos aquellos concursos que fueron abandonados al pie de la crisis o que se hicieron desaparecer, tras unas motivaciones que escapaban a las de la construcción de la ciudad por seguir intereses de otro tipo». Ejemplo de esto último es la Ciudad de la Justicia, que tantas páginas de prensa llenó; primero por lo que se iba a hacer, luego por lo que ya no se iba a hacer.
En el imaginario colectivo se ha instalado la noción de que los primeros premios los ganan propuestas óptimas, pero más conservadoras, más prácticas y viables, y que la genialidad, la ruptura, la imaginación se agazapan en esos segundos premios, que a menudo se conceden para dar un aire de vanguardia a los concursos, pero a sabiendas de que no se van a construir, de que con ese reparto se queda bien de cara a la galería, pero sin el compromiso de arriesgar. Pero tras este concienzudo montaje con una treintena de proyectos, Gonzalo Pardo ha llegado a una conclusión: «No siempre ha sido ni es así». Y remarca casos en los que el segundo era claramente inferior al proyecto ganador, como el Edificio Carrión (o Edificio Capitol de Callao, construido en 1933), el Círculo de Bellas Artes y el Palacio de Comunicaciones (en ambos el ganador fue Antonio Palacios), el estadio Santiago Bernabéu (inaugurado en 1947) y la ampliación del Museo Reina Sofía (inaugurada en 2005 sobre proyecto ganador de Jean Nouvel; Dominique Perrault quedó segundo).
¿Algún caso en que el segundo podría superar al primero? Gonzalo Pardo se arriesga y subraya dos: La ampliación del Banco de España que propuso el estudio Corrales y Molezún, frente a la opción ganadora de Rafael Moneo, consistente en una réplica pura de lo ya existente. Y La Caja Mágica que diseñaron Tuñón, Mansilla y Mauriño frente al proyecto ganador -y construido con unos elevadísimos costes- de Perrault.
Quizá el caso de este arquitecto francés sea el que más juego da. Porque permite todos los acercamientos. Ganó con La Caja Mágica, cuando para Pardo no era la mejor propuesta. Quedó segundo en el Reina Sofía, frente a Nouvel, justo ganador según el co-comisario de Paréntesis. Y volvió a quedar segundo en la remodelación de Madrid Río, cuando para Pardo, en este caso sí, su propuesta, que jugaba más con el cauce del Manzanares y los volúmenes constructivos, resultaba más interesante.
Otros casos resultan anodinos, tanto el primero como el segundo; véanse los Teatros del Canal (ganó Navarro Baldeweg). Y a otros no se les quita de encima lo discutible, tanto en la primera como en la segunda opción; véase la ampliación del Museo del Prado (Moneo se llevó el gato al agua) .
Tres proyectos más que merecen atención:
El segundo del Estadio de Vallehermoso, porque es el único en esta muestra presentado por mujeres, por Carmen Espegel y Concha Fisac. Y esta invisibilidad femenina -tanto en los primeros como en los segundos- es algo que quieren destacar los dos comisarios.
El segundo para la Torre del BBVA en el paseo de la Castellana, porque, aun reconociendo la belleza de la construida, firmada por Sáenz de Oiza, la propuesta que hizo José Antonio Coderch daba también mucho juego. «Era 1971», explica Pardo, «comenzaba el boom de las vacaciones, de los viajes a la playa, del desarrollismo, y Coderch, muy en sintonía con la época, lo que proponía era levantar una gigantesca torre al estilo de las que hay con apartamentos en la costa, construidas en esa década. Parecía aportar así una ilusión de playa, de costa, de mar al mesetario eje de la Castellana; una especie de símbolo anticipatorio del viaje familiar en el 600 hacia la costa».
Y el segundo para la remodelación de Plaza Castilla, una buena aportación del estudio Ábalos & Herreros (en activo desde 1985 hasta 2008), que se quedó en el limbo, para luego, de manera abrupta y enigmática, surgir como setas en ese espacio al norte de la ciudad los renglones torcidos de las Torres Kio de Philip Johnson.
Un último apunte a este Paréntesis. La muestra repasa algo más de un siglo de hacer Madrid, de construir Madrid, durante el ejercicio de 41 alcaldes. Pues bien, casi el 50% de todo lo aquí expuesto se levantó en las dos legislaturas de un edil al que muchos criticaron por sus aires faraónicos: Alberto Ruiz Gallardón.
Comentarios
Por Tovar, el 21 mayo 2015
Qué interesante. Me ha encantado y no deja de ser trágico comprobar el buen o, las más de las veces, el mal gusto de los que deciden el futuro de nuestras ciudades. Magnífico trabajo. Enhorabuena y gracias.
Por Paloma Ctrl, el 21 mayo 2015
Me ha gustado especialmente. Te felicito!
Por bgddgdgf, el 21 mayo 2015
Genial el teatro del Canal, anodina la plaza de Castilla
Esinteresante ver proectoa alternativos, no solo 2ºs, como Kaboom en la reforma de Sol o el proyecto de paraninfo de la UCM de 1928.
Por eriatarka, el 21 mayo 2015
Es cosa mía, o el proyecto que aparece como ampliación del banco de España es una réplica casi idéntica del Bankinter del mismo Moneo, que es de dos años antes?
Por uno que pasaba por aquí, el 22 mayo 2015
La arquitectura de moda es un compendio de bodrios que afean do nuestras ciudades. Afirmar que la ampliación del banco de España perdedora es mejor que la ampliación de Moneo es apostar por el feísmo y apuntarse al pijismo de los tontos de diseño
Por javi, el 23 mayo 2015
Exacto la ampliación de banco España es orbicular al edificio de Bankinter de Catellana 29….de Moneo
Por javi, el 23 mayo 2015
Queria decir que es igual… los correctores de los móviles. ..
Por Pe, el 23 mayo 2015
Ejem… http://elpais.com/elpais/2015/05/04/eps/1430753484_449252.html